Transformaciones Sociales en el Siglo XIX: Un Análisis

Transformaciones Sociales:

Evolución Demográfica

Caracterizada, en el siglo XIX, por estos rasgos:

  • Nobleza: La alta aristocracia de cuna perdió su posición en la sociedad, pero se adaptó a las circunstancias y conservó gran influencia. Pactó con las nuevas élites que se incorporaron a la cúspide de la pirámide social.
  • Burguesía: El modo de vida nobiliario fue referente para una burguesía en ascenso durante el siglo XIX. El crecimiento económico favoreció la aparición de una nueva burguesía de negocios o élite del dinero, constituida por banqueros, grandes comerciantes e industriales, propietarios de tierras rústicas y de inmuebles urbanos, dueños de títulos de deuda pública y especuladores en bolsa. A estos se unieron los profesionales más prestigiosos y los altos cargos del estado y el ejército. Las burguesías regionales y locales de la periferia eran más modestas y se vincularon a actividades industriales y comerciales: en Cádiz al comercio ultramarino, Valencia a la exportación de productos agrarios, Asturias, País Vasco y Cataluña a la industria. A estos grupos se añadieron los indianos que habían constituido su patrimonio por los negocios en las colonias de ultramar (principalmente en Cuba). Por debajo de esta burguesía se encontraban los propietarios que ejercían una actividad profesional, componiendo las clases medias acomodadas. La burguesía fue muy débil; su aspiración era ascender en la pirámide social mediante la obtención de propiedades inmuebles. Controlaban la administración pública, la cultura y la enseñanza, la información, el ejército, el comercio minorista, manufacturas de taller y los cargos eclesiásticos.

Ampliación de las Ciudades

Muchas ciudades derribaron sus cercas y murallas a mediados del siglo XIX a fin de ampliar su perímetro para acomodar a los inmigrantes. La ampliación del centro histórico se denominó ensanche. En ocasiones siguió un diseño ortogonal; en Barcelona fue concebido por Ildefonso Cerdá y en Madrid, por Carlos María de Castro. Otras ciudades, como Bilbao y Valencia, también realizaron este proceso.

Familia y Ocio Burgueses

Difundieron un modo de vida basado en la familia nuclear, formada por el matrimonio y los hijos, y presidida por el padre; se concedía relevancia al ámbito de lo privado y lo doméstico. Las élites crearon espacios sociales propios como los cafés y los clubes, círculos y casinos privados donde se organizaban tertulias. Las mujeres preparaban veladas en casa. Tenían predilección por espectáculos propios como los toros, los bailes, el circo y el teatro, el musical como la ópera y la zarzuela. La vestimenta diferenciaba a los que tenían propiedades y también a los sexos. La indumentaria marcaba el paso de la adolescencia a la juventud.

Los Trabajadores del Campo

Era el más numeroso, pero apenas tenían bienes; la gran mayoría trabajaba la tierra en el siglo XIX. Se distinguen tres categorías:

  • 1. Propietarios: De pequeños minifundios, muy abundantes en el norte. Tenían que trabajar como asalariados y arrendatarios para completar los ingresos.
  • 2. Arrendatarios y Aparceros: Pagaban un alquiler por cultivar tierras ajenas, recibiendo el total o parte del producto obtenido. Tenían contratos de corta duración que el propietario fijaba libremente sin las limitaciones del antiguo régimen.
  • 3. Jornaleros: Trabajaban a cambio de un salario y dependían de las estaciones para labrar el campo. Era el grupo más numeroso en el campo, sobre todo en la mitad meridional peninsular y en Andalucía occidental, donde eran más del 75% ocupados en los grandes latifundios.

Vida de los Campesinos

El modo de vida siguió siendo muy tradicional. Se mantuvieron alejados del pensamiento liberal y del socialista. Los cambios a favor de la propiedad privada hicieron disminuir su seguridad y los perjudicó. El estado liberal estaba presente en áreas que habían quedado fuera del control gubernamental.

Los Trabajadores de la Ciudad

Aparecieron nuevos trabajadores como los obreros fabriles, los ferroviarios, los inmigrantes procedentes del campo, y los que se incorporaban a sectores en expansión, como la minería, la construcción, el comercio y la administración.

Problemas de los Trabajadores

Los trabajadores compartían una situación precaria y unos motivos de malestar, destacan los siguientes:

  • Los Oficios Más Antiguos: Los trabajadores de arraigada cultura gremial como los dedicados a los oficios tradicionales: albañiles, zapateros, panaderos, sastres, carpinteros, herreros y tipógrafos.
  • Servicio Doméstico: Abundante y formado por mujeres.
  • Dependientes de Comercios: Repartidores y transportistas.

