En términos generales, la postura del cuerpo y la gesticulación deben obedecer a las siguientes reglas:
- Deben adaptarse a la personalidad.
- No deben parecer ensayados, sino que, al contrario, han de mostrarse naturales.
- Nunca deben resultar exagerados.
Si el orador no está convencido de lo que dice, quizá logre engañar con sus palabras, pero probablemente le delaten sus gestos porque el cuerpo no miente nunca.
Por ejemplo: a las palabras ‘estoy encantado de saludarles y de haber compartido con Sigue leyendo