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El Surrealismo y Dalí
El Surrealismo y Dalí
Fue Sigmund Freud el que establecíó la existencia del inconsciente como parte fundamental de su teoría del psicoanálisis.Se puede definir como un lugar psíquico desconocido para la conciencia o, dicho de otra forma, como el conjunto de los contenidos reprimidos que son mantenidos al margen, apartados de la conciencia.Lo que pretende el Surrealismo es visualizar el inconsciente del individuo en su estado puro, esto es, despojado de las trabas que le impone la razón y al margen de los convencionalismos sociales y morales.El fundador del movimiento fue el poeta francés André Bretón, que había descubierto en las teorías de Freud que ese mundo inconsciente afloraba a través de los sueños y que en él se manifestaban dos emociones comunes, el placer y la agresividad.Ambos temas serán explotados por una serie de artistas como Max Ernst, Delvaux, Masson, Magritte, Miró, Tanguy y Salvador Dalí (1904-1989). Dalí dará rienda suelta a temas poco o nada tratados hasta ese momento en la pintura:el pavor del contacto físico con el sexo contrario, el miedo a la castración derivado del complejo de Edipo y la obsesión enfermiza por la impotencia, la muerte y la putrefacción.El pintor de Figueras se adhiere al movimiento surrealista en 1929, cuando acude a París a rodar la película Un perro andaluz , un cortometraje escrito en colaboración con su amigo Luis Buñuel que arranca con un ojo cortado por una navaja barbera. El cine, recientemente inventado, se ponía, de esta manera, al servicio del Surrealismo.
Ese mismo año se enamora de Gala, que se convertirá en su musa, amante, confidente y marchante de sus obras. Sin la figura de Gala no es posible comprender la personalidad de Dalí y su encumbramiento a la fama mundial. Dalí elaboró un método de trabajo propio, que denomina paranoico–
Crítico, apoyado en su portentosa técnica como dibujante. La factura de sus obras es tan precisa que el propio autor se referirá a ellas como “fotografías pintadas a mano”. Dalí había observado que el paranoico, a diferencia de otros enfermos mentales, expresaba de forma lógica sus delirios, interpretando el mundo exterior en función de sus obsesiones. En consecuencia, piensa que el pintor surrealista no debe limitarse a ser mero agente pasivo que plasma de forma automática sus sueños en el cuadro, sino que debe colaborar en la elaboración de las confusas imágenes que recuerda cuando despierta. El resultado del método paranoico-crítico será la imagen doble que representa dos o más realidades. Dos buenos ejemplos de ello son el Retrato de Mae West, cuyos rasgos faciales se corresponden con el mobiliario de un salón, y el Mercado de esclavos, en cuyo fondo aparece oculto el busto de Voltaire. Pero la actitud de Dalí era tan snob y mercantilista que André Bretón lo expulsa del movimiento surrealista. Otras obras destacadas de Dalí son Muchacha en la ventana, La persistencia de la memoria (Relojes blandos) y Presagio de la Guerra Civil Española.
Ese mismo año se enamora de Gala, que se convertirá en su musa, amante, confidente y marchante de sus obras. Sin la figura de Gala no es posible comprender la personalidad de Dalí y su encumbramiento a la fama mundial. Dalí elaboró un método de trabajo propio, que denomina paranoico–
Crítico, apoyado en su portentosa técnica como dibujante. La factura de sus obras es tan precisa que el propio autor se referirá a ellas como “fotografías pintadas a mano”. Dalí había observado que el paranoico, a diferencia de otros enfermos mentales, expresaba de forma lógica sus delirios, interpretando el mundo exterior en función de sus obsesiones. En consecuencia, piensa que el pintor surrealista no debe limitarse a ser mero agente pasivo que plasma de forma automática sus sueños en el cuadro, sino que debe colaborar en la elaboración de las confusas imágenes que recuerda cuando despierta. El resultado del método paranoico-crítico será la imagen doble que representa dos o más realidades. Dos buenos ejemplos de ello son el Retrato de Mae West, cuyos rasgos faciales se corresponden con el mobiliario de un salón, y el Mercado de esclavos, en cuyo fondo aparece oculto el busto de Voltaire. Pero la actitud de Dalí era tan snob y mercantilista que André Bretón lo expulsa del movimiento surrealista. Otras obras destacadas de Dalí son Muchacha en la ventana, La persistencia de la memoria (Relojes blandos) y Presagio de la Guerra Civil Española.
d. El Dadaísmo y Marcel Duchamp
Podemos considerar que el Dadaísmo es el antiarte. Un posicionamiento contra la belleza, contra las leyes de la lógica y contra la sociedad establecida.El nombre del movimiento nacíó el 8 de Febrero de 1916 en el Cabaret Voltaire, de Zúrich, un curioso local mezcla de club literario, galería de exposiciones y sala teatral. Allí se reunían un puñado de refugiados de distintas nacionalidades que se beneficiaban de la neutralidad suiza en la Gran Guerra. Ese día, los presentes cogieron un abrecartas, lo introdujeron al azar entre las páginas de un diccionario y, al parecer, salíó la palabra “dada” (caballo de madera). Y ese fue el nombre que le pusieron. Aquel grupo de escritores y artistas plástico estaban radicalmente en contra de una clase burguesa que había traído la guerra a Europa. En uno de sus manifiestos, proclaman que están en contra “de la sífilis política, astronómica, artística, parlamentaria, agrícola y literaria”. Lo que buscan siempre en sus obras es el gesto, siempre que este vaya contra la sociedad establecida y sea lo más escandaloso posible. Recurren con frecuencia a la ironía y el absurdo.El precursor del movimiento será el francés Marcel Duchamp (1887-1968), que en 1913 había construido Rueda de bicicleta, en la que este objeto aparecía encima de una silla de cocina. Lo definíó como “un objeto de la vida cotidiana promovido a la categoría de arte por la voluntad del artista”. El propio Duchamp define estas obras como “ready made”; dicho de otra forma, convertir objetos corrientes en obras de arte. Un “ready made” a la inversa sería “usar un Rembrandt como tabla de planchar”. Todos los “ready made” eran objetos prefabricados y podían usar nuevos o usados, aprovechando así los desechos de la sociedad consumista. Una de las obras más famosas de este tipo es La fuente: un urinario de porcelana blanca que firmó con el nombre de Sr. Mutt, un conocido fabricante de artículos sanitarios. Más adelante, retocó una fotografía de La Gioconda: le colocó perilla y bigotes y la rotuló con las iniciales L. H. O. O. Q. (en francés, “ella tiene el culo caliente”). Muy sonada, y significativa en cuanto a su idea de despojar el arte de toda solemnidad, fue la ocasión en la que expuso un perchero y el público lo utilizó para colgar sus sombreros y paraguas. La culminación de su obra artística llegó con la pintura sobre cristal titulada La novia desnudada por sus solteros o El gran vidrio, donde desafió los límites que la moral imperante impónía a la sexualidad femenina. Los últimos años de su vida los dedicó a juagar al ajedrez y a dejar pasar el tiempo. No obstante, tras su muerte se descubríó que había estado trabajando en un nuevo proyecto, titulado Dados: el espectador contemplaría a través de una mirilla, tras la que encontraría una mujer desnuda que llevaba en la mano un quemador de gas; su objetivo es que el mirón tuviera un “coito visual” con el objeto que contemplaba.