Vida Social de los Trabajadores

Las actividades de ocio preferidas estaban en los teatros ambulantes, las ferias y los bailes al aire libre. El lugar de encuentro social eran las tabernas y los bares.

Movimiento Obrero

De la Protesta Popular al Movimiento Obrero

Los trabajadores manifestaron sus protestas y su malestar recurriendo a procedimientos de tradición centenaria. Se fueron politizando los liberales, los demócratas y republicanos, y después invocaban la acción justiciera del “pueblo” contra el mal gobierno. El sistema político liberal y el democrático se implantaban, se difundieron las ideas de la revolución francesa. Los trabajadores comenzaron a utilizar nuevas formas de lucha y organización, que constituyó un movimiento obrero en su doble faceta sindical y política.

El Desarrollo del Movimiento Obrero

  • Primeras Décadas: Antes de la revolución de 1868 aparecieron las primeras protestas espontáneas de obreros industriales a través del ludismo. Este movimiento destruía las máquinas, a las que se culpaba de la pérdida del trabajo. Se produjeron motines luditas en Galicia y Alcoy a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX. Los sucesos más graves se produjeron en Cataluña, ya que estaba más industrializada; aquí se produjo el incendio de la fábrica Bonaplata (1835). A partir de 1840, la protesta derivó hacia la creación de agrupaciones que los protegieran, como la Asociación de Protección Mutua de Tejedores de Algodón (1840). Desde 1839 se autorizaron las sociedades de socorro mutuo. En Cataluña hubo huelgas organizadas como la de 1854 (contra las selfactinas y la libre contratación) y la huelga de 1855.
  • Huelga de 1855: Contra la ilegalización de las sociedades obreras que proponían los progresistas. Puso de manifiesto el desengaño de los trabajadores ante la gestión de los gobiernos de la izquierda liberal. A raíz de esto, los obreros se inclinaron por los demócratas y republicanos, que reivindicaban la libertad de asociación y la aprobación de medidas legislativas protectoras de los trabajadores.

Sexenio Democrático (1868-1874)

Los obreros emplearon dos vías para reivindicarse: querían mejorar las condiciones de vida, pero también promover una revolución política y un cambio social, por medio de asociaciones y métodos de lucha exclusivos de los trabajadores. Los anarquistas eligieron la primera vía (la acción directa), mientras que los socialistas combinaron ambas. La división entre anarquistas y socialistas se produjo en el seno de la Asociación Internacional de Trabajadores, que llegó a través de Giuseppe Fanelli. Junto a él surgieron los primeros líderes obreros del país como Anselmo Lorenzo. En 1870, los bakuninistas crearon la Federación Regional Española (FRE), que en 1873 contaba con numerosos afiliados. En 1872, un grupo de obreros expulsados de la FRE y liderado por Pablo Iglesias creó una célula de inspiración socialista marxista; en 1873 este se incorporó a una sociedad de socorro mutuo para la Asociación General del Arte de Imprimir.

Federación Regional Española (FRE)

De manera autónoma, según los principios anarquistas, dejando mucha libertad a las secciones de cada oficio. Era apolítica y mostró una indiferencia hacia las elecciones. El desprecio por el parlamentarismo y el rechazo de la centralización hicieron del anarquismo una fuerza popular entre los obreros industriales de las regiones mediterráneas y entre los jornaleros andaluces.

Movimiento Obrero en Andalucía y Cataluña

La UGT se nutrió de obreros cualificados y urbanos que formaban parte de las sociedades de oficio. Estas constituían federaciones nacionales que se unían en el seno del sindicato socialista, dotado de una dirección más centralizada que la anarquista; los miembros de la UGT empleaban tácticas más moderadas.

Los Círculos Católicos

A partir de 1833 aparecieron los círculos de obreros católicos, promovidos por el jesuita Antonio Vincent. Favorecían la cooperación entre patronos y obreros para crear un movimiento confesional fundamentado en la doctrina social de la iglesia.

