Teatro en la Antigua Roma
Junto con la poesía épica, el teatro es el género más antiguo de la literatura latina. Se conoce como fecha de nacimiento el año 240 a. C., con representaciones en los ludi Romani. Encontramos como precedentes los carmina fescennina, la fabula atellana, la satura y los mimos.
Tragedia y Comedia
Las obras dramáticas latinas se clasifican en tragedia y comedia.
- La tragedia tiene como protagonistas dioses, héroes o reyes. Su tono es solemne y el lenguaje elevado, con un final funesto.
- La comedia se ocupa del hombre de la calle y el lenguaje es desenfadado y grosero.
Ambas surgen de traducciones de obras griegas.
Representaciones teatrales
El teatro para los romanos era un espectáculo que tenía lugar entre la primavera y el otoño. Las representaciones estaban organizadas por los ediles y los actores eran varones. De las obras dramáticas solo conservamos las de Plauto, Terencio y Séneca, pero conservamos fragmentos de autores como Livio Andrónico, Cneo Nevio, Quinto Ennio, Pacuvio y Accio.
Si bien es cierto que la tragedia no arraigó en Roma, la comedia, en cambio, triunfó en toda regla. En la edad de oro del teatro latino (s. II a. C.) destacan:
Plauto
Plauto tuvo un éxito arrollador. De él se conocen 130 comedias, del género palliata. El mundo de sus comedias es el de los hombres de la calle y cultiva la comedia de situación, de intriga y de enredo. El amor y el dinero siempre están presentes en sus obras de final feliz. Sus obras tienen un prólogo donde una divinidad cuenta el argumento. Algunas de las comedias famosas son Anfitrión, Comedia de la olla, Soldado fanfarrón, Los cautivos… Sus motivos cómicos son variados y su lenguaje rico y expresivo.
Terencio
Del otro autor, Terencio, solo nos han llegado 6 comedias: La Andria, Formión, El eunuco, La suegra, El atormentado por sí mismo y Los hermanos. Sus obras están precedidas de una didascalia y de una períoca, que no son de Terencio. Son comedias psicológicas donde interesan más los personajes que las acciones. En Terencio es esencial la reflexión, el mensaje educativo y moral.
Decadencia y resurgimiento
En la época clásica, el teatro entra en decadencia y alcanza popularidad la atellana literaria. Augusto intentó restaurar el teatro y surgieron autores como Lucio Vario, pero solo se conservan las piezas de Séneca, que escribió 9 tragedias de tema griego basadas en obras de Eurípides, Sófocles y Esquilo. Usa el mito como pretexto para exponer sus ideas filosóficas y morales. Finalmente, el mimo y la pantomima fueron las representaciones más frecuentes de la época imperial.
La Oratoria en la Antigua Roma
La oratoria es el instrumento que utilizaba las dotes de persuasión para influir en la opinión pública durante la lucha política. Los romanos comenzaron muy pronto a prestarle atención como género literario. La oratoria tenía influencia de la retórica griega, que llegó a Roma en el siglo II a. C. La retórica se dirigía esencialmente a la estructuración del discurso político, estructurado en 4 partes: el exordium (introducción al tema para llamar la atención del público), la narratio (breve exposición del asunto), la argumentatio y la peroratio (conclusión). Existían 3 géneros de oratoria: el judicial, el deliberativo y el demostrativo; y tres clases de estilos destinados a convencer, agradar y a impresionar.
Orígenes y desarrollo
La oratoria anterior al siglo II a. C. es casi desconocida. En ella destaca Claudio el Ciego. Entre los siglos III-II a. C. vivieron los primeros oradores que pertenecieron al género de las laudationes fúnebres, donde destacan autores como Quinto Fabio Máximo. En el siglo II a. C., la oratoria romana se consolidó definitivamente bajo la influencia de la retórica. En este momento destacan autores como Catón, Escipión y los hermanos Tiberio y Cayo Graco. Entre los siglos I y II a. C. destacaron Marco Antonio y Licinio Craso. De este periodo hay tres escuelas, de donde surgieron oradores como Cicerón.
Cicerón, maestro de la oratoria
Cicerón fue el gran defensor de la República y enemigo de César. Su obra consiste en el desarrollo de su actividad política y su actividad intelectual, dividida en tres campos: la epistolografía, la filosofía y la oratoria. El estilo de Cicerón, basado en el equilibrio y la simetría, le convirtió en el mejor orador latino de todos los tiempos. Los discursos de Cicerón se pueden clasificar en judiciales, como Pro Murena; jurídicos-políticos, como Pro Caelio; y políticos, como las Filípicas.
Cicerón nos ha dejado una teoría sobre la oratoria, con tres obras fundamentales:
- Brutus, historia de la oratoria griega y romana.
- De Oratore, donde define al orador ideal afirmando que debe tener una amplia cultura, disposición natural y conocimiento de las técnicas del discurso. Abarca 5 puntos fundamentales en la obra: inventio, dispositio, elocutio, memoria y actio.
- Orator, estudio de los diversos estilos de oratoria.
Decadencia en la época imperial
En la época imperial se produjo una decadencia de la oratoria al asumir los emperadores el poder total. Así, la oratoria se retiró del Foro al interior de las escuelas de retórica. En este periodo podemos destacar a autores como Séneca, que nos cuenta el traslado de la oratoria a las escuelas; Quintiliano, que se preocupa por la técnica de la oratoria; y Tácito, que se preocupa también de la decadencia de la oratoria.