Transformaciones Políticas y Reformas en la Edad Moderna: Alemania, España y los Borbones

La política alemana y la reforma protestante

Inicio de la reforma protestante en 1517 a raíz de las Tesis de Worms de Lutero contra la Iglesia de Roma. Lutero obtuvo apoyos por parte de la población y de los príncipes alemanes (reafirmación de su independencia frente al emperador). Carlos V convoca la Dieta de los príncipes alemanes en Worms en 1521 para condenar a Lutero. Algunos de los príncipes protegieron a Lutero. El protestantismo se iba extendiendo. Los príncipes alemanes formaron la Liga de Smalkalda, pero fueron derrotados en la batalla de Mühlberg en 1547 por una coalición católica. En 1552, se formó una coalición contra Carlos, integrada por príncipes alemanes y Enrique II de Francia. Los ejércitos imperiales fueron derrotados y se entregaron a Francia varias ciudades de la frontera alemana. En 1555 se firma la Paz de Augsburgo, que concedía a cada príncipe el derecho a decidir la religión de su territorio.

La llegada a la Península y la elección imperial

En 1516, muere Fernando el Católico. Carlos tiene 16 años y es rey de los Países Bajos. Se hace coronar en Bruselas como rey de Castilla y Aragón y se traslada a la Península. Carlos nació y se educó en Borgoña. No hablaba castellano; llega acompañado por consejeros flamencos, a quienes va a otorgar los cargos más importantes, con lo que se ganará el rechazo de sus súbditos. Esto genera tensión en las Cortes que convoca para ratificarse como rey y pedir subsidios, exigiéndole residir en Castilla y respetar sus leyes. El emperador Maximiliano muere en 1519. Carlos I promueve entonces su candidatura al Imperio, al que también aspiraba Francisco I de Francia. Finalmente, los príncipes alemanes eligieron a Carlos como emperador: Carlos V (con elevados gastos para lograrlo). Carlos V preparó un viaje para ser coronado emperador en Aquisgrán. Para ello convocó Cortes en Santiago para pedir dinero. Tras agrias sesiones, Carlos zarpó hacia los Países Bajos.

Los primeros Borbones

Reinado de Felipe V

Rey inestable y enfermo (indecisión), estuvo dominado por quienes le rodeaban.

Durante la Guerra de Sucesión, fueron los administradores franceses quienes le ayudaron, y apartaron a la aristocracia española de las decisiones de gobierno, a favor de burócratas profesionales. En 1714, contrae matrimonio en segundas nupcias con Isabel de Farnesio, de fuerte carácter. Esto provocó un cambio radical en la Corte, imponiendo su propio programa político, con una política exterior agresiva para recuperar los dominios de Italia. Tuvo consejeros italianos, como el Cardenal Alberoni, con quien comenzaron las hostilidades en Italia. Esto solo consiguió la respuesta de una coalición europea que obligó a retirar las tropas, lo que tuvo como consecuencia la destitución de Alberoni.

En enero de 1724, tras una depresión de Felipe V, comenzó el reinado de Luis I, que fue breve porque falleció en agosto. Isabel de Farnesio convenció a su marido para que volviese al trono. Patiño se rodeó de eficaces colaboradores y realizó un ambicioso programa de rearme. Gracias a esto se conquistó el reino de Nápoles y Sicilia en 1734. La política exterior se basó en la alianza con Francia (primer pacto de familia). En los años finales del gobierno, hubo guerra contra los ingleses.

Carlos III y el Despotismo Ilustrado

Gobierno de Carlos III: Despotismo Ilustrado. Estado absoluto en el que el monarca tenía el papel de gobernante benefactor de su pueblo (impulsor de reformas para el progreso) bajo el lema “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo” (el monarca no contaba con el país). Carlos III contó con ministros ilustrados para realizar cambios en la vida económica (mejorar la agricultura, la industria y el comercio). Pretendían mejorar la situación económica para fortalecer el Estado. El bienestar de la población era un objetivo secundario. Criticaban los privilegios estamentales, pero no eran revolucionarios: no pretendían cuestionar las bases del Antiguo Régimen.

La monarquía centralista

El objetivo de Felipe V era reformar la administración española según el modelo francés, caracterizado por la centralización. Esto supuso acabar con la existencia de diferentes reinos, leyes e instituciones. Para reforzar el Estado y recuperar su lugar en Europa, los ministros del rey introdujeron cambios en la administración y la economía.

Profunda reorganización

  • Gobierno en manos de cinco secretarios de Despacho: Estado, Hacienda, Guerra, Gracia y Justicia y Marina e Indias (precedente de los ministros).
  • Se eliminaron los Consejos territoriales, excepto el de Indias y el de Castilla.
  • Los intendentes permitían que el gobierno central controlase lo que ocurría en cada provincia. Recaudaban impuestos, se encargaban de las obras públicas, la justicia y el orden público.
  • El ejército sufrió una total transformación. Los tercios se sustituyeron por regimientos y se separaron las diferentes armas. Se introdujeron los grados de oficiales, jefes y generales modernos. Ejército permanente; servicio militar. Cuarteles por todo el territorio. La nobleza siguió en los mandos superiores.
  • Se recuperó la marina de guerra (gran esfuerzo, astilleros; debilidad naval en la Guerra de Sucesión).
  • Objetivo de la Corona: reivindicar su autoridad sobre la Iglesia española (regalismo). Derecho del rey a elegir a los prelados, cobrar rentas de sedes obispales, limitar la jurisdicción de la Iglesia en temas temporales, disminuir la presencia de las órdenes religiosas, y conflictos con la Inquisición.
  • En economía, se promocionó la industria y el comercio. Se suprimieron las aduanas estatales y se permitió la libre circulación de productos. Medidas mercantilistas: prohibición de importar manufacturas textiles o exportar grano. Se fundaron Reales Fábricas y Compañías de comercio para reanimar el comercio colonial.

La política de reformas

Los reformistas analizaron las causas de la crisis del país, pero sus medidas no fueron especialmente eficaces. En agricultura, vieron la necesidad de reformas para modernizar el país, detener la amortización y desarrollar el mercado. Destacó el estudio sobre los males de la agricultura de Jovellanos. Los privilegiados se opusieron a cualquier reforma que fuese contra sus intereses. Las medidas no condujeron a grandes cambios. Los ilustrados intentaron promover las manufacturas; con el rearme naval aumentó la producción de astilleros y fábricas de armas. No se promovió la inversión privada (talleres gremiales). Carlos III declaró “honrosos” los oficios mediante la Real Cédula de 1783. En 1778, un decreto amplió el libre comercio colonial a la mayoría de puertos españoles, con lo que aumentaron los beneficios (importante para la industria de Barcelona). La Hacienda real, que se había mantenido estable, tuvo que emitir vales reales a raíz de la guerra contra Inglaterra (1778-1783). Se creó el Banco Nacional de San Carlos, que controló la circulación de los vales, los pagos de la Hacienda e invirtió en el comercio colonial. Los ilustrados pretendían la difusión de las innovaciones técnicas; expediciones científicas al extranjero, publicaciones técnicas. Se crearon las Sociedades Económicas de Amigos del País, que organizaban cursos “de formación”, subvenciones, bibliotecas… Sin mucho éxito.