3. 1. Los Reyes Católicos: Uníón dinástica e instituciones de gobierno
Enrique IV nombra a Isabel heredera por el pacto de los Toros de Guisando (1468), siendo nombrada reina por las Cortes en Segovia (1474). Se firma en 1475 la Concordia de Segovia, mediante el cual Isabel y Fernando gobiernan juntos, naciendo la uníón dinástica entre los reinos, pero no la política. Cada reino mantiene sus instituciones y leyes, mas se crean organismos comunes. Los Reyes Católicos sientan las bases de Estado Moderno y refuerzan la autoridad real disminuyendo el poder político de los estamentos privilegiados. Se crea la figura del virrey, que gobierna el territorio cuando el rey no está presente (Aragón, Navarra, Cerdeña, Sicilia y Nápoles), y la del gobernador general (donde no hay virrey). Además, se crean los consejos territoriales, que asesoran al rey en asuntos de gobierno (Consejo de Castilla y Consejo de Aragón), y los consejos institucionales, especializados en asuntos determinados. Existen: el Consejo de Cruzada, el de Órdenes Militares, el Consejo de la Inquisición, un tribunal eclesiástico que persigue al hereje; y el de la Santa Hermandad. También están las Cortes, (Castilla, Aragón, Navarra y Valencia y Cataluña: Generalitat), la Audiencia y el corregidor.
3. 2. El significado de 1492. La guerra de Granada y el descubrimiento de América
El 1492 es un annus admirabilis debido a que logra Castilla, producíéndose el cambio de la Edad Media a la Edad Moderna. La conquista de Granada (1481-1492) consolida la uníón dinástica y completa la unidad religiosa. Se inicia con la fase medieval, una guerra de acciones bélicas aisladas y espontáneas, dirigidas por caballeros. Comienza con la ocupación por parte de Abul Hasan de Zahara y, por ello, el marqués de Cádiz asalta Alhama. Esto provoca que Boabdil, hijo de Abul Hasan, se subleve. La entrada de los Reyes Católicos en la guerra determina el inicio de la fase moderna, suponiendo una planificación previa, disciplina de tropas y participación de jefes capacitados. Se ocupan Málaga, Almería y finalmente Boabdil entrega Granada. Se firman las capitulaciones de Granada, un acuerdo de paz mediante el cual los musulmanes conservan su religión, sus propiedades y sus leyes. Por otro lado, las causas que fomentan el descubrimiento de América por Colón son el objetivo de llegar a la India para el comercio de especias y seda, el perfeccionamiento de instrumentos de navegación y el sufragio del viaje por parte de Isabel I (Capitulaciones de Santa Fe). Colón llega a San Salvador desde el puerto de Palos y después ocupa la Juana y la Española. Más tarde se firma el tratado de Tordesillas (1494), tras incumplirse el de Alcaçovas, creándose una nueva línea divisoria a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde. En su segundo viaje, Colón descubre las pequeñas Antillas, Puerto Rico y Jamaica; en su tercero, Trinidad; y en el cuarto, Panamá.
3. 3. El Imperio de los Austrias: España bajo Carlos I. Política interior y conflictos europeos
El patrimonio del rey Carlos I comprende Castilla, puntos estratégicos en África y América, Aragón, posesiones en Italia, los Países Bajos, el francocondado, Austria y la candidatura al trono imperial. En 1518 las Cortes se reúnen en Valladolid y le nombran rey, condiconándole a aprender castellano y a nombrar a españoles en los puestos de gobierno. Tras esto recorre la Península jurando Cortes. En 1519 es nombrado emperador alemán y convoca Cortes en La Coruña para recaudar dinero y así poder viajar a Alemania y ser coronado. En su ausencia nombra gobernador a Adriano de Utrech. Por ello estalla el conflicto de las comunidades en Castilla, lideradas por Juan Bravo, Juan de Padilla y Francisco Maldonado, quienes son derrotados en la Batalla de Villalar (1521). Además, estalla el conflicto de las Germánías en Valencia y Mallorca, alzándose el pueblo en contra de los abusos de los señores feudales siendo también sofocadas. En cuanto a la política exterior, Carlos batalla contra Francisco I, rey francés, derrotándolo en la batalla de Pavía (1525) y firmándose la Paz de Vervins. También se enfrenta a los turcos, que atacan los barcos castellanos en el Mediterráneo. En las tierras imperiales el monje Lutero extiende el protestantismo. Los luteranos son derrotados por Carlos I en la batalla de Mühlberg (1547), pero se firma la paz de Augsburgo (1555), por la que cada príncipe alemán elige la religión en su territorio.
3. 4. La Monarquía Hispánica de Felipe II. Gobierno y administración. Los problemas internos. Guerras y sublevación en Europa.
El patrimonio de Felipe II abarca Castilla, América, la Corona de Aragón, posesiones en Italia, Flandes, el francocondado, Milán, los Países Bajos, y Portugal desde 1581, con sus respectivas tierras coloniales. Se enfrenta a la rebelión de los moriscos, quienes, liderados por Aben Humeya, se levantan en contra de las medidas radicales de Felipe II. La sublevación se sofoca gracias a la intervención de D. Juan de Austria. Además, se generan disturbios en Aragón porque sus fueros y privilegios se cuestionan. El rey autoritario traslada la capital a Madrid (1561) y perfecciona el sistema polisinodial existente, introduciendo el Consejo de Portugal, Italia, Flandes y el de las Indias (consejos territoriales), y creando el Consejo de Estado, Guerra y Hacienda (consejos institucionales). Se mantienen las Cortes y el resto de consejos creados por los Reyes Católicos. Por otro lado, Felipe II se enfrenta a Enrique I, rey francés, derrotándolo en la batalla de San Quintín (1557), y firmándose la paz de Cateau-Cambresis. También combate contra los turcos, que atacan los barcos en el Mediterráneo, en la batalla de Lepanto (1571). En Flandes se extiende el calvinismo y se declara independiente (1648). Además, se envía la Armada Invencible contra Inglaterra (1588), siendo derrotada y suponiendo la pérdida hegemónica marítima de la Monarquía Hispánica.
