La Transición Española: De la Dictadura a la Democracia
El 20 de noviembre de 1975, el gobierno de Carlos Arias Navarro reportó la muerte de Franco. A partir de este momento y hasta el gobierno del PSOE en 1982, se desarrolló en España la transición pacífica de la dictadura a la democracia. Franco murió dos días después y el Rey Juan Carlos I fue proclamado. El rey prefirió que el gobierno de Carlos Arias Navarro continuara en su lugar. Torcuato Fernández-Miranda fue nombrado Presidente de las Cortes del Reino y del Consejo, con el objetivo de transformar el régimen de la dictadura católica nacional en un régimen parlamentario. Arias Navarro no creía en una democracia real y pensaba que su posición era un obstáculo, por lo que finalmente renunció, sin la acreditación de que el franquismo continuaría sin Franco. El 5 de julio de 1976, el Rey nombró presidente a Adolfo Suárez. En septiembre de 1976, Suárez presentó en televisión pública el proyecto de Ley para la Reforma Política, que fue el paso fundamental hacia la democracia. La violencia de ETA progresaba, con el objetivo de impedir el avance de la democracia. Grupos de extrema izquierda como el GRAPO (Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre) secuestraron al Presidente del Consejo de Estado y al Presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar. Adolfo Suárez, con el fin de introducir un nuevo sistema político, improvisó una reforma institucional. En enero de 1977, algunos ultraderechistas asesinaron a cinco abogados laboralistas del sindicato Comisiones Obreras, relacionados con el PCE, en una oficina comercial.
La Legalización del PCE y las Primeras Elecciones Democráticas
Estos eventos aceleraron la legalización del Partido Comunista. Suárez, a través de un decreto-ley, legalizó el Partido Comunista, a pesar de la negativa de la Corte Suprema. En junio de 1977, se celebraron las primeras elecciones democráticas desde 1936 para elegir a los representantes españoles en el Parlamento. La Unión de Centro Democrático (UCD), coalición que recogía diversas personalidades (centristas, socialdemócratas, liberales y demócrata-cristianos) liderada por Adolfo Suárez, ganó las elecciones, quedando Felipe González (PSOE) en segundo lugar. Suárez formó su segundo gobierno en julio de 1977. El primer gobierno que apoyaban las urnas.
Los Pactos de la Moncloa y la Constitución de 1978
El nuevo gobierno se centró en la institucionalización de los regímenes regionales a través de los territorios, en reanudar las negociaciones para la entrada en la Comunidad Económica Europea, en combatir la inflación y el déficit exterior, en luchar contra el desempleo, en buscar el consenso entre las fuerzas políticas y sociales para la resolución constitucional, etc. España estaba sufriendo las consecuencias de la crisis económica mundial de los años 70. Desde 1975, la situación económica había empeorado. El gobierno y los representantes de los partidos políticos firmaron los Pactos de la Moncloa el 25 de octubre de 1977, después de una gran devaluación de la peseta. El objetivo principal era la aprobación de un modelo económico y social por parte de la clase obrera. Los Pactos de la Moncloa, además de proporcionar la oportunidad de preparar la Constitución en un mejor clima de paz social, dieron lugar a la normalización de las relaciones y a un menor conflicto laboral. Inmediatamente se inició la reforma de la Hacienda. La democracia estaba en peligro debido al terrorismo, por lo que las fuerzas políticas del Estado prepararon una nueva Constitución. La Constitución fue aprobada el 6 de diciembre de 1978. Definía a España como un “Estado social y democrático de derecho”, con un gobierno de monarquía parlamentaria. La Constitución limitaba los poderes de la Corona, refiriéndose a ellos, y garantizaba el uso del poder por parte de los tribunales. El texto definía un estado aconfesional. La Constitución enumeraba los derechos de los españoles con gran detalle, establecía la mayoría de edad a los dieciocho años y abría la puerta a la abolición de la pena de muerte y al divorcio.
