Ante la posibilidad de alcanzar una victoria nuclear que no supusiese la destrucción del planeta, los conflictos regionales se intensificaron. En Iberoamérica, Estados Unidos intentó contener la expansión del comunismo con la Alianza para El Progreso, una iniciativa del presidente Kennedy para promover el desarrollo de la regíón. Este programa realizo grandes inversiones pero no obtuvo los objetivos previstos ni sirvió para democratizar la zona. Los gobiernos estadounidenses cambiaron de Sigue leyendo