Transformaciones socioeconómicas en la España del siglo XIX

Flujos Migratorios en el Siglo XIX

Tipos de Migraciones

Se distinguen dos tipos principales de migraciones:

  • Interna: Desplazamientos dentro del territorio español. Algunos ejemplos son:
    • Campo-ciudad: Un flujo constante a lo largo de la historia, especialmente en el siglo XIX.
    • Centro-periferia.
    • Sur-norte: Hacia los grandes centros industriales del norte, como Cataluña.
  • Externa: Emigración desde España hacia otros países, principalmente a Centro y Sudamérica.

La Población en Cataluña en el Siglo XIX

A principios del siglo XVIII, Cataluña contaba con 500.000 habitantes. En 1787, la población aumentó a 900.000 y en 1900 alcanzó los 1,9 millones. Este crecimiento se debió a la aceleración del crecimiento natural de la población y a la llegada de migrantes del resto de España.

La Emigración Catalana a las Antillas

Durante el siglo XIX, dos tercios de los emigrantes catalanes se dirigieron a Cuba y Puerto Rico. Para Cataluña, la emigración era un complemento mercantil necesario para su economía productiva.

La Agricultura y el Mundo Rural en el Siglo XIX

A pesar de la industrialización, la agricultura seguía siendo la actividad económica que ocupaba a más personas en España durante el siglo XIX. En Cataluña, sin embargo, se observó un aumento en el número de personas dedicadas a la industria.

En el siglo XIX, España estaba atrasada respecto al resto de Europa en el ámbito agrícola. Dos características principales eran:

  • Técnicas agrarias: Uso del barbecho, arado romano, sistemas de regadío deficientes y falta de uso de abonos.
  • Propiedad en manos de los privilegiados: La mayoría de las tierras pertenecían a la Iglesia o la nobleza, quienes no facilitaban la renovación de la agricultura.

Cuando los liberales llegaron al poder, se dieron cuenta de la situación y durante todo el siglo XIX, diferentes gobiernos liberales intentaron implementar programas de mejora de la agricultura, aunque con poco éxito.

Cambios en el Régimen de Propiedad de la Tierra

Se produjeron cambios en la estructura de la propiedad de la tierra, con el objetivo de:

  • Aumentar el número de tierras cultivadas.

Sin embargo, estos cambios también tuvieron consecuencias negativas, como la emigración a las ciudades de campesinos que perdieron sus tierras debido a las desamortizaciones.

La Especialización Regional de los Cultivos

A finales del siglo XIX, se produjo una diversificación de los cultivos y cada región se especializó en un tipo concreto. Por ejemplo:

  • Cereales, maíz y patata en el norte.
  • Cítricos en Valencia y Castellón.
  • Arroz en el Ebro y el Ampurdán.
  • Frutos secos en Tarragona y Lleida.

Crisis Agraria de Finales de Siglo

Entre 1880 y 1890, se produjo una crisis agraria caracterizada por la bajada de precios de los productos agrarios y el descenso de las rentas agrarias. Esta crisis afectó especialmente a la producción de cereales.

Crisis de la Filoxera y el Conflicto Rabassaire

La filoxera, un insecto que ataca a las vides, afectó especialmente a Cataluña. Esta plaga provocó una doble crisis: la pérdida de cosechas y el conflicto con los rabassaires, quienes cultivaban las tierras mediante un contrato llamado rabassa morta. Este contrato permitía al campesino disponer de las tierras hasta que las cepas murieran. La llegada de la filoxera provocó la finalización de muchos contratos y generó un conflicto que dio lugar a levantamientos de rabassaires e incluso a la creación de la Unión Rabassaire, el primer sindicato de campesinos de España.

El Proceso de Industrialización

En el siglo XIX, España no experimentó un proceso de industrialización comparable al de otros países europeos, excepto en dos regiones: Cataluña y el País Vasco.

Cataluña contaba con una situación geográfica favorable, con un importante puerto en el Mediterráneo. Además, la burguesía catalana, con un espíritu emprendedor, invirtió en la industria.

Tanto en Cataluña como en el País Vasco, la industrialización implicó la aparición de fábricas. Se distinguen dos tipos:

  • Fábricas de vapor: Utilizaban máquinas de vapor como fuente de energía. Se ubicaban en ciudades como Barcelona y Mataró.
  • Colonias industriales: Surgieron cuando el precio del carbón aumentó y las empresas buscaron fuentes de energía alternativas, como el agua. Estas fábricas se instalaban en los cursos medios de los ríos, lo que implicaba el traslado de los trabajadores a las colonias, que eran como ciudades-empresa. Las colonias ofrecían viviendas y servicios a los trabajadores, pero también implicaban un cierto aislamiento.

La Industria Textil

Tras la pérdida de las colonias americanas, la economía española sufrió un impacto negativo. Sin embargo, a finales de la década de 1820, comenzó a mostrar síntomas de recuperación. Entre 1832 y 1833, se instalaron en Barcelona talleres y fábricas textiles como la de Bonaplata, Vilaregut, Rull y Compañía, la primera en utilizar máquinas de vapor. Cataluña se convirtió en la primera región industrial de España.