3. 5. Exploración y colonización de América. Consecuencias de los descubrimientos de América
A partir de 1499, los Reyes Católicos autorizan viajes mediante la firma de capitulaciones con los exploradores. Yáñez Pinzón llega a la desembocadura del río Amazonas y a la isla de Tobago y Ojeda explora América Central. El Imperio azteca es sometido por Hernán Cortés y el Imperio inca por Pizarro. Magallanes y Elcano llevan a cabo la primera vuelta al mundo (1519-1522). Nace, entonces, la colonización, dominio político, social, económico y cultural de un territorio sobre otro. Se establece la siguiente jerarquía: españoles, criollos, mestizos, indígenas y esclavos. Se implanta el modelo de ciudad de la Europa renacentista. Los Reyes Católicos reconocen a los indígenas como personas libres súbditos de la Corona, asentándose en repartimientos gobernados por un español (encomendero). Para protegerlos, se promulgan las Leyes de Burgos (1512). Se crean la Casa de Contratación, que controla las actividades comerciales y el Consejo de Indias, dedicado al gobierno de los territorios americanos, dirigidos por un cabildo. En consecuencia, se produce una llegada masiva de oro y plata a la Península, originándose inflación, y nace la polémica de los “justos títulos”.
3. 6. Los Austrias del Siglo XVII: el gobierno de validos. La crisis de 1640
Durante el gobierno de los Austrias menores la Monarquía Hispánica pierde la hegemonía en Europa. Estos delegan sus funciones de gobierno en validos (personas de confianza). El rey Felipe III encomienda su poder al duque de Lerma, reemplazado por el duque de Uceda. Durante su gobierno se ordena la expulsión de los moriscos (1609), que origina una crisis agrícola debido a la falta de trabajadores. El endeudamiento estatal permite una breve época de paz denominada la pax hispánica. Felipe IV nombra validos al conde-duque de Olivares y a Luis Menéndez de Haro. Pretenden unificar jurídicamente todos los territorios (mismas leyes e impuestos, un ejército común), lo que provoca la crisis de 1640 debida a la independencia de Portugal (reconocida en 1668) y el estallido de una revuelta en Cataluña (1640) debido a la contravención de sus fueros y privilegios. España toma parte en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648). Los validos de Carlos II serán Juan José de Austria, el duque de Medinaceli y el duque de Oropesa. Se pierden escasos territorios europeos.
3. 7. La Guerra de los Treinta Años y la pérdida de la hegemonía española en Europa
La Guerra de los Treinta Años (1618-1648) es un conflicto centroeuropeo político y religioso que nace cuando el Emperador alemán Fernando II pide auxilio a Felipe III para sofocar un rebelión en Bohemia. Se enfrentan la Monarquía Hispánica y los estados alemanes católicos contra los Países Bajos del Norte (calvinistas), Gran Bretaña (anglicana), los estados alemanes protestantes y Noruega, Suecia y Dinamarca. A estos últimos se les unirá Francia, que ansía la hegemonía europea y territorios en la frontera este. España gana en Breda y en Nordlingen (1634) pero cuando Francia entra en la guerra pierde en Rocrois. Entonces se firma con todos los países menos con Francia la paz de Westfalia (1648), en la que se reconoce la independencia de los Países Bajos del Norte, que pasan a llamarse Holanda, y se les conceden ventajas comerciales a Holanda y Gran Bretaña. Se establece de forma definitiva el principio de tolerancia religiosa en Europa. La 10 guerra con Francia continúa hasta la firma de la paz de los Pirineos (1659). Francia recibe Cerdaña, Rosellón y algunas ciudades de Flandes. La Monarquía Hispánica pierde la hegemonía y comienza la supremacía francesa.
3. 8. Principales factores de la crisis demográfica y económica del Siglo XVII y sus consecuencias
Durante el s. XVII en España se produce una crisis demográfica a causa del descenso de la población. Esto se origina por las guerras, la existencia de malas cosechas que dan lugar al hambre y a unas condiciones de vida miserables, y por la expulsión de los moriscos (1609), que supónían gran parte de la población y de la mano de obra (crisis en la agricultura). La crisis económica es provocada por una política exterior militar agresiva que absorbe los ingresos y a la deshonra del trabajo. Causa la declaración de varias bancarrotas del Estado, una devaluación de la moneda y una subida del precio del trigo. Se produce una subida de los impuestos que da lugar a la ruina de la burguésía y el campesinado, ocasionando una menor demanda y una consecuente menor producción. Esto motiva una crisis artesanal y comercial.
3. 9. Crisis y decadencia de la Monarquía Hispánica: el reinado de Carlos II y el problema sucesorio
El declive de la Monarquía Hispánica comienza en 1588 con la pérdida de la hegemonía marítima (derrota de la Armada Invencible) y finaliza en 1659 al comenzar la supremacía francesa (paz de los Pirineos). Durante la minoría de edad de Carlos II actúan como regentes su madre Mariana de Austria, el Padre Nitzan, y Valenzuela. Durante su mayoría gobiernan los validos Juan José de Austria, el duque de Medinaceli y el duque de Oropesa. Se lucha contra Francia y se firma la paz de Aquisgrán (1658), por la que Francia recibe ciudades de Flandes, la paz de Nimega (1678), en la que se pierde el francocondado, y la paz de Ryswick (1687), por la que se recuperan territorios en Flandes. La sucesión española se plantea como una lucha por la hegemonía europea. Los franceses aspiran a dominar el continente, provocando una ruptura del equilibrio de fuerzas que intentaban evitar los ingleses. Los candidatos son Felipe de Borbón, nieto del rey francés Luis XIV, y el archiduque Carlos, hijo de Leopoldo I de Austria. En el 1700, Carlos dicta en su testamento a Felipe de Borbón como sucesor, con el compromiso de renunciar a sus derechos a la corona francesa.
