T8-arquitectura.
Arquitectura postmoderna.
Algunos arquitectos utilizaron elementos decorativos y constructivos tradicionales, anteriores a la revolución arquitectónica del siglo XIX, y rechazaron el movimiento moderno. Esta tendencia tuvo gran incidencia en Japón, donde surgió una nueva arquitectura a partir del movimiento metabolista, que mezcló elementos de la arquitectura tradicional japonesa con el lenguaje funcionalista.
Tuvo una gran repercusión en EEUU, destacan los arquitectos Michael Graves, Robert Venturi y Denise Scott Brown que utilizaron molduras decorativas como el arco en las entradas principales. Otro arquitecto importante fue el italiano Aldo Rossi, quien adaptó los edificios a las tradiciones locales, y defendía que toda tipología del pasado podía ser alterada, para adaptarla a las necesidades del momento. En España destaca Ricardo Bofill quien ha recuperado el repertorio clásico, aplicándolo a estructuras de hormigón con monumentalidad. Destaca la obra de rasgos singulares, de Enric Miralles, cuyo planteamiento ha seguido su colaboradora y esposa Benedetta Tagliabue.
High-tech.
Paralelamente al movimiento posmoderno, en 1980 y 1990 surgieron con gran vitalidad corrientes arquitectónicas como el high-tech y el deconstructivismo. El primero valora la exhibición de todos los componentes tecnológicos del edificio. Destacan Norman Foster y Richard Rogers, creador del Centre Georges Pompidou de París.
El deconstructivismo, rompe con la norma clásica y presenta una arquitectura de autor a caballo entre la ingeniería y la arquitectura. Destacan figuras como: Richard Meier y su arquitectura blanca; el holandés Rem Koolhaas con el protagonismo de la masa de sus proyectos; los suizos Herzog & de Meuron con su arquitectura minimalista; el francés Jean Nouvel y su búsqueda de la transparencia y el español Santiago Calatrava, con su fusión entre arquitectura e ingeniería. Las últimas tendencias se relacionan con las necesidades de la sociedad actual: oficinas, almacenes, centros comerciales, estaciones ferroviarias, etc. Están mayoritariamente subvencionadas por las Administraciones Públicas para revitalizar zonas deprimidas dentro de una ciudad.
Pop Art.
El nombre de Popular Art fue acuñado por el crítico inglés Lawrence Alloway, para un movimiento que desde 1950 hasta 1970, se desarrolló de manera casi simultánea en Londres y Nueva York. Tiene un marcado carácter figurativo, inspirado en la imaginería del mundo del consumo y de la cultura popular: anuncios, revistas, periódicos. Es fácil de comprender que se contrapone con la intelectualización del Expresionismo. Entre los máximos representantes podemos destacar a Andy Warhol que desarrolló su trayectoria artística en EEUU con un estilo muy similar al de los anuncios publicitarios. Hay que mencionar también a Roy Lichtenstein. En el Reino Unido, Eduardo Paolozzi y Richard Hamilton. En España destacaron Eduardo Arroyo y Luis Gordillo.
Op Art.
A partir de 1955 se empezó a utilizar el término arte cinético, arte que incorpora el movimiento, no como un elemento ilusorio, sino real; se clasifican en tres grupos: las de carácter bidimensional o tridimensional, con movimiento real y un motor; obras bidimensionales o tridimensionales estáticas, con efectos ópticos (op art); obras transformables, que también pueden ser bidimensionales o tridimensionales y que requieren que el espectador se desplace para apreciar el movimiento. Destacan Alexander Calder con sus stabile-mobile. Victor Vasarely fue una de las figuras más destacadas y en escultura sobresalen las realizaciones de Jean Tinguely.
Arte povera.
Acuñado en 1967 por el crítico italiano Germano Celant, define todas aquellas obras de arte caracterizadas por haber sido realizadas con materiales pobres. La introducción de materiales pobres en el arte era un rechazo de la frialdad de las esculturas minimalistas norteamericanas, realizadas con materiales industriales. Con esos materiales sin valor artístico pretendían socavar los fundamentos del mercado del arte. Destacan Piero Manzoni y Michelangelo Pistoletto.
Hiperrealismo y fotorrealismo.
En 1968 como respuesta a las manifestaciones más radicalmente conceptuales y a la atracción por la imagen fotográfica. Numerosos artistas estadounidenses retomaron la vida del realismo, la copia de modelos fotográficos, procurando que el original y la copia se pareciesen al máximo. Chuck Close, Don Eddy, Robert Bechtle y Richard Estes fueron los más destacados en el apartado pictórico, mientras que Duane Hanson y John De Andrea crearon esculturas en las que se reproduce la figura humana en diversas actitudes cotidianas. En Europa, esta tendencia fue seguida por el grupo alemán Zebra y por el pintor español Antonio López, quienes a diferencia de los artistas estadounidenses no utilizaban la cámara fotográfica. En el realismo con influencias cinematográficas hay que recordar la obra de Edward Hopper.