La Consolidación del Régimen Franquista
La Consolidación del Régimen Franquista
En la década de 1950, España comenzó a abandonar la autarquía, mostrando los primeros signos de recuperación económica, junto con tensiones internas. La crisis estudiantil de 1957 impulsó a Franco a realizar cambios, sustituyendo a los ministros más radicales del Movimiento por nuevos dirigentes, algunos pertenecientes al Opus Dei (tecnócratas). Estos, presentándose como técnicos apolíticos, se enfocaron en el desarrollo económico. Sin embargo, a pesar del crecimiento, el régimen mantuvo el inmovilismo institucional y la represión política, aunque con una tendencia hacia una dictadura más paternalista y moderna. En el período 1957-1969, destacan las siguientes medidas:
- Ley de Principios del Movimiento Nacional: Recogía los principios básicos del franquismo, definiendo el régimen como una monarquía tradicional, católica, social y representativa.
- Creación de la Vicepresidencia de Gobierno: Cargo ocupado desde 1967 por el almirante Carrero Blanco.
- Ley de Procedimiento Administrativo: Organizó la burocracia estatal.
- Creación del Tribunal de Orden Público: Encargado de juzgar delitos políticos.
- Ley de Prensa e Imprenta: Suprimió la censura previa, sustituyéndola por multas y suspensión de publicaciones críticas.
- Ley Orgánica del Estado: Funcionó como una pseudo-constitución, preparando el postfranquismo. Fue votada en referéndum y, poco después, Franco designó a Juan Carlos de Borbón como sucesor al título de rey, quien juró fidelidad al Movimiento.
En política exterior, destacan la visita del presidente estadounidense Eisenhower, la solicitud de entrada en la CEE, la reivindicación de Gibraltar y la continuación de la descolonización en África. La independencia del Sahara Occidental fue bloqueada por Carrero Blanco, lo que tendría consecuencias negativas posteriores.
Las Transformaciones Económicas: De la Autarquía al Desarrollismo
Años Cuarenta y Cincuenta: Economía Autárquica
El régimen apostó por la autarquía, buscando la autosuficiencia económica. Esto llevó a la economía española al borde del colapso y al auge del mercado negro (estraperlo). El marcado intervencionismo estatal limitó la entrada de capital extranjero y la producción industrial, resultando en una industria atrasada. La renta per cápita no alcanzó el nivel de 1935 hasta 1952. Además, España quedó fuera del Plan Marshall, aumentando su retraso respecto a los países occidentales. A finales de los cincuenta, el fracaso de la autarquía y el reconocimiento internacional del régimen propiciaron la llegada de los tecnócratas, quienes implementaron el Plan de Estabilización para transicionar a una economía de libre mercado. Se redujeron los gastos del Estado, se congelaron salarios, se devaluó la moneda y se facilitó la entrada de empresas extranjeras. Este plan sentó las bases del despegue económico de los sesenta, pero provocó una importante emigración.
Años Sesenta: Desarrollismo
La economía española experimentó un crecimiento explosivo gracias a la abundante mano de obra procedente del campo, la industrialización y los ingresos del turismo y las remesas de los emigrantes. En 1962, se establecieron directrices para las empresas públicas e indicativas para las privadas, buscando aumentar el PIB, modernizar la agricultura y desarrollar la industria, creando Polos de Desarrollo en zonas no industrializadas. El desarrollismo también presentó limitaciones: industria atrasada y dependiente, emigración, renta per cápita y bienestar social inferiores a los países occidentales, y un sistema fiscal con alto fraude.
Los Cambios Sociales
España experimentó uno de los mayores crecimientos vegetativos de su historia, impulsado por el descenso de la mortalidad. Durante los sesenta, las migraciones fueron masivas: éxodo rural a Madrid, Cataluña y Valencia (con la aparición de suburbios y ciudades dormitorio), y despoblación de zonas de Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura y Galicia. También hubo emigración a Alemania, Francia, Suiza y Bélgica. Se produjeron cambios importantes: disminución de jornaleros, aumento de obreros y desarrollo de la clase media. Los modos de vida y la mentalidad cambiaron por la influencia del turismo y la televisión, destacando la incorporación de la mujer al trabajo. El nivel de vida mejoró. El crecimiento económico transformó la sociedad española, aunque no evitó el inmovilismo y la represión políticos.