La pintura: Las raíces del Quattrocento hay que buscarlas en Giotto, aunque el verdadero renovador fue Masaccio, quien adopta una actitud opuesta a la del gótico. Su obra La Trinidad recoge la perspectiva matemática. En general, los pintores aprenden a representar el cuerpo humano, los rostros y hay un gran interés por la naturaleza y el paisaje, aunque carece del detallismo de la escuela flamenca. Se interesan por los volúmenes y ropajes; todo esto pertenece a un contexto clásico y, por ello, Sigue leyendo