Segunda República Española: Proclamación, Constitución, Reformas y Conflictos

La Proclamación de la Segunda República, el Gobierno Provisional y la Constitución de 1931

La Segunda República se proclamó el 14 de abril de 1931, marcando un período de democratización y modernización en España que, lamentablemente, culminaría con la Guerra Civil en julio de 1936.

El Gobierno Provisional

Tras el triunfo republicano en las elecciones del 12 de abril, Alfonso XIII se exilió y el 14 de abril se proclamó oficialmente la República.

El Gobierno Provisional (G.P.) estuvo compuesto por republicanos de derecha e izquierda, radicales, socialistas y nacionalistas, y fue presidido por Alcalá Zamora. Su principal objetivo fue convocar elecciones a Cortes Constituyentes.

Desde el principio, surgieron conflictos. Los anarquistas promovieron campañas de protesta defendiendo la revolución social. Sectores conservadores y católicos, liderados por el cardenal Segura, publicaron una carta en el ABC defendiendo la antigua monarquía. En mayo de 1931, se produjeron incendios de iglesias, lo que alejó a sectores católicos de la República. El cardenal Segura fue expulsado de España por sus manifestaciones contrarias al nuevo régimen.

La Constitución de 1931

Las elecciones a Cortes Constituyentes dieron la mayoría a los partidos de izquierda, republicanos y socialistas, y se aprobó la Constitución de 1931, que establecía:

  • España como una república democrática de trabajadores.
  • El derecho a la autonomía de las regiones.
  • La división de poderes:
    • Ejecutivo: Presidente elegido por 6 años, quien nombra al jefe de gobierno, que debe contar con la mayoría en las Cortes. El jefe de gobierno y los ministros completan este poder.
    • Legislativo: Cortes unicamerales elegidas por sufragio universal (incluyendo el voto femenino por primera vez).
  • Amplios derechos y libertades individuales, incluyendo el divorcio y el derecho de propiedad, aunque sujeto al interés social.
  • Cuestión religiosa: libertad de culto, prohibición de órdenes religiosas en la enseñanza, supresión del presupuesto para el culto y el clero, y supresión de la Compañía de Jesús.

Sectores católicos se opusieron a la Constitución, lo que provocó la dimisión de Alcalá Zamora y Maura, jefe y ministro del gobierno, respectivamente.


El Sufragio Femenino

La reivindicación del sufragio femenino en España se remonta a mediados del siglo XIX. El sufragio universal masculino se había implantado en 1890. Durante la dictadura de Primo de Rivera, se otorgó el derecho al voto a algunas mujeres solteras o cabezas de familia, mayores de 23 años, en elecciones municipales entre 1924 y 1926. En las Cortes de 1931, las mujeres pudieron presentarse como candidatas a diputadas.

  • Fueron elegidas Clara Campoamor, Margarita Nelken y Victoria Kent.
  • Clara Campoamor, diputada por el Partido Radical Republicano, fue la principal defensora del voto femenino.
  • Mantuvo debates con Victoria Kent, del Partido Radical Socialista, quien se oponía al voto femenino por considerarlo muy conservador e influido por los varones y el clero.
  • El 1 de octubre de 1931, se votó el artículo 33 de la Constitución que regulaba el derecho al sufragio femenino, con un resultado de 161 votos a favor y 131 en contra.


El Bienio Reformista (1931-1933)

Aprobada la Constitución en diciembre de 1931, Manuel Azaña, republicano de izquierdas, se convirtió en jefe del gobierno en coalición con los socialistas –bienio social-azañista–, el partido más votado. Alcalá Zamora, republicano conservador, fue elegido presidente por las Cortes. El objetivo de afianzar la República llevó a desarrollar reformas:

Reformas Laborales

El ministro de Trabajo, el socialista Largo Caballero, continuó las reformas ya iniciadas por el gobierno provisional: Ley de Términos Municipales y 8 horas también en el campo.

Reformas Educativas

Se crearon 6,750 escuelas nuevas y se mejoró el sueldo a los maestros.

Reforma del Ejército

Azaña, ministro de Guerra en el G.P., retuvo esta cartera junto con la jefatura del gobierno. El objetivo era reducir el número de oficiales monárquicos, asegurar la fidelidad del ejército a la República, crear la Guardia de Asalto para el orden público, y modernizar la Academia Militar de Zaragoza.