4. 1. La Guerra de Sucesión Española y el sistema de Utrecht. Los Pactos de Familia
Los candidatos a ocupar el trono español son Felipe de Borbón, nieto del rey francés Luis XIV, y el archiduque Carlos, hijo de Leopoldo I de Austria. Carlos II nombra heredero a Felipe (1700), pero como no rechaza sus derechos al trono francés y Luis XIV mantiene una actitud provocativa (ocupa con un ejército francés Flandes), se inicia la Guerra de Sucesión (1701-1715) y una Guerra Civil. Se crea una alianza entre Austria, Holanda, Inglaterra, Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca. Los combates tienen lugar en Italia, los Países Bajos y Gibraltar. En 1711 Carlos es nombrado emperador austriaco, provocando que Inglaterra y Holanda acepten a Felipe V para evitar la incorporación de la Corona española al Imperio austriaco. Se firma la Paz de Utrecht (1713), por la que Felipe V es reconocido como rey español tras renunciar a sus derechos al trono francés y España pierde territorios en Europa, como Gibraltar y Menorca, que son entregados a Inglaterra. Tras la victoria en Almansa (1707), Felipe V controla Aragón y Valencia; en 1714, Cataluña; y en 1715, Mallorca e Ibiza. Se crean alianzas entre España y Francia con el objetivo de frenar la hegemonía inglesa y recuperar lo perdido en Utrecht. Por el I Pacto de Familia (1733) España recupera Nápoles y Sicilia; por el segundo (1743), algunos ducados italianos; y por el tercero (1761) participa en la Guerra de la Independencia de las Trece Colonias británicas, obteniendo Menorca (Tratado de Versalles).
4. 2. La nueva Monarquía Borbónica. Los Decretos de Nueva Planta. Modelo de Estado y alcances de las reformas
La dinastía de los Borbones en España, compuesta por Felipe V, Fernando VI, Carlos III y Carlos IV (1788-1808) implanta la monarquía absoluta, concentrando en el rey todos los poderes. Se persigue modernizar el reino, centralizar el poder y unificar el territorio legislativa e institucionalmente. Para ello, se aplican los Decretos de Nueva Planta, leyes impuestas por Felipe V que abolen los privilegios de Aragón y Valencia (1707), Mallorca (1715), y Cataluña (1716). Para reformar el Estado promulga la Ley Sálica (1713), crea Secretarías como la de Estado, Guerra y Hacienda y las Cortes castellanas integran a todas. El territorio se divide en provincias y capitánías, gobernadas por un intendente y un capitán general, respectivamente, elegidos por el rey. Se quiere modernizar la flota y el armamento reforzando la protección de navíos entre España y América, sin superar a la flota inglesa. Se ambiciona equilibrar los ingresos y gastos obligando a Aragón a pagar los mismos impuestos que Castilla, pero no se logra una mejoría debido a la tradicional exención fiscal de los privilegiados. Las ideas ilustradas se difunden y proponen fundar instituciones (Real Academia Española) que promueven las artes, las ciencias y las letras.
4. 3. La España del Siglo XVIII. Expansión y transformaciones económicas: agricultura, industria y comercio con América. Causas del despegue económico de Cataluña.
Modernizar la economía es la mayor preocupación de los gobiernos déspotas ilustrados de Europa para promover la riqueza de sus súbditos y lograr su felicidad. Para ello acometen reformas apoyándose en las teorías fisiócratas y liberales. Para modernizar la agricultura se analizan los problemas del campo español y se realizan informes, como Informe de la Ley Agraria (1794), de Jovellanos. Se liberaliza el precio del trigo (1765) y se limitan los privilegios de la Mesta, aumentándose la producción pero no la productividad. Para fomentar las actividades industriales se crean fábricas reales (Real Fábrica de Porcelanas del Buen Retiro), y se declara la Real Cédula, que establece la honorabilidad de todos los oficios. En Cataluña se desarrolla el sector textil gracias a las fábricas de indianas, pues existe una burguésía con iniciativa privada y el Estado protege los productos españoles. Con la introducción de la máquina (1780) se expande. Se pretende lograr una balanza comercial equilibrada mediante la liberalización de los puertos españoles para comerciar con América, la eliminación de las aduanas interiores, y la mejora de la red de caminos. El comercio americano sufre una gran expansión y España distribuye las mercancías americanas a Europa, lográndose muchos beneficios. Se acabará concediendo la libertad comercial a los puertos americanos.
4. 4. Ideas fundamentales de la Ilustración. El despotismo ilustrado: Carlos III
El despotismo ilustrado es la concepción teórica y la práctica gubernamental que adoptan los monarcas absolutos europeos durante la segunda mitad del s. XVIII. Su lema es “Todo para el pueblo pero sin el pueblo” y persiguen el objetivo de lograr la felicidad de sus súbditos y el bienestar material a través del “buen gobierno”. No alteran las bases sociales del Antiguo Régimen y se toman los fundamentos ideológicos de autores como Voltaire, que defienden la razón y el conocimiento como medios para progresar. En España destaca como déspota ilustrado Carlos III, quien se rodea de un equipo de ilustrados compuesto por el conde de Campomanes, el conde de Floridablanca, el conde de Aranda y el marqués de Esquilache. Carlos III impone la autoridad real a la Iglesia española reforzando el patronato regio, aplicando el Regium exequátur y expulsando a los jesuitas (1767). Entre las reformas económicas destacan la creación de la lotería nacional y la del Banco de San Carlos (1782). Asimismo, se reforma la enseñanza fundando las escuelas de “primeras letras” y escuelas técnicas, modernizando las universidades e instaurando las Sociedades Económicas de Amigos del País
5.1. La Guerra de la Independencia: antecedentes y causas. Bandos en conflicto y fases de la guerra
El triunfo de la revolución en Francia en 1789 condiciona la actividad exterior y las decisiones internas del gobierno de Carlos IV, que además debe afrontar el desmoronamiento financiero, institucional e ideológico del absolutismo del Antiguo Régimen.
En 1808 la invasión de las tropas francesas de Napoleón precipita una revolución cuyos resultados son la aprobación de la Constitución liberal de Cádiz de 1812. Sin embargo, la contraposición entre los liberales españoles y los absolutistas se convierte en una lucha durante el reinado de Fernando VII.
En 1807 España y Francia renuevan su tratado de alianza en Fontainebleau con el objetivo de invadir y repartirse Portugal. Para facilitar el ataque a Portugal, Carlos IV (1788-1808) autoriza la entrada a suelo español de soldados franceses que, en menos de un mes, ocupan el territorio portugués.
Durante el último cuarto del Siglo XVIII, las instituciones políticas y las estructuras del Antiguo Régimen entran en crisis en España y en Europa. Los monarcas absolutos europeos son incapaces de encontrar soluciones para resolver los problemas de la época: el déficit financiero, los conflictos bélicos internacionales y el rechazo general y la crítica a los privilegiados por parte de los intelectuales.
