Tomás de Aquino y Platón: Conocimiento, Fe, Razón y la Existencia de Dios

Teoría del Conocimiento: Platón y Tomás de Aquino

La teoría del conocimiento de Platón y la de Tomás de Aquino buscan explicar cómo el ser humano conoce la realidad, pero difieren en sus enfoques y fundamentos.

La Perspectiva de Platón

Platón desarrolla su teoría del conocimiento en el marco de su dualismo ontológico, dividiendo la realidad en dos mundos: el mundo sensible y el mundo inteligible. Según él, el conocimiento verdadero (episteme) no proviene de los sentidos, que solo captan el mundo cambiante y material, sino de la razón, que accede al mundo de las Ideas, donde reside la verdad inmutable. Así, el conocimiento es un proceso de reminiscencia: el alma, al recordar las Ideas eternas, conoce la esencia de las cosas.

La Perspectiva de Tomás de Aquino

Por otro lado, Tomás de Aquino, influido por Aristóteles y la tradición cristiana, parte de una visión más unitaria de la realidad. Para él, el conocimiento comienza con la experiencia sensible, ya que el ser humano conoce a través de los sentidos, pero este conocimiento se eleva gracias a la razón, que abstrae las formas universales de los objetos concretos. Además, Aquino introduce la fe como una forma de conocimiento superior, que complementa a la razón y permite acceder a verdades reveladas por Dios.

Similitudes

Ambos coinciden en que el conocimiento trasciende lo meramente sensible. Tanto Platón como Aquino consideran que la razón tiene un papel fundamental para alcanzar verdades más profundas.

Asimismo, reconocen una dimensión trascendente en el proceso de conocer: Platón en su mundo de las Ideas y Aquino en la idea de Dios como la verdad suprema.

Diferencias

Sus diferencias son notables. Mientras Platón desconfía de los sentidos, Aquino los valora como un punto de partida necesario para conocer. Además, en Platón, el conocimiento es innato (reminiscencia), mientras que en Aquino se adquiere a través de la experiencia y la abstracción.

Conclusión Comparativa

Aunque ambos filósofos buscan comprender cómo el ser humano accede a la verdad, Platón se centra en un mundo ideal y un enfoque más racionalista, mientras que Tomás de Aquino armoniza la experiencia sensible, la razón y la fe.

Fe y Razón en Tomás de Aquino

Un problema clásico de todo el pensamiento judío, cristiano e islámico es el de las relaciones entre fe y razón. En general, la solución a este problema pasa por la subordinación de la razón a la fe y, por tanto, de la filosofía a la teología.

El primer intento desde el pensamiento medieval de romper con esta situación vendrá de la mano de Averroes, y sus seguidores latinos desarrollarán la teoría de la doble verdad.

Esta posición de Averroes chocaba con la Iglesia, por lo que el pensamiento cristiano se vio obligado a tomar una posición al respecto.

Tomás de Aquino reacciona contra las afirmaciones de los averroístas latinos negando que pueda haber contradicción entre razón y fe. Solo puede haber una verdad, puesto que todas tienen el mismo origen: Dios.

Tomás de Aquino considera que hay dos ámbitos de realidad:

  • Uno natural, al que pertenece todo el universo y da lugar al conocimiento natural, asociado con las facultades de la razón.
  • Otro sobrenatural, al que pertenece Dios y que da lugar al conocimiento sobrenatural, que es el conocimiento que proviene de la revelación divina, cuyas verdades el creyente acepta por la fe.

Por tanto, tenemos dos fuentes de conocimiento distintas.