Reformas Religiosas

Se promulgó la Ley de Congregaciones, se suprimió la Compañía de Jesús y se incautaron sus bienes. Se prohibió a las órdenes religiosas dedicarse a la enseñanza y se exigió permiso expreso de las autoridades para las manifestaciones externas de culto.

La Ley de Reforma Agraria

Esta fue una de las reformas más esperadas, dado que el 50% de la población vivía del campo, en su mayoría jornaleros sin tierras.

El objetivo era reducir los latifundios y asentar a campesinos sin tierras, pero las discusiones en las Cortes retrasaron su implementación. El Instituto de Reforma Agraria indicaría las tierras expropiables y las indemnizaciones correspondientes. La lentitud y complejidad en la aplicación de la ley defraudó a los campesinos.

Reformas Territoriales

Se aprobaron Estatutos de Autonomía, leyes que reconocían la autonomía de las regiones. El día de la instauración de la República, Maciá, de Ezquerra Republicana, proclamó el Estado Catalán dentro de la República, pero se le convenció para que esperara al nuevo Estatuto de Autonomía, que fue aprobado en septiembre de 1932. Este establecía un gobierno autónomo para Cataluña, la Generalitat, con Maciá como su primer presidente. El Partido Nacionalista Vasco y los carlistas presentaron un proyecto de Estatuto que fue rechazado por el gobierno, pero se aprobó iniciada ya la Guerra Civil.


Realizaciones Culturales

El nuevo régimen contó con el apoyo de intelectuales como Ortega y Gasset, quien fundó, en marzo, la Agrupación al Servicio de la República, donde también estuvieron Marañón, Pérez de Ayala…

La República impulsó programas para extender la cultura, como las Misiones Pedagógicas, destinadas a llevar la educación y la cultura a las zonas rurales. Grupos de intelectuales, artistas y estudiantes organizaban bibliotecas, actividades culturales, exposiciones, sesiones de lectura y cine.

Destacó el grupo de teatro de Lorca, La Barraca, formado por universitarios que realizaban giras por España con obras del teatro clásico español.

El ambiente de politización también llegó al mundo de la cultura. Fueron frecuentes los escritores vinculados a las diferentes opciones políticas: izquierdas (Valle Inclán, Alberti, Machado…) y derechas (Maeztu, D’Ors…).

Reacciones a las Reformas

Los cambios políticos y sociales provocaron rechazo en diversos sectores sociales:

  • En agosto de 1932, el general Sanjurjo, apoyado por sectores conservadores principalmente de Andalucía, intentó un golpe de Estado en Sevilla que fracasó. Fue condenado a muerte, pero Alcalá Zamora conmutó la pena por cadena perpetua.
  • Los anarquistas, ante la crisis económica y la nueva situación, pretendían instaurar la revolución social y declararon que la República, como cualquier forma de Estado, era enemiga de la clase obrera.
  • En zonas rurales hubo enfrentamientos entre anarquistas y la Guardia Civil. Destacaron los incidentes de Castilblanco, en Badajoz, y de Arnedo, en La Rioja.
  • En Casas Viejas (Cádiz), los anarquistas dirigidos por su líder, Seisdedos, declararon la revolución social, mataron al alcalde y redujeron a los guardias civiles. Al llegar la Guardia de Asalto, mataron a campesinos anarquistas refugiados con sus familiares en una vivienda. Se responsabilizó al gobierno de estos incidentes y los socialistas se distanciaron de Azaña. El desgaste del gobierno y las diferencias entre republicanos y socialistas llevaron al presidente de la República a convocar nuevas elecciones para noviembre de 1933.


El Bienio Radical-Cedista (1933-1936) y el Frente Popular

El Bienio de la CEDA y el Partido Radical

En las elecciones de noviembre de 1933, por primera vez votaron las mujeres y la edad de voto se redujo de 25 a 23 años. Las izquierdas estaban divididas y los anarquistas promovieron la abstención, mientras que las derechas se reorganizaron en nuevos partidos:

  • Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), fundada por Gil Robles en 1932, agrupaba a conservadores y católicos. Eran muy críticos con la República y, en algunas regiones, se aliaron con el Partido Radical.
  • Renovación Española (1933), partido monárquico liderado por Calvo Sotelo.
  • Falange Española (1933), fundada por José Antonio Primo de Rivera, era una versión española del fascismo, minoritaria pero con una ideología radical.

