Esta ‘evaluación’ se fundamenta en la siguiente idea:
Al no inclinarse la evaluación hacia los objetivos que ha desarrollado el programa, nos queda una evaluación mucho más abierta al impacto global de la intervención, mostrándose el evaluador más abierto al impacto total de la intervención. Por lo que conocer los objetivos pre-concebidos, nos puede producir un corsé mental (o estrechamiento) que nos limita a la perspectiva de la evaluación. El evaluador, según Michael Scriven por esto Sigue leyendo