Definimos ciencia como aquel saber racional sobre la realidad, sistematizado en cualquier campo que suele aplicarse a la organización sistemática de las experiencias objetivamente cuantificables y comprobables sobre dicho campo. La ciencia como factor determinante en la vida humana es muy reciente. Como fuerza importante, comienza con Galileo (1564 -1642) y, por consiguiente, existe desde hace unos trescientos años. En la primera mitad de este corto período. Sólo en los últimos ciento cincuenta años, la ciencia se ha convertido en un factor importante, que determina la vida cotidiana de todo el mundo. Ciento cincuenta años de ciencia han resultado más explosivos que cinco mil años de cultura precientífica. Sería absurdo suponer que el poder explosivo de la ciencia está agotado o que ha alcanzado ya su máximo. La ciencia nos ha hecho a los seres humanos mucho más poderosos. En ella depositamos muchas de nuestras esperanzas y, por la misma razón, también muchos temores. Comprender sus rasgos específicos, los factores que la condicionan, los valores que la guían sus límites y saber quiénes son sus adversarios constituye, más que nunca, una necesidad para quienes, como nosotros, vivimos en un «mundo científico», En su obra Introducción a la filosofía de la ciencia, Wartofsky afirma que la ciencia es una actividad humana que da lugar a un cuerpo sistemático y organizado de saberes que hace uso de leyes o principios generales. Esto supone que el progreso científico sea fruto de la acumulación de saber a lo largo del tiempo donde los rasgos útiles se conservan y los inútiles se desechan basándose en criterios racionales y objetivos de invalidación o falta de comprobación de la información ofrecida. Tres carácterísticas fundamentales hay que reséñar de esta definición: por un lado, que constituye un cuerpo de saberes, que es su contenido; por otro, que esa organización se hace conforme a leyes o principios generales; y, por último, que la ciencia es el único saber que progresa de manera factual y definible. La ciencia abarca todo el ámbito de la experiencia humana. No se limita a estudiar los fenómenos físicos, químicos o biológicos, sino también los históricos, psicológicos, etc., en definitiva, todo aquello que inquieta al hombre. Frente a la aceptación ingenua de las explicaciones, frente a un Realismo ingenuo que cree saber lo que son las cosas, la ciencia va más allá del sentido común ingenuo, de acuerdo con un método de investigación, el método científico, adecuado a aquello que pretende investigar y que tiene que ser compartido por la comunidad de científicos. La explicación inductiva consiste en admitir que a partir de determinados casos particulares se pueden obtener enunciados generales y, por lo tanto, descubrir las leyes que rigen el comportamiento de los objetos. Se trata, como ya apuntaba Aristóteles, de un tipo de razonamiento que va de lo particular a lo general. En la práctica, la inducción se emplea tanto en la ciencia como en la vida cotidiana, y se caracteriza porque en la conclusión hay más información que la que contienen las premisas. Así, por ejemplo, sería una inducción el concluir que todos los cisnes son blancos por el hecho de haber visto algunos o muchos de dicho color. La explicación hipotético-deductivaconstituye hoy día el método de explicación e investigación más utilizado por la ciencia. Como hemos visto, el modelo axiomático dejó de ser el modelo de explicación propio de las ciencias empíricas. Así mismo, la explicación inductiva tampoco tiene actualmente el prestigio que tuvo en el pasado.Dicho método consiste en establecer hipótesis a partir de lo observado, deducir consecuencias demostrables y comprobarlas con nuevas observaciones o por medio de experimentos. La enumeración de los siguientes procesos del método no implica que el investigador siga rigurosamente y por orden las operaciones qtie se describen. La descripción que haremos de ellas constituye el conjunto de operaciones fundamentales que componen el método que en la actualidad se considera más adecuado para el conocimiento de la realidad natural; pero como procedimiento, el método no es más que una serie de estrategias imprescindibles para unificar el saber sobre la naturaleza y posibilitar el acuerdo entre los científicos. Es el método propio de las ciencias humanas. Se entiende que los hechos de los que se ocupan estas ciencias tienen carácterísticas especiales, En efecto, los hechos humanos implican al propio sujeto observador, ya que él mismo es sujeto y objeto de esta observación, Exista una mutua implicación entre lo observado y el observador. Al realizar el análisis de este tipo de hechos, se descubre que en ellos se implica no sólo la materialidad del hecho, sino también un complejo de factores, que no son directamente observables. Se trata de aspectos de los autores o protagonistas de estos hechos, entre los que podemos señalar las intenciones o las creencias. En este sentido, el reto de las ciencias humanas está en encontrar un método que dé razón de las obras humanas que ocurren bajo las condiciones señaladas. Este método no pretende explicar los hechos desde un análisis causal sino que su fin es comprender los hechos humanos. Las ciencias formales se definen como aquellas cuyos enunciados no dicen nada sobre hechos observables y, por lo tanto, la verdad de sus conclusiones depende únicamente de la corrección en el uso de la deducción. Están formadas por cadenas de enunciados que se enlazan mediante un sistema deductivo. Actualmente se considera que únicamente hay dos ciencias formales: lógica y matemática. La carácterística fundamental de las ciencias empíricas está en que sus afirmaciones se refieren a hechos que acaecen en el mundo y son observables. Las ciencias empíricas tratan de explicar los hechos y de establecer leyes y teorías que permitan predecir lo que ocurrirá en determinadas circunstancias. Necesariamente han de partir de la observación y es precisamente esto lo que determina su campo de acción; se pueden aplicar a todo lo observable. Dentro de las ciencias empíricas se considera la existencia de un tipo especial de ciencias, en las que el hombre está directamente implicado, las ciencias humanas. En un lado observamos fenómenos naturales y por otro el resultado de acciones humanas. Son distintos tipos de hechos que se han considerado irreductibles, pues se supone que mientras que en la naturaleza impera la causalidad, en los hechos en los que interviene el hombre existe la intencionalidad. Una pseudociencia es un conjunto de afirmaciones que por su apariencia se asemejan a las científicas aunque carecen de pruebas plausibles que las respalden.