Características de la UGT

  • Independiente, pero subordinada al PSOE, compartían dirigentes.
  • Estableció su sede en Madrid en 1899.
  • Los núcleos fundamentales: las sociedades de oficio madrileñas, en torno a la Casa del Pueblo entre 1898 y 1899, donde los tipógrafos organizaron a trabajadores de otras actividades.
  • Las sociedades obreras de metalúrgicos y mineros en el norte. En Vizcaya surgieron las agrupaciones de Obreros del Metal y Mineros del Hierro a partir de la guerra de 1890. En Asturias, los socialistas organizaron a los mineros del carbón (1897).

Estructura de la UGT

  1. Secretario General
  2. Gobierno
  3. Por oficios: metal, ferroviarios, etc.
  4. Por regiones: Andalucía, Aragón, etc.

Partidos Políticos (1874-1902)

1. CARLISTAS: Radicales: Ramón Nocedad; Moderados: Emilio Pidal.

2. PARTIDOS DINÁSTICOS:

  • A) Partido Conservador: Antonio Cánovas del Castillo. Tendencia derechista – Alejandro Pidal; Tendencia centrista – Francisco Silvela y Raimundo Fernández Villaverde; Tendencia izquierdista – Francisco Romero Robledo.
  • B) Partido Liberal: Práxedes Mateo Sagasta. Tendencia derechista: Arsenio Martínez Campos; Tendencia centrista: Segismundo Morel; Tendencia izquierdista: Eugenio Montero Ríos y Manuel Domínguez.

3. PARTIDOS ANTIDINÁSTICOS:

  • A) Republicanos: Posibilistas: Emilio Castelar; Unitarios: Nicolás Salmerón; Federalistas: Francisco Pi y Marguel.
  • B) Partidos de signo social: Partido Socialista Obrero Español (PSOE): Pablo Iglesias Posse, Jaime Vera López.
  • C) Partidos Nacionalistas: Cataluña: La Lliga Regionalista: Enric Prat de la Riba, Francesc Cambó; País Vasco: Partido Nacionalista Vasco (PNV): Sabino Arana Goiri; Galicia: Grupo Nacionalista Gallego: Alfredo Braña, Miguel Murgía; Valencia: Partido Valencianista: Vicente Blasco Ibáñez, Teodoro Llorente y Faustino Barberá; Andalucía: Partido Socialista Andaluz o Partido Andalucista: Blas Infante.
  • D) Sindicato: Unión General de Trabajadores (UGT): Francisco García Quejigo, Francisco Largo Caballero. Sindicatos anarquistas.

Cultura y Educación

La Socialización del Saber: La Educación

Durante el reinado de Isabel II se promulgó la Ley de Instrucción Pública (1857) promovida por el ministro de Fomento, Claudio Moyano, que dividía la enseñanza en 3 niveles:

  1. Enseñanza Primaria: Dividida en nivel elemental y superior. Obligatoria y, en el nivel elemental (6-9 años) gratuita para los que acreditaran no tener ingresos. Financiada por los ayuntamientos.
  2. Enseñanza Secundaria o Media: Se impartía en institutos y solo accedían los que tenían recursos económicos.
  3. Enseñanza Superior o Universitaria: Reservada en exclusiva a las élites.

El sistema educativo era dual, en parte estatal o público y en parte privado, pero a pesar de existir una gran intervención estatal, la enseñanza primaria y secundaria estaba en manos de otras instituciones. La difusión de la educación chocó con las limitaciones presupuestarias; el estado apenas invirtió en las escuelas; la mayor parte de los recursos se dedicaba a las universidades.

Enseñanza Primaria y Secundaria

La deficiencia de la instrucción primaria fue paliada por asociaciones privadas. Los maestros recibían sueldos muy bajos y se veían obligados a trabajar en otro sitio para ganarse la vida, lo que incidía negativamente en la calidad de la enseñanza. El número de analfabetos disminuyó, pero no lo suficiente; en 1900 más del 50% de la población adulta no sabía ni leer ni escribir. Las principales perjudicadas eran las niñas, las áreas rurales y Galicia, Valencia, las Islas Baleares, Canarias y todo el sur del país, ya que en estas zonas no se consideraba de mucha utilidad. En 1900 había un instituto público de enseñanza secundaria en cada capital de provincia y en algunas ciudades importantes, y dos en Madrid. Durante la restauración disminuyó el número de alumnos a favor de la red escolar impulsada por las asociaciones privadas y las congregaciones religiosas (1900).