Principios Fundamentales de la Relación Fe-Razón

La posición de Tomás de Aquino se puede resumir en los siguientes puntos:

  • Distinción clara entre Razón y Fe: Fe y razón son fuentes de conocimiento distintas, autónomas e independientes, con contenidos propios y específicos. También son distintas en el método de conocimiento: la razón carece de iluminación divina y solo puede conocer partiendo de los datos sensibles; la fe parte de la revelación divina.
  • Inexistencia de Contradicción: No existen dos verdades diferentes y contrapuestas, sino una única verdad, que en última instancia es Dios. Dios es el autor de todo: del mundo natural accesible para la razón y del sobrenatural, accesible para la fe. Pero, además, Dios es el autor de la misma fe y de la misma razón. No tendría sentido que a través de un órgano de conocimiento se nos condujese a un tipo de verdades y que a través de otro se nos condujese a otras contradictorias con las primeras, tal como sostenían los averroístas.
  • Colaboración Necesaria: Fe y razón deben colaborar y ayudarse, puesto que el conocimiento de Dios depende de la salvación del hombre.

Zona de Confluencia entre Fe y Razón

Tomás de Aquino niega la teoría de la doble verdad (la idea de que la fe y la razón pueden conducir a verdades contradictorias entre sí), pero sí admite que hay tres tipos de verdades:

  1. Artículos de Fe: Son aquellas verdades reveladas a las que solo se puede acceder a través de la fe (ej. la Trinidad).
  2. Verdades Naturales: Son aquellas verdades accesibles exclusivamente a través de la razón. Son las que tienen que ver con las cosas y seres naturales (ej. principios matemáticos o físicos).
  3. Preámbulos de Fe: Son verdades intermedias, accesibles tanto por la razón como por la fe (ej. la existencia de Dios, la inmortalidad del alma).

Colaboración entre Fe y Razón

La razón no solo permite explicar la realidad sensible, sino que nos puede conducir hacia ciertas verdades sobrenaturales, es decir, hacia los preámbulos de fe. Por lo tanto, la filosofía se convierte en la ancilla theologiae (la sierva de la teología).

  • La razón ayuda a la fe: Aporta sus procedimientos de ordenación científica para que la teología se forme como un sistema organizado y ordenado, con datos científicos o aportaciones filosóficas que pueden ser útiles para aclarar o demostrar las verdades de la fe.
  • La fe ayuda a la razón: La fe sirve a la razón como guía o criterio externo. Así, si la razón llega a conclusiones incompatibles con la fe, esas conclusiones serán necesariamente falsas, puesto que las revelaciones divinas no pueden equivocarse. Si surge una aparente contradicción, no es porque la razón o la fe fallen en sí mismas, sino que es el individuo concreto el que comete algún error en su razonamiento. Por tanto, el filósofo deberá revisar sus argumentos para descubrir dónde está el error.

La Teología de Tomás de Aquino

A Tomás de Aquino le apasionaba la teología porque veía en ella la búsqueda de la verdad última sobre Dios y la creación. Para él, la razón humana y la fe no estaban en conflicto, sino que se complementaban.

La Demostración de la Existencia de Dios

La demostración de la existencia de Dios es el tema central de la teología natural de Tomás de Aquino. Desde la Patrística se habían aportado argumentos sobre la demostración de la existencia de Dios. En la época de Tomás de Aquino, sin embargo, la demostración que contaba con mayor aceptación era la que partía de la idea misma de Dios, elaborada en el siglo XI por el monje benedictino Anselmo de Canterbury, razonamiento que fue conocido posteriormente como argumento ontológico.

El razonamiento de Anselmo de Canterbury parte de la idea de que Dios es”aquello mayor que lo cual nada puede ser pensad”. Puesto que un ser que existe realmente es mayor que quien está solo en el entendimiento, si Dios existiera solo en la mente, no sería entonces el ser más perfecto pensable, pues le faltaría la perfección de la existencia real y podría pensarse otro que sí existiera en la realidad y que, por lo tanto, sería mayor. Así, la propia idea de Dios, para no ser contradictoria, conduce a que Dios existe necesariamente.

Tomás de Aquino no aceptó el argumento ontológico y buscó pruebas convincentes influido por las ideas de Aristóteles, quien estableció la existencia de un motor inmóvil que era causa eficiente y final del universo.

