A. Carlos I (1516-1556).- Al morir su abuelo materno, Fernando, en 1516, Carlos de Habsburgo, que ya había heredado los territorios de Borgoña de su abuela paterna, se hizo coronar Rey de Castilla y Aragón e inició viaje a la Península. El nuevo monarca no conocía el castellano y vino acompañado de consejeros flamencos que ocuparon los más importantes puestos en la Corte y en la Iglesia. En su testamento, Isabel de Castilla designó a su hija Juana como heredera al trono castellano, y a Fernando el Católico como regente. El esposo de Juana, Felipe el Hermoso, apoyado por una gran parte de la nobleza castellana, se opuso a la regencia de Fernando, y este se retiró a sus estados aragoneses. Pero a la muerte de Felipe el Hermoso (1506), Fernando el Católico volvíó a hacerse cargo de la regencia de Castilla. Hasta su llegada a España se encargó de la regencia el Cardenal Cisneros. LA HERENCIA DE Carlos V Carlos V Felipe JUANA MAXIMILIANO DE Habsburgo
MARÍA DE BORGOÑA Fernando ISABEL Estados de la Casa de Austria (Habsburgo) Derechos al Trono Imperial. Se recuperó definitivamente la iniciativa con la victoria en Torrelobatón (Febrero 1521), cuyo resultado no fue aprovechado y permitíó a los realistas recuperarse y formar un nuevo ejército para enfrentarse a los comuneros en campo abierto en la batalla de Villalar (Valladolid, 23 de Abril de 1521). Junto al movimiento comunero se desata otro en Aragón llamado las GermánÍAS, en Valencia y Mallorca. Respecto a la POLÍTICA INTERNACIONAL, se despliega en tres frentes, frecuentemente simultáneos: la rivalidad con Francia, los conflictos religiosos en el Imperio alemán y la amenaza turca. Las hostilidades dieron lugar a varias guerras, destacando: – La primera (1520-1525) como consecuencia de la invasión francesa a Navarra y al Milanesado. La guerra terminó con la derrota francesa en la Batalla de Pavía, desastre militar en el que cayó prisionero Francisco I. – La segunda guerra fue inmediata a consecuencia del incumplimiento del tratado por parte de Francisco I quien reanudó su propósito de expulsar a los españoles de Italia con la ayuda de la Liga Clementina (formada por Francia, el Papa Clemente VII, Florencia, Venecia y Milán). La enemistad del Papa encontró la respuesta de las tropas imperiales en el Saco de Roma (1527). La guerra, favorable otra vez a los españoles terminó con la Paz de Cambray (1529) que fue llamada también la Paz de las Damas porque fue firmada por la madre de Francisco I y una tía de Carlos I. – La tercera tuvo varios episodios que continuaron incluso tras la muerte de Francisco I aprovechando Francia la debilidad del Emperador en Alemania con el conflicto protestante. Carlos I, en una primera fase, sometíó a los protestantes en la batalla de Mühlberg (1547), pero después los príncipes alemanes obtuvieron el apoyo del rey francés. La amenaza turca estuvo presente durante todo el reinado. La acción militar española tuvo lugar en las costas de Berbería, contra la plaza fuerte de La Goleta (Túnez) donde el pirata Barbarroja tenía su cuartel general. Más tarde la flota española fracasó estrepitosamente en Argel, dejando pendiente un problema militar frente al Imperio turco-otomano que resolverá victoriosamente Felipe II en la Batalla de Lepanto (1571)
Felipe II (1556-1598).- Tras la abdicación de Carlos I en 1556 gobernó el Imperio integrado por los reinos y territorios de Castilla, Aragón, Navarra, el Franco-Condado, los Países Bajos, Sicilia, Cerdeña, Milán, Nápoles, Orán, Túnez, toda la América descubierta y Filipinas. A estos vastos territorios se le uníó Portugal y su Imperio afroasiático en 1580. Carlos I había cedido en su abdicación a su hermano Fernando el Imperio Alemán y las posesiones de los Habsburgo en Austria. La idea de la unidad religiosa marcó la política de Felipe II. No dudó en intervenir ante la amenaza de las incursiones berberiscas y turcas en las costas mediterráneas. Felipe II obtuvo una gran victoria, aunque no la definitiva, en la batalla de Lepanto en 1571. En el interior peninsular el monarca reprimíó duramente las sublevaciones moriscas como, por ejemplo, en las Alpujarras granadinas. En Europa se enfrentó con Francia por el control de Italia (Nápoles y el Milanesado). La paz en Cateau-Cambrésis en 1559 fue favorable a los intereses españoles en la península italiana. Tras la muerte de su esposa María Tudor, las relaciones se hicieron cada vez más hostiles con Inglaterra, que apoyaba a los rebeldes protestantes en los Países Bajos. El intento de invadir la isla en 1588 con la Armada Invencible acabó con un gran fracaso que inició el declive del poder naval español en el Atlántico. Felipe II no pudo acabar tampoco con el conflicto político (mayor autonomía) y religioso (revuelta calvinista) generado en los Países Bajos. La anexión significó la uníón de dos enormes imperios. Las posesiones portuguesas en Brasil, África y Asía pasaron al Imperio de Felipe II