Además, los repetidos errores del Gobierno provocan que la mayoría de la población española pierda la confianza en sus dirigentes, tanto en Godoy como en el rey Carlos IV. El hijo del monarca participa en conspiraciones para destronar a su padre intentándolo por primera vez en El Escorial, en 1807, pero el complot es descubierto. No obstante, Fernando logra sus propósitos en 1808, cuando Carlos IV, que se encuentra en Aranjuez, es forzado a ceder el trono a su hijo tras el motín popular, quedando Godoy arrestado.
Durante la primavera de 1808, Napoleón decide aprovechar los conflictos familiares entre los reyes y la presencia de las tropas francesas en la Península para eliminar la dinastía real borbónica y apoderarse de España. Napoleón atrae a Carlos y a su hijo a Bayona y les obliga a renunciar a sus derechos al trono en su favor para proclamar rey de España y de las Américas a su hermano José I mediante las abdicaciones de Bayona.
Como consecuencia, el 2 de Mayo de 1808 comienzan en Madrid los levantamientos populares en contra del ejército invasor. Este levantamiento es sofocado por Murat, militar francés, ordenando el fusilamiento de cientos de civiles (Los fusilamientos del 3 de Mayo, de Goya).
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Se enfrentan, entonces, en la Guerra de la Independencia, la mayoría de los españoles, tanto ilustrados como contraiilustrados, y el ejército español, apoyados por Gran 14 Bretaña y Portugal, contra José I, altos funcionarios públicos indecisos y sumisos y los afrancesados: ilustrados defensores de la realización de reformas, como Cabarrús, Javier de Burgos o Moratín. Sus motivos para apoyar a Napoleón son la inutilidad de la resistencia armada, evitar el desmembramiento del territorio español y la oportunidad de emprender reformas. José I publica el Estatuto de Bayona, un texto legislativo que recoge derechos y libertades.
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La primera fase de la guerra abarca desde Mayo de 1808 hasta finales de ese mismo año y, en ella, las tropas francesas, que suman casi 150 000 hombres, dirigidas por Murat, no consiguen ocupar el país con rapidez y fracasan al conquistar Gerona, Zaragoza y Valencia. El general Castaños derrota a los franceses, liderados por Dupont, en Bailén, y les obliga a evacuar Madrid, mientras las tropas británicas los expulsan de Portugal.
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En la segunda fase, comprendida desde finales de 1808 hasta finales de 1811, Napoleón se traslada a España para dirigir personalmente las operaciones al frente de 250 000 soldados. Con ello, consigue varias victorias y recupera Madrid. Así, en 1810, los franceses han invadido Aragón, Cataluña y casi toda Andalucía, excepto Cádiz. Sin embargo, el ejército inglés impide que los franceses recuperen Portugal. Los invasores no lograrán controlar por completo el territorio porque son continuamente hostigados por los guerrilleros españoles, entre quienes destacan Juan Martín “El Empecinado”, Espoz y Mina, Juan Díaz Porlier y Jerónimo Merino. En esta lucha armada pequeños grupos realizan ataques rápidos y por sorpresa contra las tropas enemigas, aprovechando la máxima movilidad y el mejor conocimiento del terreno para desgastar al enemigo mediante sabotajes contra sus depósitos de armamento, sus comunicaciones y abastecimientos. Además, los guerrilleros reciben la colaboración de la población civil.
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En la fase final, que engloba los años 1812 y 1813, el ejército napoleónico se reduce a poco más de 100 000 hombres debido a que Napoleón afronta varios frentes de guerra en Rusia, Italia y Alemania. Estas retroceden progresivamente hacia la frontera pirenaica empujadas por los españoles y por el ejército anglo-portugués dirigido por Wellington. Las batallas más importantes son las de Arapiles, Vitoria y San Marcial. Los últimos soldados franceses abandonan la Península a finales de 1813. Las pérdidas humanas y materiales son enormes, y ciudades como Gerona o Zaragoza quedan arrasadas.
5.2. Las Cortes de Cádiz. La Constitución de 1812
El triunfo de la revolución en Francia en 1789 condiciona la actividad exterior y las decisiones internas del gobierno de Carlos IV.
En 1808 la invasión de las tropas francesas de Napoleón precipita una revolución cuyos resultados son la aprobación de la Constitución liberal de Cádiz de 1812. Sin embargo, la contraposición entre los liberales españoles y los absolutistas se convierte en una lucha durante el reinado de Fernando VII.
En 1807 España y Francia renuevan su tratado de alianza en Fontainebleau con el objetivo de invadir y repartirse Portugal. Para facilitar el ataque a Portugal, Carlos IV (1788-1808) autoriza la entrada a suelo español de soldados franceses que, en menos de un mes, ocupan el territorio portugués.
Durante los años de guerra tiene lugar un proceso revolucionario cuyo resultado es el hundimiento del sistema político-institucional del Antiguo Régimen en España. En 1808 José I Bonaparte no es aceptado, y el pueblo español en su conjunto asume el poder en un acto revolucionario
Las Juntas actúan en representación del pueblo, y son organismos políticos que se hacen cargo del gobierno en la España de la resistencia. Estas Juntas locales y provinciales se forman contra los franceses en numerosas ciudades y pueblos del país inmediatamente después de conocerse las abdicaciones de Bayona. Entre sus componentes predominan los hombres más prestigiosos de cada localidad: nobles, altos funcionarios, jueces y abogados.
En Septiembre de 1808 se crea la Junta central, integrada por 36 miembros en representación de las 18 diferentes Juntas provinciales. Está presidida por el conde de Floridablanca y también forma parte de ella Jovellanos. Entre sus componentes están nobles, juristas, clérigos y comerciantes, y establece primero su sede en Aranjuez, pero posteriormente es trasladada a Sevilla y Cádiz, obligada por el avance de las tropas de Napoleón. La Junta Central asume el gobierno del país hasta 1810, dirige la resistencia contra los franceses y firma un tratado de alianza antinapoleónica con el Gobierno británico. En Enero de 1810, la Junta Central se autodisuelve y traspasa sus poderes a una Regencia de cinco miembros, que convoca Cortes en Cádiz
En las Cortes de Cádiz aparecen tres tendencias ideológicas: los liberales, que defienden que no se puede ser feliz sin libertad; los jovellanistas, fieles a las propuestas de Jovellanos e inspirados en el modelo existente en Gran Bretaña, introducen novedades graduales con prudencia; y los contrarrevolucionarios, protectores del viejo absolutismo monárquico.
