ORIGEN
El sentido más antiguo de la ética (de origen griego) residía en el concepto de la morada o lugar donde se habita; luego, referido al hombre o pueblos, se aplicó en el sentido de su país, tomando especial prestigio la definición utilizada por Heidegger: “es el pensar que afirma la morada del hombre”, es decir, su referencia original, construida al interior de la íntima complicidad del alma. En otras palabras, ya no se trataba de un lugar exterior, sino del lugar que el hombre porta Sigue leyendo