Entre 1844 y 1850, se construyeron industrias textiles accionadas por vapor en Cataluña, como El Vapor Vell. A finales de la década de 1850, Cataluña controlaba más del 90% del mercado textil español.

La Guerra de Secesión estadounidense provocó una crisis del algodón que afectó a la industria textil catalana. Al finalizar la guerra, se restablecieron las importaciones de algodón desde Estados Unidos, pero la crisis no terminó.

La Industria Siderometalúrgica

La primera industria siderúrgica en España se desarrolló en el sur, pero era poco desarrollada y utilizaba carbón vegetal como fuente de energía. A mediados del siglo XIX, tuvo cierto éxito, pero el encarecimiento de la madera provocó su decadencia y desaparición.

En la década de 1830-1840, se construyeron fundiciones como El Nuevo Vulcano y la Maquinista Terrestre Marítima en Cataluña. A mediados de siglo, se desarrolló una importante industria minerometalúrgica en Asturias, con empresas como la Société Metallurgique des Asturies y la Sociedad Metalúrgica Duro y Cía. La industria asturiana producía el 46% del total de la producción siderúrgica española.

En la margen izquierda de la ría de Bilbao se instalaron los primeros altos hornos. En 1880, se puso en funcionamiento la fábrica de San Francisco de Mudela y en 1882, Altos Hornos y Fábricas de Hierro y Acero de Bilbao y Vizcaya. La depresión económica europea de finales del siglo XIX afectó a la industria siderúrgica vasca, pero a partir de 1896 experimentó un nuevo crecimiento.

Minería

España fue un importante exportador de minerales durante el siglo XIX. La península contaba con plomo, zinc, cobre, hierro y mercurio, pero faltaba carbón a un precio competitivo. La Ley de Bases Generales para la Minería, publicada en 1868, estimuló las inversiones extranjeras, especialmente de Francia e Inglaterra.

En Almadén se encontraba la mina de mercurio más importante del mundo.

Comercio, Infraestructuras y Comunicaciones

Se distinguen dos tipos de comercio:

  • Interior: Prácticamente inexistente en el siglo XIX debido a las dificultades de transporte, las deficientes comunicaciones y la diversidad de monedas, pesos y medidas.
  • Exterior: España contaba con una buena posición geográfica, con puertos importantes en las rutas mundiales. La balanza comercial era generalmente negativa, ya que se exportaba menos de lo que se importaba, pero no se encontraba en mala situación. Las principales exportaciones eran materias primas como vino y trigo, mientras que las importaciones se centraban en manufacturas y materias primas como el carbón inglés.

Red de Vías de Comunicación Terrestre

A principios del siglo XIX, el transporte por carretera era lento, peligroso y caro. El ferrocarril se convirtió en la gran esperanza para mejorar el transporte terrestre. En 1845, una compañía inglesa inició la construcción de la línea de ferrocarril Barcelona-Mataró. En 1855, se promulgó la Ley de Ferrocarriles y se construyeron 10.800 km de líneas férreas. La red ferroviaria adoptó una estructura radial que dejó grandes zonas del territorio sin conexión.

Transformaciones Sociales y Movimiento Obrero

La industrialización creó dos nuevas clases sociales:

  • Burguesía industrial: Empresarios que se enriquecieron con la industria.
  • Proletariado: Obreros industriales que trabajaban en las fábricas.

La sociedad se volvió más desigual, con una minoría de empresarios ricos y una mayoría de obreros con bajos salarios y malas condiciones de trabajo.

Burguesía y Proletariado Industrial

La burguesía y el proletariado se convirtieron en los nuevos criterios de diferenciación social. El nuevo sistema no era igualitario, ya que existían grandes diferencias sociales, económicas y políticas. Aunque todos eran iguales ante la ley, en la práctica no todos podían participar en la vida política, que estaba limitada por el sufragio censitario, que restringía el derecho al voto a una minoría de la población.

El nuevo sistema era clasista, ya que establecía rígidas diferencias sociales según el nivel de ingresos.

Otra característica del siglo XIX fue el proceso de urbanización y el aumento del número de trabajadores en el sector servicios. Se produjo una transformación de una parte de la población de campesinos y artesanos en obreros industriales.

Movimiento Obrero

El movimiento obrero se define como el conjunto de manifestaciones de los obreros industriales en defensa de sus intereses como trabajadores. Las duras condiciones de vida y de trabajo impuestas por la industrialización favorecieron su desarrollo.

Los obreros trabajaban largas jornadas, sin vacaciones ni días festivos, y cobraban salarios mínimos. No existía legislación laboral ni ningún tipo de cobertura social, como jubilación o subsidio por desempleo. Los reglamentos internos de las fábricas eran muy rígidos y las condiciones de trabajo eran a menudo insalubres.

Estas condiciones provocaron una conciencia social entre los obreros, quienes se dieron cuenta de que uniéndose podrían conseguir mejoras en sus condiciones de vida y trabajo.