Teatro Social Español de los 50: Buero Vallejo y Alfonso Sastre

El Realismo Social de los 50: Buero Vallejo y Alfonso Sastre

Contexto y características

Hacia la mitad de los 50 surge un teatro nuevo, próximo a los planteamientos de la novela y la poesía social: el teatro de la denuncia y protesta. Los temas son el testimonio crítico de las injusticias y desigualdades, la denuncia y la protesta. La técnica teatral es normalmente un teatro realista con ciertos rasgos que lo acercan al esperpento.

Representantes de este teatro son Buero Vallejo, Alfonso Sastre y Laura Olmo. Por esta época empieza a escribir Antonio Gala, quien combina la comedia de salón con el teatro existencial y simbolista en obras como Los verdes campos del Edén.

Buero Vallejo

Buero Vallejo, el más importante de los autores de este momento, plantea las situaciones y los personajes con referencias críticas a la España de su tiempo, uniendo las dimensiones sociales y existenciales. La dimensión social es también política: las obras de Buero denuncian las injusticias que afectan a la estructura de la sociedad, a las formas de explotación… La dimensión existencial se verifica en la meditación sobre el sentido de la vida, la condición humana, lo que lo lleva a alcanzar dimensiones metafísicas.

Sus obras son el medio a través del cual Buero transmite su mensaje ético general, una reflexión sobre el individuo, la sociedad, la justicia y la verdad.

Buero no rompe con las fórmulas del teatro comercial, sino que las intenta aprovechar para darles una dimensión y un sentido nuevo. Su planteamiento responde al deseo de no crear un teatro minoritario y vanguardista, sino de acceder al gran público, llegar a todos los niveles. El recurso escénico más frecuente e innovador en sus obras es el de los llamados efectos de inmersión, que buscan una mayor identificación del público con la historia que se está representando.

Etapas de la obra de Buero Vallejo

  1. 1ª etapa (hasta 1957): El enfoque de los temas es existencial. En esta etapa, sus obras se ajustan a una estética realista y a lo que se ha denominado la construcción cerrada. Destacan Historia de una escalera y En la ardiente oscuridad. En las últimas obras de este periodo asistimos a la aparición de la intención social, como en Hoy es fiesta y Las cartas boca abajo.
  2. 2ª etapa (hasta 1968/70): Está marcada por el predominio de lo social y ético. La técnica teatral se hace más compleja: se pasa a una construcción abierta que supone la superación de la escenificación realista gracias a la presencia de múltiples escenarios, una construcción más compleja de la acción… En resumen, un teatro más complejo y de mayor riqueza de planos. Los actos individuales se enmarcan en un tiempo y unas estructuras sociales concretas, lo que muchas veces conduce al autor hacia el drama histórico. Lo vemos en obras como Las Meninas o Un soñador para un pueblo. Quizás su obra más conocida en esta etapa sea El tragaluz.
  3. 3ª etapa: Etapa de continuación e intensificación de los rasgos aparecidos en la etapa anterior. Los temas sociales y los contenidos políticos se hacen más explícitos. La técnica tiene una mayor audacia en el empleo de los recursos analizados en la etapa anterior. El rasgo más significativo es el desarrollo que alcanzan los efectos de inmersión, que nos permiten percibir la realidad del mismo modo que la vive o la imagina algún personaje. La Fundación es una de las obras cumbres de nuestro autor, donde consigue expresar la subjetividad, que lleguemos a sus obsesiones y trastornos, y propicia una participación más intensa del espectador.

Alfonso Sastre

Alfonso Sastre propone un teatro de dimensiones políticas. Creó obras de corte experimental, opuestas al gusto oficial, donde exploró hasta la obsesión el tema de la opresión, sus causas y los modos de responsabilizarse ante ella. Pretendió cambiar el mundo con sus textos y hacer pensar al público, alejándolo de cualquier tipo de evasión. Para mostrar la universalidad de la represión, situó sus obras en países inventados y en épocas imprecisas.

Su obra más importante fue Escuadra hacia la muerte: profunda reflexión sobre el sentimiento de culpa, donde critica el militarismo y cuestiona los logros de las revoluciones. Es un texto teñido de pesimismo que lleva al espectador a cuestionar la utilidad de la lucha. Otro texto importante es La mordaza, verdadero alegato contra la tiranía y la opresión.

A partir de 1962 evoluciona hacia la tragedia compleja, alejada de planteamientos neoaristotélicos. Esta es una mezcla de esperpento y drama épico, donde la estructura se fragmenta, mostrándose en cuadros independientes cohesionados por aspectos ideológicos. Obras de este periodo son La sangre y la ceniza y La taberna fantástica.