El Carlismo, tradicionalista y liberal, englobó a una parte de la nobleza rural, a gran parte del clero y el campesinado de las zonas rurales del País Vasco, Navarra y parte de Cataluña, Aragón y Valencia. Los pequeños propietarios empobrecidos, los artesanos arruinados o los arrendatarios enfitéuticos, desconfiaban de las reformas tributarias, la igualdad jurídica, la separación de la Iglesia del Estado y la abolición de los fueros tradicionales; ya que temían la eliminación de las fórmulas Sigue leyendo →