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Las Cortes inician sus sesiones en Septiembre de 1810. Se proclama como legítimo rey a Fernando VII, quien se considera secuestrado por los franceses, pero también se rechaza el absolutismo.
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Los decretos y leyes que las Cortes aprueban entre 1810 y 1813 son la libertad de imprenta, la supresión de los derechos señoriales, a pesar de que la nobleza consigue 16 salvar sus bienes porque las viejas posesiones territoriales son convertidas en títulos de propiedad privada, la abolición de la Inquisición, los gremios y los privilegios de la Mesta, y la incautación y venta de los bienes de las órdenes militares de los jesuitas.
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En las Cortes, diputados como Argüelles, Pérez de Castro y Torrero redactan una Constitución de carácter liberal promulgada el 19 de Marzo de 1812. Contiene 384 artículos y su contenido se basa en cinco principios fundamentales: la afirmación de la soberanía nacional, según la cual el poder político pertenece a la nacíón, aunque su ejercicio es delegado en los representantes elegidos en votación por los ciudadanos; la división de poderes: el poder legislativo reside en las Cortes, el ejecutivo lo asume el gobierno y el judicial, los tribunales; la introducción de un sistema político parlamentario y representativo gracias al cual la potestad del rey queda subordinada a las Cortes y conserva la atribución para designar libremente a los ministros del Gobierno; la introducción del sufragio universal masculino indirecto en cuarto grado para los varones mayores de 25 años; y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. Se afirman derechos y libertades individuales como la libertad de imprenta, la inviolabilidad del domicilio, y el derecho a la propiedad a la educación. Por el contrario, se proclama el catolicismo como única religión permitida y se niega la libertad religiosa, así como tampoco se suprime la esclavitud. También se obliga a todos los varones mayores de edad defender la patria mediante la realización del servicio militar y se crea un Ejército permanente encargado de la defensa del exterior, y la Milicia Nacional, formada por ciudadanos civiles liberales.
La Constitución de 1812 es la primera Constitución liberal de España y sirve como modelo para las constituciones de Portugal, Piamonte e Iberoamérica. Estará vigente entre los años 1812 y 1814, posteriormente entre 1820 y 1823, y, por último, durante 1836 y 1837
5.3. El reinado de Fernando VII: liberalismo frente a absolutismo. El proceso de independencia de las colonias americanas.
El enfrentamiento ideológico entre los reformistas y los inmovilistas absolutistas se convierte durante el reinado de Fernando VII en una violenta lucha armada por el poder.
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Esta etapa está también marcada por la bancarrota económica, la ineficacia gubernamental, la participación de militares en las disputas políticas y por la pérdida de casi todos los territorios españoles en América.
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En 1814, tras la derrota de las tropas francesas, los reyes de Austria (Francisco I), Rusia (Alejandro I) y Prusia (Federico III) se alían para reconstruir el orden tradicional, restaurar el poder monárquico y erradicar el liberalismo. En este contexto, Fernando VII retorna a España para hacerse cargo del trono después de que Napoleón abdique en su favor mediante el tratado de Valençay. El rey no quiere integrarse en el sistema político creado por las Cortes de Cádiz y rechaza las medidas reformistas, estando apoyado por numerosos absolutistas.
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Fernando VII redacta en 1814 el Manifiesto de los persas para reclamar la vuelta al Antiguo Régimen. También recibe el apoyo de una parte del Ejército, de casi todo el clero católico y de gran parte de la población campesina.
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Fernando VII restablece el absolutismo mediante un decreto que anula todas las leyes aprobadas por las Cortes de Cádiz y suprime la Constitución de 1812. El rey desata una dura represión política al ordenar la detención y el encarcelamiento de afrancesados y liberales como Argüelles, Martínez de la Rosa y Torrero. El inmovilismo, la inoperancia y la ineficacia caracterizan su gobierno entre 1814 y 1820. En el ámbito diplomático, España estrecha las relaciones con la Rusia zarista y se incorpora a la Santa Alianza en 1816.
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Por otro lado, desde 1814 los liberales conspiran para hacerse con el poder e imponer sus ideas, pero se frustran planes secretos como el “Complot del Triángulo”. En Enero de 1820, el teniente coronel Rafael Riego intenta otro Golpe de Estado en Andalucía al que se suman liberales militares como el coronel Quiroga y civiles como Mendizábal. Este movimiento se extiende a otras ciudades y el Palacio Real es asaltado. Finalmente, Fernando VII se ve forzado a aceptar el triunfo de los liberales y se restablece la Constitución de 1812.
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En la segunda etapa del reinado de Fernando VII, conocida como Trienio Liberal (1820-1823), se permite el regreso a España de los afrancesados exiliados y se encarcelan a los partidarios del absolutismo. Se toman medidas entre las que destacan la abolición de la Inquisición y la reducción a la mitad del pago del diezmo, además del cierre de monasterios y conventos y la nacionalización y venta de sus propiedades para castigar el respaldo del clero regular al absolutismo; la supresión de los mayorazgos y el restablecimiento de los derechos y libertades de imprenta, expresión y opinión; y la reintroducción de la Milicia Nacional.
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Durante su gobierno, los liberales suben los impuestos, rebajan los tipos de interés y suspenden los pagos, provocando un descontento general. También aumentan las discrepancias entre ellos, distinguíéndose los “doceañistas”, veteranos de la época de la Constitución de Cádiz, y los liberales más exaltados y jóvenes. Asimismo, son incapaces de impedir rebeliones como la de Alcoy, donde una multitud de más de mil personas armadas arrasan los telares mecánicos de las fábricas locales o violentos sucesos anticlericales. Los absolutistas se resisten y forman grupos guerrilleros contrarrevolucionarios en zonas rurales, llamados “realistas” o “apostólicos”.