Enseñanza Universitaria

(15,000 alumnos en 1900) El sistema era uniforme y centralista; la universidad central de Madrid era la única que impartía todas las licenciaturas y podía conceder el doctorado. Las carreras que se podían estudiar eran derecho, medicina, farmacia, ciencias y filosofía y letras, y surgieron las escuelas politécnicas y de bellas artes. Los profesores carecían de libertad de cátedra, lo que provocó conflictos durante el régimen de Isabel II y al comienzo de la restauración. En 1875, el gobierno apartó de sus cátedras a Castelar, Salmerón, Montero Ríos y Azcárate. Este hecho encubría una persecución política y religiosa contra los catedráticos más liberales, partidarios del krausismo y de Julián Sanz del Río, que se negaron a jurar fidelidad a la monarquía y respeto a los dogmas del catolicismo, eran defensores del evolucionismo darwinista y el positivismo. En 1876, Francisco Giner de los Ríos fundó la Institución Libre de Enseñanza.

Krausismo

Corriente de pensamiento que se introdujo a mediados del siglo XIX. Recibió su nombre de Friedrich Krause, profesaba una doctrina racionalista, una ideología liberal y democrática; y una religiosidad personal. En España, el divulgador fue Julián Sanz del Río, catedrático de filosofía de la universidad central. El krausismo impulsó la renovación pedagógica, intelectual y científica en España a través de la Institución Libre de Enseñanza.

El Régimen de la Restauración

La restauración de la monarquía borbónica de Alfonso XII se produjo mediante los pronunciamientos militares. Fue protagonizado por el general Martínez Campos y tuvo lugar en Sagunto (Valencia) el 29/12/1874. El artífice fue Antonio Cánovas del Castillo, que hizo firmar al príncipe Alfonso el manifiesto de Sandhurst. Este documento (firmado en 12/1874) anticipaba la restauración monárquica, producida en 01/1875. El periodo de la restauración se da por finalizado con la llegada de Alfonso XIII a la mayoría de edad (1902).

Funcionamiento del Sistema Canovista

Cánovas era un político que había sido líder del partido alfonsino durante el sexenio democrático. Su principal mérito fue dotar a la monarquía restaurada de un sistema liberal y autoritario que permitía la alternancia en el gobierno de dos fuerzas políticas, derecha e izquierda.

Los partidos antimonárquicos, antiliberales y antinacionales quedaron excluidos y fuera del sistema, junto con las masas populares, ya que los resultados electorales se obtenían gracias a la manipulación y el fraude.

Pacificación del País

Implicaba también la exclusión de los militares de la actividad política. El ejército quedó relegado a sus funciones propias como el final de la tercera guerra carlista (1876) y de la guerra de Cuba (1878, paz de El Zanjón). Ambos conflictos provocaron secuelas:

  • Principios Fundamentales: Modelo centralista de estado; soberanía compartida entre el rey y las cortes; catolicismo como religión oficial del estado. Mantenía la tolerancia hacia otros cultos y la declaración de derechos de la constitución de 1869.
  • El Reparto de Poderes: No existía una división de poderes. El rey tenía poder hegemónico sobre el parlamento: potestad ejecutiva y legislativa. El gobierno necesitaba la doble confianza del rey y de las cortes: sistema bicameral, el congreso era elegido por sufragio censitario. Parte de los miembros del senado eran elegidos por la corona y otra parte por las corporaciones y los mayores contribuyentes.

Turno de Partidos

Dos fuerzas políticas que aceptaban las reglas del juego:

  • Partido Conservador: Liderado primero por Cánovas y después por Francisco Silvela. Aglutinó a liberales moderados, a miembros de la unión liberal, a progresistas y a católicos tradicionalistas. Se situaron en la derecha moderada.
  • Partido Liberal: Fundado en 1880, encabezado por Práxedes Mateo Sagasta y representó a la izquierda liberal. Sagasta era un antiguo progresista que dirigió el partido constitucionalista. Aceptó la constitución de 1876 y se atrajo a conservadores y a antiguos demócratas y progresistas, incluso republicanos históricos, que se aproximaron a él y colaboraron con la monarquía, permitiendo la reconciliación de la generación política de la revolución de 1868 con los borbones.

El turno de partidos era arbitrado por el monarca; el candidato a presidente de gobierno debía ser designado por el rey y contar con una mayoría en las cortes para gobernar. En caso contrario, obtenía el decreto de disolución de las cortes, promovía la convocatoria de elecciones y lograba una mayoría que le permitiera seguir gobernando. El proceso era inverso al de una democracia de masas auténtica. La alternancia se inició en 1881. Tras la muerte de Alfonso XII en 1885, su esposa María Cristina de Habsburgo asumió la regencia (1885-1902). Cánovas acordó con Sagasta cederle el poder durante los primeros años de la regencia (pacto de El Pardo).