La CEDA y el Partido Radical de Lerroux fueron los más votados. Lerroux formó gobierno con la CEDA en las Cortes, aunque, inicialmente, quedó al margen del poder. Este período se conoce como el bienio radical-cedista (1933-36).

Se inició una política de rectificación de las reformas anteriores, especialmente en educación y agricultura. También se planteó la reforma de la Constitución. Se aprobó una ley de amnistía que benefició a Sanjurjo. No hubo entendimiento con el nacionalismo catalán. Companys, de Ezquerra Republicana, presidía la Generalitat desde enero de 1934. En un contexto internacional de crisis económica y radicalización política (ascenso de Hitler en Alemania, régimen autoritario de Dollfuss en Austria y la consolidación de Stalin en la URSS), la política española se polarizó aún más entre izquierdas y derechas.

La Revolución de 1934

El 4 de octubre de 1934, la entrada de tres ministros de la CEDA en el gobierno fue el detonante para que las izquierdas iniciaran una revolución contra el gobierno.

  • Se convocó una huelga general por la UGT el 5 de octubre.
  • En Barcelona, Companys dirigió una insurrección proclamando el Estado Catalán. La revuelta fue sofocada por el ejército y el gobierno catalán fue suspendido.


En Madrid, la revolución fracasó y algunos dirigentes fueron detenidos. En Asturias, los revolucionarios tomaron el poder con la unión de socialistas, comunistas y anarquistas, formando la Alianza Obrera. Hubo asaltos a edificios religiosos y víctimas. El gobierno envió tropas del Ejército de África, lideradas por el general Franco, y el 18 de octubre la revolución fue sofocada, con más de 1.000 muertos y miles de detenidos.

A nivel nacional, se detuvieron a 30.000 implicados, entre ellos Azaña, Largo Caballero, Prieto y Companys. Este conflicto acentuó la radicalización política e ideológica.

En 1935, las diferencias entre la CEDA y los radicales crecieron. La crisis definitiva llegó con el escándalo del Estraperlo, un caso de corrupción que involucró a ministros radicales en un negocio fraudulento de ruletas ilegales. La coalición se rompió y Alcalá Zamora, en lugar de dar el gobierno a la CEDA, convocó nuevas elecciones como pedían las izquierdas.

El Frente Popular (1936)

Las elecciones de febrero de 1936 reunieron a los partidos de izquierdas en la coalición del Frente Popular, integrada por:

  • Izquierda Republicana (nuevo partido de Azaña)
  • PSOE
  • PCE
  • POUM (partido trotskista)
  • Ezquerra Republicana de Catalunya

Siguiendo las directrices de la KOMINTERN, promovieron una alianza con los republicanos burgueses contra el fascismo. Los anarquistas, que tenían muchos presos en las cárceles, apoyaron al Frente Popular tras su promesa de una amnistía.

Las derechas, debilitadas por el escándalo del Partido Radical, se presentaron divididas a las elecciones. El triunfo del Frente Popular llevó al gobierno a los republicanos de izquierdas, con Casares Quiroga como jefe del gobierno.

Los socialistas no participaron en el gobierno por sus diferencias internas: los radicales, con Largo Caballero, y los moderados, con Indalecio Prieto.

Alcalá Zamora fue destituido y reemplazado por Manuel Azaña como presidente de la República.

Se aprobó una amnistía para los presos de la revolución de 1934.

Se retomaron las reformas y los estatutos de Galicia y País Vasco.


Se reanudó la reforma agraria, pero muchos jornaleros ocuparon tierras de forma descontrolada.

Los militares más vinculados a la derecha fueron alejados de cargos clave (Franco a Canarias, Goded a Baleares, Mola a Pamplona).

El clima de enfrentamiento y violencia aumentó. Los socialistas radicales anunciaban la revolución social. Crecían los rumores de una conspiración militar, que efectivamente estaba en marcha.

El 12 de julio de 1936, guardias de asalto republicanos asesinaron a José Calvo Sotelo como represalia por la muerte del teniente Castillo, de la Guardia de Asalto y militante de UGT, en un enfrentamiento con falangistas.

El 17 de julio, el Ejército de Marruecos inició una rebelión contra el Frente Popular. Entre el 18 y los siguientes, la insurrección militar se expandió por la península.

El fracaso parcial del golpe de Estado marcó el inicio de la Guerra Civil Española.