Orígenes del teatro peninsular
Teatro medieval
La producción dramática medieval conservada en Castilla es escasa. El texto dramático castellano más antiguo conservado es el Auto de los Reyes Magos, de mediados del siglo XII. Se trata de un fragmento de 147 versos polimétricos, con predominio de alejandrinos, eneasílabos y heptasílabos, que se escenificaban en las fiestas de la Epifanía. Está escrito en castellano, pero presenta residuos mozárabes y hábitos lingüísticos catalanes o gascones. Contiene monólogos de los tres reyes, su encuentro, la visita a Herodes, el monólogo del monarca judío y la discusión de los sabios de la corte.
En la segunda mitad del siglo XV destaca Gómez Manrique, autor de dos piezas cortas de carácter sacro: Representación del nacimiento de Nuestro Señor y Coplas fechas para Semana Santa.
En el este peninsular se desarrollaron los misterios, obras que dramatizaban episodios de la Biblia o de la vida de los santos. Los misterios proliferaron en el siglo XV en Aragón y, a finales de la centuria, en Cataluña, Valencia y Mallorca.
Teatro renacentista
- Religioso: adquiere relevancia la alegoría, uso que desembocará en el auto sacramental del teatro barroco. Destaca Diego Sánchez de Badajoz.
- Italianizante: sobresalen Juan del Encina, creador de églogas, y Bartolomé de Torres Naharro, con sus obras que desarrollan casos en verdad acaecidos, que plantean hechos fantásticos o fingidos.
- Clasicista: se imitan los modelos grecorromanos, tanto de la comedia como de la tragedia. Su mayor auge se produjo con Andrés Rey de Artieda y Cristóbal de Virués.
- Nacionalista: un grupo de dramaturgos (Juan de la Cueva) utilizaron como tema la historia nacional.
- Popular: en esta línea, influyeron las compañías italianas que escenificaban asuntos costumbristas. Destaca Lope de Rueda, que compuso comedias y fue el creador de los pasos, piezas breves con las que, a través de intrigas, enredos y otros recursos cómicos, introduce el espectáculo teatral como diversión.
Subgéneros dramáticos renacentistas
- Églogas: el refinamiento del pastor de la lírica de Garcilaso dio paso, en el teatro, al realismo. Por influencia de la poesía cancioneril, en las églogas de Juan del Encina, el pastor rústico se convierte en cortesano. Las églogas se caracterizan por su brevedad, por el empleo de la polimetría y por estar introducidas con un prólogo, destinado a suscitar interés y despertar la atención. Juan del Encina y Lucas Fernández hacen hablar a sus pastores en sayagués, habla rústica que finge ser dialecto leonés de Sayago.
- Autos: vinculado al teatro religioso, especialmente a la Navidad y Semana Santa, contiene escenas costumbristas con referencias graciosas. Fue cultivado por Juan del Encina, Lucas Fernández y Gil Vicente, quien introdujo mayor complejidad y simbolismo; a los autores se fueron incorporando figuras alegóricas.
- Farsas: en estas obras se recurre a lo grotesco, burlesco, procaz y grosero, y su temática es preferentemente profana, aunque en algunas aparece entremezclado lo sagrado.
- Introitos, prólogos: son géneros breves no autónomos, cuya finalidad era atraer a los espectadores. Son los antecedentes de la loa del siglo XVII.
- Entreméses: los pasos eran piezas religiosas de la Semana Santa, carentes de comicidad; con Lope de Rueda se homologaron a los entremeses. De carácter lúdico y popular, eran piezas cómicas breves, escritas en prosa, con personajes de baja extracción social que empleaban un lenguaje cotidiano. Los pasos y entremeses se intercalaban en obras más extensas.
Teatro cervantino
Primera etapa (1580-1587)
Las obras teatrales de Cervantes tuvieron cierto éxito. De este periodo solo se conservan Los tratos de Argel y Numancia, que responden a los modelos renacentistas. La primera es una tragicomedia de cautivos, inspirada en la experiencia vital del autor. Numancia es una tragedia sobre la lucha y el sacrificio de la ciudad de la que toma nombre, que fue sitiada por los romanos.
Segunda etapa (1615)
Cervantes hizo imprimir ocho comedias y ocho entremeses; nunca fueron representados, ya que sus obras no seguían el triunfo de Lope.
- Comedias: siguió diferentes modelos: moriscas, caballerescas, de capa y espada, de santos. Destacan Los baños de Argel, La entretenida y El rufián dichoso.
- Entreméses: Cervantes reelabora la tipología de personajes de Lope de Rueda: el rufián, el lobo, el sacristán, el estudiante, etc. Temas: el amor, el matrimonio y la sátira social. Destacan La cueva de Salamanca, El viaje celoso y El retablo de las maravillas.