La Crisis del Antiguo Régimen (1808-1833)
Introducción
Durante la primera mitad del siglo XIX, Europa Occidental, y en particular España, experimentaron un proceso de transformación política hacia las monarquías constitucionales parlamentarias, influenciadas por la ideología de la Revolución Francesa y su defensa de la división de poderes. Este periodo también fue testigo del inicio de la Revolución Industrial y la transición a una sociedad de clases, con el ascenso de la burguesía. La crisis del Antiguo Régimen en España desencadenó un estado de guerra civil intermitente entre los absolutistas (partidarios del Antiguo Régimen) y los liberales (partidarios de la monarquía parlamentaria). Este periodo se divide en dos etapas principales:
- La Guerra de la Independencia (1808-1814).
- El reinado de Fernando VII (1814-1833).
II. La Crisis de la Monarquía Borbónica y la Guerra de la Independencia
En 1796, Carlos IV pactó con Francia debido a los ataques de la flota inglesa contra navíos españoles. Este cambio derivó en un enfrentamiento abierto con Inglaterra y la derrota de Trafalgar en 1805, con nefastas consecuencias para la marina española. En 1807, España firmó el Tratado de Fontainebleau con Francia, que supuso la ocupación efectiva de la península por las tropas de Napoleón, supuestamente para su futura toma de Portugal. Napoleón pretendía controlar los principales puertos de la península para consolidar el bloqueo a Inglaterra. Ante la ocupación, Godoy propuso el traslado de la familia real a Andalucía, lo que desencadenó el Motín de Aranjuez. Carlos IV abdicó en su hijo Fernando VII, marcando el principio del fin del Antiguo Régimen. En Bayona, Napoleón reunió a Carlos y Fernando, quienes abdicaron en favor de Napoleón y permanecieron en Francia. Napoleón convocó Cortes en Bayona, que promulgaron la primera Constitución para España, y nombró rey a su hermano José I. Las características básicas de esta constitución fueron:
- Especie de Carta Otorgada.
- Monarquía hereditaria.
- Ministros responsables de sus carteras.
- Creación de un senado consultivo.
- Cortes Estamentales con tres estamentos.
- Establecimiento de derechos individuales.
El sentimiento antifrancés se extendió entre el pueblo español, provocando el levantamiento del ejército y el pueblo contra las tropas napoleónicas. Se organizaron Juntas Provinciales, dirigidas por la nobleza y la burguesía, para dirigir la lucha. La forma de lucha predominante fue la guerrilla. Se formó un ejército que logró la victoria de Bailén en 1808, lo que supuso el abandono de Madrid de José I y el repliegue de los franceses al Ebro. España pactó con Inglaterra una ofensiva conjunta, que se consolidó con las victorias de San Marcial y Vitoria. En 1814, la toma de Barcelona supuso la derrota de los franceses.
III. Los Comienzos de la Revolución Liberal: Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
La Guerra de la Independencia provocó una ruptura ideológica entre los españoles y el comienzo de un movimiento revolucionario que acabaría con el Antiguo Régimen. La Junta Suprema nombró un Consejo de Regencia para gobernar el país hasta el retorno del rey. Este Consejo convocó Cortes para intentar un consenso social de gobierno. En estas cortes se estableció un dualismo ideológico entre absolutistas y liberales. El intento de reforma agraria y la supresión de la Inquisición fueron los aspectos más destacados de la labor de las cortes. El 19 de marzo de 1812 se aprobó la Constitución, apodada “la Pepa”, caracterizada por:
- Soberanía nacional.
- División de poderes.
- Monarquía constitucional parlamentaria.
- Liberalismo político y económico.
- Derechos y libertades públicas.
- Sufragio universal indirecto.
- Catolicismo como religión oficial.
- Supresión por ley del mayorazgo y la Inquisición.
- Intento de iniciar un proceso desamortizador.
IV. El Reinado de Fernando VII: Absolutismo y Liberalismo (1813-1833)
Tras el Tratado de Valençay en 1813, en el que Napoleón reconoció a Fernando VII como rey de España, este regresó a la Península. En 1814, Fernando VII proclamó un Real Decreto que anulaba la Constitución de 1812, lo que produjo una vuelta al absolutismo. Fueron años difíciles para los españoles debido al gobierno absolutista y la crisis económica provocada por la pérdida de las colonias y del comercio con América. Se produjo una gran persecución de los liberales, que se exiliaron o permanecieron en la clandestinidad, aunque intentaron imponer el retorno de la Constitución de 1812 por la fuerza a través de diferentes pronunciamientos. En 1820, se produjo un golpe de Estado dirigido por el Coronel Rafael Riego en Cádiz, que supuso el retorno de la Constitución de 1812. Fernando VII pidió ayuda a las potencias absolutistas europeas.
La reaparición del absolutismo en España fue propiciada por las tropas de la Santa Alianza, que invadieron la Península con los Cien Mil Hijos de San Luis, enviados por Francia tras el Congreso de Viena. Se produjo una fuerte represión sobre los liberales, aunque esto no contentó a los absolutistas más extremistas, que publicaron en 1827 el Manifiesto de los Realistas Puros, encabezado por el hermano del rey. En 1830 nació la princesa Isabel. Aunque en 1713 Felipe V (y no Fernando como se indica en el texto original) introdujo la Ley Sálica, que impedía reinar a las mujeres, en 1789 Carlos IV, y no las cortes, aprobó la Pragmática Sanción que abolía dicha ley. En este marco se produjeron los Sucesos de La Granja, que permitieron reinar a Isabel. En 1833 murió Fernando VII y se proclamó reina a Isabel II.
V. Emancipación de la América Española
Las causas que propiciaron la emancipación fueron la incapacidad de España para controlar un territorio tan extenso y diverso, la demanda de poder político por parte de los criollos, el auge del pensamiento ilustrado y liberal, y el deseo de los americanos de libertad de comercio e industria. La primera etapa comenzó en 1810, cuando las colonias ayudaron en la lucha contra Napoleón, pero a partir de entonces se produjo un cambio de visión, con la idea de los liberales de la soberanía de la nación y la libertad política. La primera gran figura de la independencia fue Francisco de Miranda, el precursor. En 1810, en plena Guerra de la Independencia, se creó una Junta Revolucionaria en Buenos Aires. La segunda etapa, a partir de 1816, vio la aparición de grandes líderes independentistas como Bolívar y José de San Martín. A partir de 1824, España solo conservó Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Las consecuencias fueron la pérdida de rutas comerciales, el auge de la burguesía criolla, el inicio de la hegemonía de Estados Unidos sobre la zona, la disgregación territorial y política, la ausencia de unidad interna y las luchas por fronteras, entre otras.