Desde comienzos del siglo XI los reinos cristianos del Norte de la Península ibérica inician una rápida
expansión hacia el sur, ocupando, explotando y administrando antiguo territorio andalusí, y creando
instituciones políticas y sociales diferenciadas en cada uno de ellos.
La Corona de Castilla (antiguos reinos de Castilla y León) se unificó definitivamente con Fernando III el
Santo en 1230, y contaba con una tradición autoritaria del poder del rey (prínceps) de tradición romana. Las Sigue leyendo