El Caciquismo

El fraude electoral permitía que la decisión adoptada por el rey tuviera el apoyo “popular” necesario; todos los partidos se comprometían a esperar su turno para acceder al poder, por esto no se denunciaban las irregularidades.

Se aprobó la libertad de prensa e imprenta, la de cátedra y la de asociación. Se aprobaron también la ley del jurado (1888) como el código civil de 1889 y la legislación que implantaba el sufragio general masculino (1890).

Nacionalismos Periféricos

A la oposición se sumaron los regionalismos y nacionalismos, cuyos objetivos eran moderados y radicales. Entre ellos destacaron el nacionalismo catalán y el vasco, y en menor medida el gallego y el valenciano.

Factores que Propiciaron el Nacionalismo

  • Existencia de Movimientos Culturales: Rescataban las lenguas vernáculas y las costumbres autóctonas. El romanticismo propició el interés. Estos movimientos reivindicaban la memoria colectiva de cada reino. En estos movimientos se encontraban la Renaixença, que reivindicaba la identidad de Cataluña; los Jocs Florals; los que apoyaban la recuperación y codificación del euskera y el movimiento gallego Rexurdimento, destacando Rosalía de Castro y Manuel Curros Enríquez.
  • Crítica del Centralismo Uniformador del Estado Liberal: Los nacionalismos defendían la realidad histórica y plural. El liberalismo había suprimido esto, imponiendo un nacionalismo español.
  • Presencia de Dos Vertientes Anticentralistas: Una era conservadora, antiliberal y partidaria de recuperar los antiguos fueros; otra era progresista, federalista y republicana. La vertiente conservadora fue más importante en el País Vasco; la progresista en Cataluña.
  • Industrialización y Cambios Económicos: Afectaron al equilibrio de algunas regiones. La burguesía de la periferia defendió el proteccionismo y sus intereses como productores frente a las medidas liberales por parte del gobierno de Madrid. El desarrollo de Cataluña era muy superior; las élites catalanas reivindicaron que un mayor peso político de Cataluña beneficiaría a todo el país. En el caso del País Vasco ocurrió a la inversa; el cambio fue muy rápido y provocó la llegada de inmigrantes del resto de Europa. Esta fue percibida por algunos intelectuales y políticos como una amenaza hacia las tradiciones y costumbres vascas. Los gallegos culpaban al estado español de su situación.

Nacionalismo Político Catalán

Surgió durante el sexenio democrático a través del federalismo, que reivindicaba una Cataluña integrada en un conjunto de estados españoles federados. El ex republicano Valentí Almirall fundó el Centre Català (1882) para aglutinar a los catalanistas. La Unió Catalanista (1891) intentó unificar a las tendencias en torno a la burguesía nacionalista, ilustrada y conservadora, y promovió las Bases de Manresa (1892). Pero hasta 1901 no se formó el gran partido catalanista, la Lliga Regionalista, liderada por Enric Prat de la Riba y Francesc Cambó.

Nacionalismo Político Vasco

Defendía los fueros perdidos y rechazaba el proceso de industrialización porque fracturaba la sociedad tradicional vasca. El nacionalismo vasco identificó el capitalismo y el centralismo con lo español y señaló a los inmigrantes como los culpables de la degeneración de la raza vasca. Estas ideas se identificaban con una línea de pensamiento católica y antiliberal que se resumía en el lema “Dios y la ley vieja”. El ideólogo del nacionalismo político vasco fue Sabino Arana, fundador del Consejo Provincial Vizcaíno (1895), origen del Partido Nacionalista Vasco (PNV). También diseñó la ikurriña. A partir de 1898, el nacionalismo vasco osciló entre el independentismo radical y la integración del País Vasco como entidad autónoma dentro de España.

Regionalismos Gallego y Valenciano

El regionalismo gallego surgió después que el catalán y el vasco, como una reacción contra el atraso y marginación de su región. Teóricos más importantes: Alfredo Brañas y Manuel Martínez Murguía. Reivindicaron la descentralización administrativa y el uso de la lengua gallega sin llegar a crear un partido unificado. El regionalismo valenciano rechazó el centralismo del estado español y el nacionalismo catalán; este consideraba a los valencianos parte de la misma comunidad lingüística y cultural. La asociación cultural y política valencianista fue Lo Rat Penat (1878).