Un Nuevo Rumbo de la Narrativa: La Novela Posterior a 1975
La narrativa posterior a 1975 se caracteriza por el abandono del experimentalismo anterior y el regreso de la narratividad. Los autores recuperan el placer por contar historias y buscan conectar de nuevo con los lectores. Los factores que motivaron este cambio fueron la desaparición de la censura, el cansancio de la novela experimental y el crecimiento del sector editorial, lo que provocará una gran disyuntiva entre los novelistas. El fin de la novela experimental está relacionado con la aparición de dos novelas clave: La saga/fuga de JB, de Gonzalo Torrente Ballester, y La verdad sobre el caso Savolta, de Eduardo Mendoza.
La Generación del 68 o Novela de la Transición
Se trata de un grupo de autores muy diversos que comienzan a adquirir relieve en la época de la Transición. Se pueden apreciar ciertos rasgos comunes, como la subjetividad, el cuidado del estilo y un nuevo clasicismo mediante tres subgéneros narrativos:
- La metanovela: las reflexiones sobre el hecho literario nos aparecen a través del narrador, que nos sumerge en la construcción de la propia obra. Es como un juego de espejos que nos une a la herencia cervantina. Obras destacadas: El cuarto de atrás, de Carmen Martín Gaite, y El parecido, de Álvaro Pombo.
- La novela policiaca: los factores son la desaparición de la censura, la influencia de autores estadounidenses y el cine negro. Los autores perseguían un doble objetivo: elaborar un retrato crítico de la época de la Transición. Destacamos a Eduardo Mendoza, Manuel Vázquez Montalbán con Yo maté a Kennedy y Lourdes Ortiz con Picadura mortal.
- La novela histórica: es otro de los subgéneros con más éxito hasta la actualidad. Umberto Eco, con El nombre de la rosa, y al cual se incorporan autores de generaciones anteriores, como Miguel Delibes con El hereje, da importancia al contexto histórico. Destacaremos Extramuros, de Jesús Fernández Santos, o Urraca, de Lourdes Ortiz.
Los Narradores de los 80
La novela sufre un cambio con la difusión de la estética y los principios de la posmodernidad. Se mantiene el gusto por la narratividad, se acentúa la transgresión de los moldes tradicionales y la tendencia introspectiva. Las características más relevantes son:
- Tendencia a la introspección: un análisis del yo. Destacan Javier Marías, con Todas las almas, o Adelaida García Morales, con El sur.
- Capacidad de sugerencia y evocación: se observa en la tendencia a la fusión de la prosa lírica, recuperar el mito o la tradición. Destaca José María Merino con El oro de los sueños.
- Incorporación de otros géneros: la novela se concibe como novela abierta. Destaca Marina Mayoral en La única libertad.
- Interés por la novela de género: subgéneros narrativos de gran éxito popular (novela histórica, policiaca, erótica, fantástica). Destacan autores como Arturo Pérez-Reverte, con El maestro de esgrima, Antonio Muñoz Molina, con El invierno en Lisboa, y Manuel Vázquez Montalbán, con su detective Pepe Carvalho.
- Experimentación con la voz narradora: La metanovela. Un autor clave es Enrique Vila-Matas, con Historia abreviada de la literatura portátil.
- Tono irónico y paródico: mediante el humor, la deconstrucción de códigos, como podemos observar en Caperucita en Manhattan, de Carmen Martín Gaite, y Los juegos de la edad tardía, de Luis Landero.
La Última Narrativa
Estos novelistas mantienen un gusto por contar y por la introspección. La heterogeneidad en el panorama literario ha aumentado por el cambio significativo de las redes sociales, la autopublicación y la proliferación de premios comerciales. Dentro de esta narrativa hay varios subgéneros:
- La novela negra: sobresale Lorenzo Silva, con la saga de Bevilacqua (El alquimista impaciente).
- La novela histórica: se centra en el tema de la Guerra Civil mediante un distanciamiento temporal. Almudena Grandes, con Episodios de una guerra interminable, y Dulce Chacón, con La voz dormida.
- Realismo sucio: fue efímera, pero gozó de gran popularidad mediante un lenguaje juvenil y directo, y el tratamiento de temas como las drogas, el alcohol, la marginalidad o la noche. Historias del Kronen, de José Ángel Mañas, y Beatriz y los cuerpos celestes, de Lucía Etxebarria.
- Novela comprometida: los narradores recuperan el afán de retratar la realidad con temas como la corrupción, la especulación y la precariedad laboral. Crematorio, de Rafael Chirbes, y Ángel descuidado, de Eduardo Mendicutti.
- La novela intimista: la memoria y la identidad son dos ejes temáticos esenciales de la última narrativa, y se abordan temas como la soledad, el fracaso, la ambición o la falta de motivación social. Se puede distinguir la pseudoautobiográfica, con Tranvía a la Malvarrosa, de Manuel Vicent, o una introspección más intelectual y compleja, como Saber perder, de David Trueba.
Trayectoria Literaria de Eduardo Mendoza
Su obra La verdad sobre el caso Savolta supondrá el inicio de una nueva narrativa. Esta obra se ambienta en Barcelona, plasma una situación conflictiva entre empresarios y la mala situación obrera. Los personajes de Mendoza son la burguesía catalana y la clase obrera, prostitutas, el barrio chino y ladrones. Más tarde escribirá novela policiaca con obras como El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas, La aventura del tocador de señoras, El enredo de la bolsa y la vida y El secreto de la modelo extraviada. Una de sus mejores obras, La ciudad de los prodigios, muestra la evolución social y urbana de una ciudad. La isla inaudita ambienta la obra en Venecia. Al mismo tiempo, comienza a publicar en El País una historia de un extraterrestre que más tarde se publicará con el nombre de Sin noticias de Gurb. En 2008 publica El asombroso viaje de Pomponio Flato, una parodia epistolar que mezcla género policiaco y novela negra sin importar el rigor histórico. Las características son un perspectivismo narrativo, montaje caleidoscópico y de suspense, un diálogo constante, el pastiche, la ironía y un estilo sencillo y directo. Los personajes son marginales.
Conclusión
Se ha intentado dar pinceladas en el panorama de la narrativa española, incidiendo no solo en los temas, sino también en el estilo y aspectos formales. El abultado número de autores hace que no podamos verlos a todos, pero hemos revisado la trayectoria de Eduardo Mendoza.