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El gobierno liberal finaliza con la intervención militar de los Cien Mil Hijos de San Luis, 125 000 soldados franceses enviados para recuperar la autoridad absoluta. Así, Fernando vuelve a gobernar con poderes absolutos durante la década absolutista (1823-1833) y destruye todo lo realizado por los liberales durante el trienio, desencadenando una feroz represión. Después encarga la gestión de asuntos de gobierno a Cea Bermúdez y López Ballesteros, que introducen reformas administrativas como la creación de la Bolsa de Madrid y el Banco de San Fernando. Por ello, los absolutistas más extremistas presionan al rey para que reintroduzca la Inquisición, endurezca la represión antiliberal y sustituya a los ministros reformistas. Los liberales repiten iniciativas aisladas y descoordinadas como las de Espoz y Mina en 1830, Manzanares en 1831 y Torrijos en 1831.
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Por otro lado, los hispanoamericanos consiguen su independencia debido a la difusión del pensamiento ilustrado y liberal y al éxito de los revolucionarios norteamericanos y franceses; el descontento de los criollos; la ruptura de las comunicaciones por mar con la Península Ibérica; y el vacío de poder en América debido a la invasión de España por las tropas napoleónicas. Además, en América se crean Juntas que son ignoradas por la Junta Central, y el presidente estadounidense Monroe proporciona armamento a los insurrectos.
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1.1. La economía y sociedad en el Paleolítico y Neolítico. La pintura rupestre
La Prehistoria (2 millones – 3600 a.C.) es un período histórico iniciado con la aparición del género homo y que termina con la invención de la escritura. En el Paleolítico, la población es nómada y practica una economía depredadora (caza, pesca, recolección y carroñería). En el Paleolítico Inferior (150.000) aparecen el Homo Antecessor y el Homo Heidelbergensis y han sido hallados sus restos en la Gran Dolina y la Sima de los huesos de Atapuerca (Burgos). Los instrumentos líticos más antiguos fueron encontrados en Torralba y Ambrona (Soria). En el Paleolítico Medio (hasta hace 40.000 años) aparece el Homo Sapiens Neanderthalensis, cuyos restos fósiles se han encontrado en Bañolas y Cova Negra. Su industria lítica es musteriense. Conocen el fuego y realizan enterramientos. En el Paleolítico Superior (hasta hace 15.000 años) aparece el Homo Sapiens Sapiens, cuya industria lítica es más compleja e introduce la pintura francocantábrica: un arte policromado que representa figuras aisladas y naturales. Destaca el yacimiento de Altamira. En el Mesolítico tiene lugar el cambio del Pleistoceno al Holoceno. En el Neolítico (hace 5.000-3.000 años) se produce la mayor revolución tecnológica y cultural (economía productora: agricultura y ganadería, piedra pulimentada, cestería, cerámica: cardium edule, y comercio). La sociedad es jerarquizada y se reparten el trabajo. Nacen tres culturas, los sepulcros de fosa (Cataluña), Silos (Valle del Guadalquivir) y el megalitismo. Aparece el arte levantino, que representa escenas cotidianas de forma más esquemática y monocroma. Destaca el yacimiento de Cogul.
1. 2. Pueblos prerromanos. Las colonizaciones históricas: fenicios y griegos. Tartessos
Los pueblos colonizadores son aquellos que llegan a la Península Ibérica para: comerciar y por su riqueza minera (cobre, oro y plata). Los fenicios provienen de Tiro y llegan en el 1.000 a.C. Fundan Gadir, desde donde establecen asentamientos hasta Almería. Perfeccionan la metalurgia del hierro e introducen el torno de alfarero. Los griegos provienen de Focea, desde donde irán a Marsella, y después a la Península en el 750-700 a. C. Se asientan en la costa levantina y fundan Emporion (Ampurias) y Rhodes (Rosas). Introducen el urbanismo en cuadrícula. Los cartagineses proceden de Cartago y llegan en el s.VI a.C. En auxilio de los fenicios, enfrentados con los griegos por el dominio comercial de la Península. Fundan Ebussum (Ibiza) y Cartago Nova (Cartagena). Batallan contra Roma en las Guerras Púnicas. Los pueblos prerromanos son aquellos cuya cultura es el resultado de la fusión entre el sustrato autóctono de la Edad del Bronce y las aportaciones de los pueblos colonizadores. Los tartessos (suroeste peninsular), crean Tarsis y obran el Tesoro del Carambolo. Los íberos (zona mediterránea y meridional), erigen Sagunto. Tienen su propio alfabeto y moneda. Entre ellos destacan los lacetanos y layetanos. Los celtas 1 (Meseta y el Valle del Ebro), están formados por distintos pueblos (lusitanos) con una organización tribal.
1. 3. Conquista y romanización de la Península Ibérica Principales aportaciones romanas en los ámbitos social, económico y cultural.
La romanización es el proceso por el cual los pueblos mediterráneos bajo control romano asumen sus formas de vida y cultura. La conquista romana (218 – 19 a.C.) se produce en tres fases debido al enfrentamiento entre Roma y Cartago por la hegemonía del Mediterráneo occidental. En la 1ª etapa Escipión conquista el este del Guadalquivir, el Valle del Ebro y Cartago Nova (II Guerras Púnicas). Hispania se divide en Ulterior y Citerior. En la 2ª etapa Roma, guiada por Galba, se enfrenta a los lusitanos, dirigidos por Viriato, y a los celtíberos, que resisten en Numancia hasta el año 133 a.C. Se ocupan la Meseta y las Islas Baleares. En la 3ª etapa se invaden los pueblos del norte (cántabros, astures…). La romanización es mayor en el Mediterráneo, menor en el interior y escasa en la zona cantábrica y aporta el Derecho romano, la diferenciación social en función de la libertad y Diocleciano divide Hispania en: Tarraconensis, Baetica, Lusitania, Carthaginensis y Gallaecia. Las ciudades, conectadas por calzadas, son los principales focos de romanización y se edifican monumentos como el anfiteatro de Mérida, el puente de Alcántara o el acueducto de Segovia. Paulatinamente se transforman los sistemas de producción, formas de propiedad, explotación de recursos y técnicas de sistema romano permitiendo aumentar la producción de minas, agricultura (vid y olivo) y comercio. Culturalmente, se adopta el latín, el arte, la religión (pagana y después cristiana), y destacan autores como Séneca, Marcial y Quintiliano. Trajano y Adriano fueron dos emperadores hispanos.