Tomás de Aquino se planteó que las pruebas de demostración de la existencia de Dios debían partir de la experiencia. Él diferencia dos tipos de demostraciones:

  • Demostraciones a priori (propter quid): Parten de la causa a los efectos, de lo que es absolutamente primero, como la propia idea de Dios (ej. el argumento ontológico). Aquino las considera no válidas para probar la existencia de Dios, ya que presuponen un conocimiento de la esencia divina que no poseemos de entrada.
  • Demostraciones a posteriori (quia): Parten de los efectos (la experiencia del mundo sensible) para llegar a la causa (la existencia de Dios). Son las adecuadas según Tomás de Aquino.

Las Cinco Vías

De esta forma empírica y siguiendo el modelo causal aristotélico, Tomás de Aquino elaboró sus cinco vías para probar la existencia de Dios, todas ellas con una misma estructura argumentativa:

  1. Primera Vía: Vía del Movimiento (Motor Inmóvil)
    • Hecho empírico: Constatamos por los sentidos que hay cosas que se mueven en el mundo.
    • Principio metafísico: Todo lo que se mueve es movido por otro. Mover requiere estar en acto, mientras que ser movido implica estar en potencia respecto a ese movimiento. Nada puede estar en acto y potencia respecto a lo mismo y al mismo tiempo, por lo que nada se mueve a sí mismo.
    • Imposibilidad de una cadena infinita: Si todo lo que se mueve es movido por otro, y este a su vez por otro, no podemos proceder al infinito en la serie de motores, porque entonces no habría un primer motor y, consecuentemente, tampoco habría movimiento.
    • Conclusión: Debe existir un Primer Motor Inmóvil, que mueve sin ser movido, al que todos llaman Dios.
  2. Segunda Vía: Vía de la Causa Eficiente (Causa Incausada)
    • Hecho empírico: Observamos en el mundo sensible un orden de causas eficientes.
    • Principio metafísico: Nada puede ser causa eficiente de sí mismo, porque para ello tendría que ser anterior a sí mismo, lo cual es imposible.
    • Imposibilidad de una cadena infinita: No es posible proceder al infinito en la serie de causas eficientes, porque si no hubiera una primera causa, tampoco habría causas intermedias ni efectos finales.
    • Conclusión: Debe existir una Causa Eficiente Primera, no causada por nada, a la que todos llaman Dios.
  3. Tercera Vía: Vía de la Contingencia (Ser Necesario)
    • Hecho empírico: Encontramos en la naturaleza seres que pueden existir o no existir (seres contingentes), que nacen y perecen.
    • Principio metafísico: Lo que puede no ser, alguna vez no fue. Si todos los seres fueran contingentes, hubo un tiempo en que nada existió. Pero si nada existió, nada podría haber empezado a existir, y ahora no existiría nada, lo cual es evidentemente falso.
    • Necesidad de un ser necesario: Por lo tanto, no todos los seres son contingentes; debe existir algún ser necesario. Este ser necesario puede tener su necesidad causada por otro o no.
    • Imposibilidad de una cadena infinita: No se puede proceder al infinito en la serie de seres necesarios que tienen su necesidad causada por otro.
    • Conclusión: Debe existir un Ser Necesario por sí mismo, que no tiene causa de su necesidad fuera de sí, sino que es causa de la necesidad de los demás, al que todos llaman Dios.
  4. Cuarta Vía: Vía de los Grados de Perfección (Ser Perfectísimo)
    • Hecho empírico: Observamos en las cosas diferentes grados de perfección (bondad, verdad, nobleza, etc.). Hay cosas más o menos buenas, verdaderas o nobles.
    • Principio metafísico: Los grados de perfección implican la existencia de un máximo de esa perfección, que es la causa de todos los grados. Lo”má” o”meno” se dice en relación a una aproximación a un”máxim”.
    • Existencia de un máximo: Debe haber algo que sea la causa de la bondad, la verdad, la nobleza y todas las demás perfecciones en las cosas; algo que sea máximamente ser.
    • Conclusión: Existe un Ser Sumamente Perfecto, que es causa de todo ser, bondad y cualquier otra perfección, al que llamamos Dios.
  5. Quinta Vía: Vía de la Finalidad (Inteligencia Ordenadora)
    • Hecho empírico: Observamos que los seres naturales, incluso los que carecen de conocimiento (como los cuerpos físicos), obran por un fin y tienden a alcanzar lo que es mejor para ellos.
    • Principio metafísico: Los seres que carecen de conocimiento no pueden tender a un fin de manera ordenada y constante a menos que sean dirigidos por un ser inteligente, como la flecha es dirigida por el arquero.
    • Necesidad de una inteligencia directora: Debe haber una inteligencia que dirija todas las cosas naturales hacia su fin.
    • Conclusión: Existe un Ser Inteligente que ordena la naturaleza y dirige todas las cosas a su fin, al que llamamos Dios.