Los Estatutos de Autonomía y la Crisis de la UCD
La Constitución de 1978 reconocía el poder de las nacionalidades y regiones para restaurar su autonomía histórica. Tras la aprobación de la Constitución, se convocaron elecciones en marzo de 1979, que Suárez y la UCD volvieron a ganar. Adolfo Suárez acordó el texto del Estatuto de Autonomía del País Vasco con el PNV y el jefe del Consejo General Vasco, Carlos Garaikoetxea. El Estatuto de Cataluña fue aprobado por referéndum el 25 de octubre de 1979. A finales de 1980 se aprobó el Estatuto de Autonomía de Galicia. Andalucía debía aprobar su autonomía a través del artículo 151. La crisis económica había empeorado significativamente las condiciones de vida de muchos sectores de la sociedad. ETA seguía sin aceptar el cambio democrático en la Constitución, y 65 personas murieron en sus atentados. A principios de 1981, los rumores sobre la destitución de Suárez se incrementaron fuertemente, debido a la ruptura de la política regional en España y a la incapacidad de acabar con el terrorismo. El gobierno tuvo que cambiar su composición tres veces. Después del verano, la crisis interna de la UCD se intensificó nuevamente con el proyecto de ley de legalización del divorcio. Cansado de las tensiones dentro del partido, Adolfo Suárez anunció su dimisión como Presidente del Gobierno el 29 de enero de 1981. El comité ejecutivo de la UCD eligió a Leopoldo Calvo Sotelo como candidato a la presidencia.
El Golpe de Estado del 23-F y la Victoria del PSOE
El 23 de febrero de 1981, durante la investidura de Calvo Sotelo, un destacamento de la Guardia Civil, liderado por el teniente coronel Tejero, entró en el Congreso. Al mismo tiempo, Milans del Bosch, capitán general de Valencia, se sublevó. Pero la falta de unidad militar y la intervención del Rey salvaron la democracia. Después de un difícil conflicto en el Parlamento, se aprobó la Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico (LOAPA) en junio de 1982. Fernández Ordóñez consiguió que el Congreso de los Diputados aprobara una ley de divorcio progresista. Calvo Sotelo no esperó hasta el final de su mandato y adelantó las elecciones a octubre de 1982, que ganó el PSOE.
El Estatuto de Gernika y los Cambios Sociales
El Estatuto de Gernika, similar al que estuvo en vigor durante la Guerra Civil, regulaba la enseñanza, las competencias y la autofinanciación económica. El nacionalismo vasco tuvo éxito en las elecciones, y ante el aumento de los ataques de HB, el Gobierno de la Comunidad nombró al PNV como interlocutor único, con la tarea de reducir la violencia terrorista. El 25 de octubre de 1979 se aprobó la ley. La aprobación de los Estatutos llevó a la formación de las instituciones autonómicas vascas, con el objetivo de completar su autogobierno: Parlamento, Gobierno y Presidente. El 9 de marzo de 1980 se celebraron las primeras elecciones. Carlos Garaikoetxea fue investido como primer Presidente del País Vasco. Se produjo el descubrimiento del empleo de las mujeres y la pérdida de valores tradicionales. La influencia de la Iglesia española en la vida pública y privada se perdió rápidamente. Gracias a los avances en la educación y los medios de comunicación, la responsabilidad intelectual tomó mayor relevancia. En 1977 se creó el Ministerio de Cultura para mejorar el entorno cultural. La ideología socialdemócrata se reflejó inmediatamente en la diversidad de los medios de comunicación. La prensa tuvo una gran importancia e influencia política y social. El diario *El País* se publicó en Madrid en mayo de 1976, con editoriales relacionados con el concepto de democracia, que ayudaron a muchos españoles a entenderla.
La Integración de España en la Comunidad Europea
La muerte de Franco abrió las puertas del proceso de integración europea a España. El presidente Adolfo Suárez presentó de nuevo la solicitud a la Comunidad Europea en julio de 1977. El Consejo de Ministros la aprobó y, unos meses más tarde, la Comisión concedió afirmativamente la petición española. Las negociaciones comenzaron oficialmente el 5 de febrero de 1979, aunque con graves obstáculos. La entrada de España planteaba problemas en torno a la política regional comunitaria y al potencial agrícola. Además, la introducción de estos países provocaría altos costos, ya que numerosas zonas pobres del territorio mediterráneo deberían recibir fondos estructurales. Francia y Alemania tenían la voluntad de facilitar el proceso de integración. El frustrado golpe de Estado de 1981 tuvo lugar en un momento favorable a la democracia en España. En 1982, el Rey Juan Carlos I recibió el Premio Europeo Carlomagno. Se trataba de un reconocimiento simbólico a la inclusión de España en Europa y a la modernización de su aislamiento. Finalmente, el 12 de junio de 1985, España, junto con Portugal, se unieron a la Comunidad Europea, y en 1986 ambos países comenzaron a ser miembros de pleno derecho.