1. 4. El reino visigodo: origen y organización política. Los concilios
Aprovechando la crisis del Imperio romano de Occidente, en el año 409 los pueblos alanos, suevos y vándalos penetran en la Península Ibérica. A cambio de su expulsión, Roma ofrece al reino visigodo (norte de Europa) territorios en Aquitania (Tolosa) e Hispania. Estos cumplen lo acordado pero los francos derrotan a los visigodos en la batalla de Vouillé (507), por lo que se repliegan y establecen en Hispania una monarquía electiva con capital en Toledo, cuyo objetivo es crear un estado fuerte y unificado. La unificación territorial la consigue el rey Leovigildo, quien expulsa a los suevos del noroeste, y el rey Recesvinto, quien anexiona la zona bizantina; la religiosa es lograda por Recaredo, quien se convierte del arrianismo al cristianismo; la social, Leovigildo, permitiendo los matrimonios mixtos; y la jurídica, Recaredo, publicando el Líber Iudiciorum. En el reino visigodo el rey gobierna junto con dos instituciones: el Aula regia (asamblea consultiva) y el Concilio de Toledo, asambleas de carácter religioso y político celebradas en Toledo (un total de 18). En el ámbito político, el Concilio marca las condiciones para elegir al candidato, enmarca sus normas morales y toma medidas contra los rebeldes. Entre los asuntos religiosos, trata 2 asuntos doctrinales y afirma las normas que tiene que tener el clero. Sus decisiones tienen valor de ley. También están los Comes, los Duces), los Comités y los Gardingos.
2. 1. Al-Ándalus: la conquista musulmana de la Península Ibérica. Emirato y califato de Córdoba
Al morir el rey Witiza, existen dos candidatos al reino visigodo, Akhila, su hijo, y D. Rodrigo. Los witizanos piden auxilio a los musulmanes del norte de África, gobernada por Musa, que envía a Tarif a explorar el territorio. Un año más tarde, soldados bereberes liderados por Tariq derrotan a D. Rodrigo en la batalla de Guadalete (711). Tariq conquista Toledo y Córdoba. Musa, junto con soldados árabes, ocupa Sevilla, Mérida y el Valle del Ebro. La zona levantina es invadida por Abd-Al-Azid, y otros conquistan Portugal. La rapidez de la conquista se debe a los pactos de capitulación establecidos (Teodomiro en Murcia), la crisis de la monarquía visigoda, la escasa resistencia de la población hispanovisigoda. Al-Ándalus se convierte en un emirato dependiente política y religiosamente del califa de Damasco (714-756) con capital en Córdoba. El emir Al-Gafiqi es derrotado por los francos, liderados por Carlos Martes, en la batalla de Poitiers (732), deteniéndose el avance musulmán por Europa. Después, Al-Ándalus se convierte en un emirato independiente políticamente de Bagdad (756-929) con Abderramán I, último superviviente Omeya, quien se proclama emir aprovechando los enfrentamientos entre bereberes y árabes por las tierras repartidas. Los bereberes acaban recibiendo tierras de los mozárabes, quienes se unen a la Reconquista en el Norte. Se comienza a construir la mezquita de Córdoba. En el 929 Abderramán III se nombra califa y convierte Al-Ándalus en un califato independiente política y religiosamente. Es la época de máximo esplendor.
2. 2. Al-Ándalus: Reinos taifas. Reino nazarí
En 1031, una junta de notables expulsa a Hisam III, último califa. Al-Ándalus queda dividida en los reinos taifas, entre los que destacan el de Sevilla, Zaragoza, Badajoz y Toledo, los cuales deben pagar parias a los reinos cristianos. En el 1085 el rey Alfonso VI de Castilla toma Toledo y los reyes de Sevilla, Zaragoza y Badajoz piden ayuda a los almorávides del norte de África, quienes le derrotan en las batallas de Sagrajas (1086), Uclés y Consuegra. Al-Ándalus se convierte, entonces, en una provincia del Iº almorávide, pero los almorávides se enfrentan a los almohades en el norte de África y se retiran de la Península, configurándose los segundos reinos taifas (1140-1146). Un nuevo ataque cristiano provoca que el rey taifa de Huelva pida auxilio a los almohades, quienes vienen y los derrotan en Alarcos (1195). Por ello, Al-Ándalus pasa a formar parte del Iº almohade con capital en Sevilla. Estos son derrotados por una coalición de reyes cristianos compuesta por Alfonso VIII de Castilla, Sancho VII de Navarra y Pedro III de Aragón en la batalla de Navas de Tolosa (1212). En consecuencia, resurgen los terceros reinos taifas, poco a poco conquistados por los reinos cristianos. En 1238 Mohamed I funda el reino nazarí de Granada (Málaga, Granada y Almería), que paga parias a los reyes cristianos. Perdura hasta 1492 debido a las luchas dinásticas en Castilla y a la apertura del Estrecho al comercio castellano.
2. 3. Al-Ándalus: economía, sociedad y cultura
En Al-Ándalus la sociedad se divide según la religión practicada en dos clases: musulmanes y no musulmanes. Entre los musulmanes están los árabes, los muladíes, y los bereberes. Por otro lado están los mozárabes, hispanovisigodos cristianos, y los judíos. Atendiendo a la clase social a la que pertenecen, se distinguen la Jassa, Umma y Saqalibas. En cuanto a la economía, en la agricultura perfeccionan técnicas de regadío e introducen nuevos cultivos (arroz, algodón…). En la artesanía destaca la seda y el vidrio (Córdoba y Toledo), en el comercio se desarrollan intercambios comerciales entre Asía, África y Europa, y se crean los impuestos del Zakat (según las ganancias) y el Ammán (judíos y cristianos). Las monedas son el dinar, dírhem y felús. Al-Ándalus fue, durante el reinado de Abderramán III, el Estado más rico de Europa. La protección oficial a la cultura favorecíó la aparición de figuras como el matemático Maslama, el historiador Ibn Jaldún o el médico Abulcasim. Destaca Aben Hazam, autor de El collar de la paloma, Avicebrón, teólogo judío y Averroes, filósofo y médico. Se construyen la mezquita de Córdoba, la Alhambra de Granada y la Torre de Oro.
