Transformaciones de España en el Siglo XIX y XX: De la Guerra de Cuba a la Segunda República

Guerra de Cuba y el Desastre del 98

Los antecedentes de la guerra fueron el no cumplimiento de la Paz de Zanjón (1878), que derivó en la Guerra Chiquita (1879), y el desarrollo de un nacionalismo popular. Parte de los comerciantes españoles que vivían en la isla no aceptaron la autonomía. Estados Unidos, que obtenía beneficios de la exportación de azúcar y tabaco cubanos, ejerció presión diplomática y apoyó a los insurgentes cubanos debido a la imposición de aranceles por parte de Cánovas, que prohibían el comercio entre Cuba y EE.UU. En 1893, Maura, Ministro de Ultramar de Sagasta, intentó una reforma autonómica, rechazada por las Cortes. En Cuba existían tres grupos políticos: la Unión Constitucional (españolista), el Partido Revolucionario Cubano (independentista, liderado por José Martí) y las guerrillas separatistas (Mambises), apoyadas por campesinos.

La guerra estalló en 1895 con el Grito de Buire, seguido por el Manifiesto de Montecristi de José Martí y Máximo Gómez. Tras la muerte de Martí, Antonio Maceo asumió la dirección militar. El gobierno de Sagasta envió a Martínez Campos a negociar, pero fracasó. Posteriormente, el gobierno de Cánovas envió a Weyler, quien implementó la reconcentración, resultando en la muerte de miles de civiles. Tras el asesinato de Cánovas (1897), Sagasta reemplazó a Weyler por el general Blanco, concediendo la autonomía a la isla. Sin embargo, EE.UU. intervino tras la explosión del acorazado Maine, declarando la guerra a España y derrotándola. Con la Paz de París (1898), España reconoció la independencia de Cuba y cedió Puerto Rico y Filipinas a EE.UU. Este episodio se conoce como el “desastre del 98“, generando resentimiento militar y la pérdida de mercados.

Transformaciones Económicas en el Siglo XIX

Desamortización y Cambios Agrarios

Hasta 1860, España experimentó un estancamiento económico, seguido de un crecimiento más rápido hasta 1901. Las desamortizaciones, iniciadas por Godoy y continuadas por Mendizábal (1836-37) y Madoz (1855), buscaban disminuir la deuda pública. Sin embargo, consolidaron el latifundismo y perjudicaron a campesinos y trabajadores agrícolas. Otras medidas incluyeron la supresión de la Mesta (1836) y la abolición de los señoríos y el diezmo (1837).

Incorporación de España a la Revolución Industrial

La Ley de Minas de 1868 atrajo capital extranjero, impulsando la industria y el ferrocarril. La industria textil se expandió en Cataluña, protegida por aranceles, aunque sufrió crisis. La industria siderúrgica creció en Vizcaya. La creación de una red ferroviaria fue lenta debido al relieve peninsular y conflictos bélicos. España se especializó en la exportación de materias primas, manteniendo un déficit comercial crónico.

Modernización de Infraestructuras: El Ferrocarril

La Real Orden de creación de ferrocarriles (1844) y la Ley General de Ferrocarriles (1855) impulsaron el desarrollo ferroviario, aunque de forma lenta. El Banco de San Fernando se convirtió en el Banco de España (1856), monopolizando la emisión de billetes.

Transformaciones Sociales en el Siglo XIX y XX

Crecimiento Demográfico

El siglo XIX vio un lento crecimiento demográfico en España, con alta mortalidad y movimientos migratorios. Se produjo un crecimiento urbano debido al éxodo rural.

De la Sociedad Estamental a la Sociedad de Clases

La alta aristocracia perdió influencia, mientras surgía una nueva burguesía de negocios. La clase media era débil comparada con Europa. La mayoría de la población eran campesinos, jornaleros y, con la industrialización, obreros urbanos con condiciones laborales precarias.

Génesis y Desarrollo del Movimiento Obrero

Surgieron protestas ludistas y huelgas. En 1870, los anarquistas crearon la Federación Regional Española. En 1879, los socialistas fundaron el PSOE, liderado por Pablo Iglesias, y en 1888 se fundó la UGT. En el siglo XX, surgió la CNT, un sindicato anarquista.

Dictadura de Primo de Rivera y Segunda República

Dictadura de Primo de Rivera

En 1923, Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado con el apoyo del rey Alfonso XIII. Se estableció un Directorio Militar y se suspendió la Constitución. Se prohibió la bandera y el himno catalán, y se disolvieron ayuntamientos y diputaciones. Se puso fin a la Guerra de Marruecos. En 1925, se instauró un Directorio Civil, pero la dictadura enfrentó críticas y protestas, dimitiendo Primo de Rivera en 1930.

De la Monarquía Alfonsina a la Segunda República

Tras la dimisión de Primo de Rivera, Alfonso XIII intentó restaurar el sistema parlamentario, pero fracasó. En 1931, las elecciones municipales dieron la victoria a los republicanos, llevando a la proclamación de la Segunda República el 14 de abril.

El Bienio Radical-Cedista y la Revolución de 1934

En 1933, Manuel Azaña dimitió y se convocaron elecciones, ganadas por la derecha. Se intentó una política restauradora, provocando la radicalización de la izquierda. En 1934, la UGT convocó una huelga general, que solo triunfó en Asturias.

Elecciones de 1936 y el Frente Popular

En 1936, el Frente Popular ganó las elecciones. Se restauró el Estatuto de Autonomía de Cataluña y Manuel Azaña fue nombrado presidente de la República. El ambiente social era tenso, y el 17 de julio de 1936, el ejército de Marruecos inició la rebelión, dando comienzo a la Guerra Civil Española.