Vanguardias Europeas e Hispanoamericanas: Expresionismo, Futurismo, Cubismo y Más

Las Vanguardias en Europa

El siglo XIX termina con el desastre del 98, en el que España pierde sus últimas colonias. El país está inmerso en una grave crisis económica mientras el mundo vive la Primera Guerra Mundial. La Segunda República y la Guerra Civil (1936-1939) también serán un desencadenante que repercutirá en la manera de hacer literatura.

Las vanguardias europeas fueron movimientos artísticos surgidos en París y posteriormente difundidos por el resto de Europa desde comienzos del siglo XX. Representaron un movimiento de rechazo hacia todo lo relacionado con el pasado cultural y artístico, adoptando posturas de rebeldía y provocación ante el mundo burgués. Protagonizaron las dos primeras décadas del siglo XX, como un movimiento efímero que se dio a conocer a partir de manifiestos. Duró poco, huyendo de la tentación de convertirse en tradición.

Surgen a través de los ismos, que suponen un cambio radical al construir un nuevo lenguaje artístico basado en la ruptura con el pasado y en la originalidad. Las vanguardias se caracterizan por ser obras innovadoras y originales que influyen en todos los géneros literarios (poesía, teatro, narrativa…) y que tratan de cuestiones universales. Además, cuestionan la herencia literaria (antitradicionalismo), renuncian a la realidad a través de la deformación de esta (irracionalismo) y se alejan de las pasiones y los sentimientos humanos (arte deshumanizado).

Los principales movimientos de vanguardia desarrollados en Europa fueron el expresionismo, futurismo, cubismo, dadaísmo, ultraísmo y creacionismo.

Las Vanguardias en España

En España, las vanguardias llegarán a finales de la primera década del siglo XX de la mano de Ramón Gómez de la Serna y sus Greguerías. Lidera un nuevo género que revolucionó las artes españolas. Ramón Gómez de la Serna se encargó de difundir estas corrientes renovadoras, junto a Vicente Huidobro como fundador del creacionismo. Juntos introdujeron los ismos en España.

Las dos vanguardias que se asentaron en nuestro país fueron el creacionismo y el ultraísmo, dos movimientos de vanguardia que surgen en el ámbito hispánico entre 1918 y 1923. Ambas manifiestan una profunda aversión por lo sentimental y lo trágico, por lo subjetivo y lo íntimo. Reciben una influencia directa del futurismo y cubismo europeos, a cuya difusión había contribuido Ramón Gómez de la Serna. El creacionismo, impulsado por Vicente Huidobro, se basa en la idea de que el poeta ha de ser creador de nuevas realidades; elimina lo anecdótico y descriptivo, y construye el poema por yuxtaposición de imágenes sorprendentes.

El ultraísmo huye del sentimentalismo, convierte los objetos de la vida moderna en tema poético, defiende la autonomía del arte, emplea el verso libre, disposiciones tipográficas llamativas, neologismos y metáforas infrecuentes.

Por último, hay que destacar los esperpentos de Valle-Inclán como fenómeno vanguardista español. Con una estética de corte expresionista, este autor convierte lo grotesco en forma de expresión: mezcla el dolor (tragedia) con unos personajes que son unos farsantes (comedia) y se produce una deformación sistemática de la realidad. Como obra capital cabe destacar Luces de Bohemia.

Las Vanguardias Hispanoamericanas

Las vanguardias hispanoamericanas se caracterizan por la innovación y la experimentación en las formas estéticas. Al igual que en España, destacan corrientes como el creacionismo, el ultraísmo y el surrealismo.

Creacionismo

En el creacionismo fue Vicente Huidobro (Chile, 1893-1948) quien influyó de manera notable en la poesía española. La misión del poeta, según explica en su libro El espejo de agua (1916), no es imitar el mundo real, descriptivo y anecdótico, sino crear su propia realidad.

Ultraísmo

En el ultraísmo destacamos a Jorge Luis Borges (Argentina, 1899-1986), narrador, ensayista y poeta. Crea una poesía llena de símbolos, juegos de palabras, paradojas y contrastes, una poesía de raíz intelectual. Destacamos obras como Fervor de Buenos Aires o Luna de enfrente.

Surrealismo

Otro de los movimientos de gran repercusión dentro y fuera de Hispanoamérica fue el surrealismo. En estos años se dan a conocer los grandes poetas hispanoamericanos, aunque no toda su obra sea vanguardista. Destacamos a César Vallejo: compagina la poesía humanizada con la vanguardista. Su obra más experimental es Trilce. El surrealismo tiene una enorme repercusión en la obra de autores españoles coetáneos como Federico García Lorca, con Poeta en Nueva York, y Vicente Aleixandre, con Sombra del Paraíso, entre otros, y en los poemas más experimentales y pesimistas del poeta peruano ya nombrado César Vallejo y del chileno Pablo Neruda, con Residencia en la Tierra, donde el autor se deleita en la ruina mediante un lenguaje que remite a la constante descomposición de todo (consumido, podrido, marchito…).

En definitiva, estos movimientos tendrán una posterior repercusión en la obra de otros autores hispanoamericanos como Octavio Paz o Nicanor Parra. Por todo ello, podemos afirmar que nos encontramos ante una verdadera revolución artística que, si bien no perduró en el tiempo, sí tuvo un papel significativo a nivel mundial en las futuras generaciones de literatos.