2.4. Los primeros núcleos de resistencia cristiana. Principales etapas de la Reconquista. Modelos de repoblación
La Reconquista (722-1492) por parte de los reinos cristianos tiene lugar en tres etapas. En la primera (s. XVIII-X), se forman los primeros núcleos de resistencia cristianos en la franja montañosa cántabro-pirenaica. La batalla de Covadonga (722), dirigida por Don Pelayo, se considera una victoria y alcanza un gran valor simbólico. Alfonso III expande el reino hasta el Duero y traslada la capital a León, pasándose a llamar reino de León. En el s. X este reino se vuelve débil y con Fernán González Castilla se independiza en el 970. Por otro lado, Iñigo Arista acepta la influencia carolingia y es considerado el primer rey de Navarra. Los condados catalanes, también dominados por el Imperio Carolingio, son unificados por Wilfredo en el 840. Bajo esta misma influencia surgen los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza, independizados por Ramiro I (1045). Estos tres reinos cristianos constituyen la Marca Hispánica. La Reconquista duró ochocientos años y fue un enfrentamiento discontinuo en el que, entre batalla y batalla, las relaciones entre cristianos y musulmanes pasaron por fases de distanciamiento y de acercamiento. En la segunda etapa (s. XI-XIII), Al-Ándalus pasa por una época de crisis por lo que el avance cristiano es mayor. Aprovechando esta época de crisis, Alfonso VI conquista Toledo en 1085 y es detenido en las batallas de Sagrajas (1086), Uclés y Consuegra. Alfonso VIII llega hasta Jaén (Navas de Tolosa). Fernando III conquista Córdoba y Sevilla y unifica definitivamente Castilla y León en 1230. El reino de León conquista el reino taifa de Badajoz. El rey Alfonso I de Aragón conquista Zaragoza en el 1118. Jaime I de Aragón toma Valencia en el 1230, las Islas Baleares y Murcia. En la tercera etapa (s. XIII-XV), Isabel I conquista el reino nazarí de Granada en 1492. Por otro lado, la Repoblación es la acción de ocupar y colonizar tierras conquistadas a los musulmanes. Existen cuatro formas: pressura (León) y aprisio (Cataluña), durante los s. IX y X en el V. Del Duero y Cataluña.Mediante la concejil (s. XI-XII entre el Duero y el Tajo y en Zaragoza) se entregan tierras a los concejos. También, por 5 órdenes militares (1ª mitad del s.XIII en el Guadiana, la zona baja del Ebro y en Aragón) las tierras son entregadas a órdenes militares en la. Por último, por repartimiento (2ª mitad del s.XIII en el V. Del Guadalquivir), las reciben nobles.
2.5. Los reinos cristianos en la Edad Media: organización política, régimen señorial y sociedad estamental
La monarquía que encontramos en los reinos cristianos peninsulares es la propia del sistema feudal, consolidado en la Europa occidental desde el s.X. El rey es un primus inter pares, en cuyas tierras de realengo imparte justicia y recauda impuestos. Al ser tan débil su poder y no contar con un ejército, para pacificar sus reinos durante la Reconquista y la Repoblación cuenta con los nobles y caballeros. A cambio de esa ayuda dona tierras a los nobles. Esta es la base del régimen señorial. Para ello establecen relaciones vasalláticas: a cambio de entregar feudos o señoríos, el rey o señor feudal recibe auxilium y consilium. De estas dos funciones surge la Curia Regia (grupo de consejeros nobles y eclesiásticos). Con el paso del tiempo sus sesiones ordinarias dan lugar al Consejo real, y las extraordinarias a las Cortes, donde también están los representantes de las ciudades. Las primeras fueron convocadas por Alfonso IX de León. En cuanto a la administración local, están los concejos, que gozan de autogobierno gracias a los fueros concedidos por el rey. En Cataluña recibe el nombre de Consell. Los cinco reinos presentes en la P. I. Y que cuentan con una organización política similar son: Portugal, Castilla y León (misma ley), Condado de Aragón (confederación de estados que cuentan con leyes e instituciones de gobierno propias) y Navarra. La sociedad es estamental, el nacimiento marca el grupo al que se pertenece: los privilegiados no pagan impuestos y se dividen en: oratores (los que rezan, clero) y bellatores (los que luchan, nobles). Los no privilegiados pagan impuestos (pecheros) y son los laboratores, los que trabajan: campesinos, siervos, artesanos y comerciantes. Las dos minorías religiosas son los judíos y los musulmanes.
2. 6 .Organización política de la Corona de Castilla, de la Corona de Aragón y del Reino de Navarra al final de la Edad Media.
Durante la Baja Edad Media (S. XIV y XV), en los reinos peninsulares el rey gobierna sus territorios, los defiende y protege la fe cristiana. Se establece una monarquía feudal en Castilla, Aragón (confederación de estados: Aragón, Cataluña Valencia, y Mallorca) y Navarra. Asimismo, existen unas Cortes y un Consejo Real. Los impuestos son cobrados por la Contaduría (Castilla), la Generalitat (Cataluña y Valencia), la Diputación General (Aragón) y la Cámara de Comptos (Navarra). La justicia es ejercida por la Chancillería y destaca el Justicia Mayor en Aragón. En cuanto a la administración territorial, en Castilla y Navarra existen las merindades y adelantamientos, y en Cataluña están las veguerías. Con respecto a la organización local, están los señoríos y concejos, gobernados por un regidor (Castilla), un zalmedina (Aragón) o un bayle (Cataluña, Valencia y Mallorca). En Castilla el enfrentamiento entre Pedro I y Enrique de Trastámara provoca que se establezca la dinastía de los Trastámara con un poder débil porque entrega abundantes mercedes a los nobles. La monarquía se convierte en autoritaria con Isabel I, heredera del 6 trono tras el pacto de los Toros de Guisando (1468). En Aragón, cuando Martín I muere sin descendencia nueve comisarios eligen como sucesor a Fernando I, introduciendo la dinastía Trastámara. Sus descendientes se expanden por el Mediterráneo. Por último, en Navarra se establecen desde finales del s. XIII lazos con Francia gracias al matrimonio entre Juana I y Enrique I. Después de 50 años se separan y posteriormente se junta con Aragón por el matrimonio entre Blanca y Juan II. Finalmente, Fernando II anexiona Navarra a Castilla.