MUJER.— ¡Han huido! ¡Han huido! Ella y Leonardo. En el caballo. Van abrazados, como una exhalación.
PADRE.— ¡No es verdad! ¡Mi hija, no!
MADRE.— ¡Tu hija, sí! Planta de mala madre, y él, él también, él. Pero ¡ya es la mujer de mi hijo!
NOVIO (entrando).— ¡Vamos detrás! ¿Quién tiene un caballo?
MADRE.— ¿Quién tiene un caballo ahora mismo, quién tiene un caballo? Que le daré todo lo que tengo, mis ojos y hasta mi lengua…
VOZ.— Aquí hay uno.
MADRE (al hijo).— ¡Anda! Sigue leyendo