Aproximación a la Esencia Divina

Aunque las cinco vías demuestran la existencia de Dios, conocer qué es exactamente su esencia es algo que excede la capacidad de la razón humana en esta vida. Sin embargo, podemos aproximarnos a ella a través de tres caminos:

  • Vía de la Afirmación o Analogía: Atribuimos a Dios las perfecciones que encontramos en las criaturas (bondad, sabiduría, etc.), pero entendiendo que en Él se dan de un modo infinitamente superior y análogo, no idéntico.
  • Vía de la Negación: Negamos de Dios todas las imperfecciones propias de las criaturas (limitación, composición, mutabilidad, maldad, finitud, etc.). Sabemos lo que Dios no es.
  • Vía de la Eminencia: Reconocemos que cualquier perfección presente en el mundo (ser, vida, inteligencia) se encuentra en Dios en grado máximo, eminente e infinito.

La Creación según Tomás de Aquino

Si se ha demostrado la existencia de Dios utilizando el principio de causalidad, es porque se asume que Dios es el creador del mundo. Antes de la creación no hay tiempo ni movimiento ni seres creados, por eso es una creación desde la nada (creatio ex nihilo). Santo Tomás subraya que la creación es un acto libre de Dios, causado por su propia perfección y bondad, no por necesidad.

Dios no solo es el creador de todo, sino que también conserva el mundo en la existencia por medio de una creación continua. Si Dios dejara de”sostene” el ser de las cosas, estas volverían a la nada.

Antes de ser creadas, las cosas existen en la mente divina como Ideas o arquetipos, es decir, son esencias sin existencia real fuera de Dios. Al crearlas, Dios les confiere existencia, haciendo coincidir la esencia con la existencia en el ser finito.

Jerarquía de los Seres Creados

Si Dios es inteligencia pura y acto puro, debe contener en su mente todas las formas de lo que luego serán las formas de los diferentes seres. Entre las criaturas hay un orden jerárquico, determinado por su grado de perfección o cercanía a Dios. Los menos perfectos son los cuerpos inanimados, seguidos de las plantas, los animales y el ser humano. En la cúspide de la creación material está el ser humano, y por encima de él estarían los ángeles, que son inteligencias puras, inmateriales.

Al no tener materia, los ángeles son formas puras; cada ángel constituye una especie en sí misma.

Composición de los Seres: Esencia y Existencia

Santo Tomás utiliza la teoría hilemórfica aristotélica (composición de materia y forma) para explicar la composición de los seres materiales. Sin embargo, esta resulta insuficiente para abarcar toda la creación, porque no todos los seres creados son materiales (como los ángeles y las almas humanas). Por eso introduce la distinción real entre esencia y existencia en todos los seres creados:

  • Seres finitos inmateriales (ángeles, almas): Su esencia es solo forma (son inmateriales), pero son finitos porque su esencia recibe la existencia de Dios. Su esencia no se identifica con su existencia.
  • Seres finitos materiales (sustancias corpóreas): Su esencia está compuesta de materia y forma, y también reciben la existencia de Dios.

Solo en Dios la esencia y la existencia se identifican plenamente; Dios es el Ser subsiste por sí mismo (Ipsum Esse Subsistens).