Revoluciones Liberales y Nacionalismo en el Siglo XIX: Auge de las Naciones

Las Revoluciones Liberales (1815-1848)

Entre 1815 y 1848, tres grandes oleadas revolucionarias impactaron Europa y América: las revoluciones de 1820 (1820-1824), 1830 (1829-1834) y 1848 (1847-1849). Inspiradas en los principios de la Revolución Francesa, estas revoluciones se oponían al sistema de la Restauración y las monarquías absolutas.

Las Revoluciones de 1820

Centrada en el área mediterránea europea (España, Nápoles y Grecia), solo en Grecia triunfó el movimiento, con el apoyo de Gran Bretaña. En 1829, se reconoció la independencia griega.

Las Revoluciones de 1830

Con mayor éxito e impacto que las anteriores, afectaron a toda Europa (excepto Rusia), alterando el panorama internacional. Al oeste del Rin, surgieron monarquías liberales moderadas; al este, tres imperios absolutistas multinacionales vigilaban los movimientos liberales y nacionales.

Principales Novedades:

  • Descontento social y económico de las clases populares.
  • Movimientos populares de masas, no solo conspiraciones liberales.
  • Surgimiento de movimientos democráticos y republicanos más radicales.

El Nacionalismo del Siglo XIX

El concepto de nación como comunidad política con derecho a un Estado organizado es herencia de la Revolución Francesa. La lealtad personal hacia el señor feudal y monarca debía ceder a la lealtad legal de los ciudadanos a una constitución o ley nacional. Los ciudadanos debían pertenecer a una comunidad, compartiendo cultura, lengua y costumbres para ejercer sus derechos políticos. En consecuencia, los liberales del siglo XIX fueron generalmente nacionalistas.

La investigación histórica, lingüística, folclórica y cultural redescubrió el pasado nacional de los estados en consolidación o de comunidades sin sistema político propio. El romanticismo, con su interés por las tradiciones, colaboró en la creación de un pasado nacional diferenciador.

El nacionalismo del siglo XIX fue ambiguo y complejo, con una vertiente progresista (liberal) y otra tradicionalista (conservadora). Los movimientos nacionalistas se apoyaron mutuamente, formando una red revolucionaria internacional (Joven Italia, Polonia, Alemania).

Inicialmente, el nacionalismo fue una ideología de minorías activas (liberales). A partir de 1848 (y sobre todo 1871), se convirtió en un movimiento de masas.

La Revolución de 1848

Última de las tres grandes oleadas revolucionarias, inspirada en la Revolución Francesa, marcó la apertura de un nuevo período histórico. Su difusión fue rápida, pero su fracaso igualmente fulgurante.

Gran Bretaña y Francia: Pioneros Nacionales

En el siglo XIX, Gran Bretaña y Francia avanzaron hacia estados nacionales democráticos, simbolizando el triunfo de la democracia de masas.

Gran Bretaña durante la Era Victoriana

La segunda mitad del siglo XIX, presidida por la reina Victoria, fue una era de prosperidad, éxito de las instituciones liberales y estabilidad política. Gran Bretaña permaneció inmune a las revoluciones de 1848.

Rasgos Principales:

  • Prosperidad económica: Imperio inmenso, potencia económica y naval, dueña de los océanos, pionera de la industrialización.
  • Estabilidad política: Parlamento bicameral representativo, alternancia entre partidos conservador y liberal.
  • Reformismo electoral y social: Ampliación del derecho al voto (campesinos y clases medias), eliminación del veto de la Cámara de los Lores, impuesto progresivo sobre la renta.

Presencia del Nacionalismo Irlandés

Irlanda, sin autonomía hasta 1914, desarrolló un movimiento republicano radical y nacionalista que buscaba la independencia.

Francia

Su camino hacia la democracia de masas fue más difícil e inestable, con convulsiones, cambios de régimen (monarquía, república, imperio) y sucesivos textos constitucionales. A mediados del siglo XIX, tras restaurar el Imperio Napoleónico, encontró estabilidad con la Tercera República.

El Segundo Imperio

Napoleón III, tras un golpe de estado (1851), se coronó emperador. Participó en conflictos bélicos para restaurar la grandeza de Francia y defender los intereses liberales y nacionales.

La Tercera República

Tras la derrota frente a Prusia, estalló la Comuna de París (1871), con republicanos radicales y obreros. La Asamblea Nacional (conservadora) en Versalles la reprimió. El parlamento, elegido por sufragio universal masculino, se apoyaba en agricultores y clase media urbana. A pesar de su base conservadora, el régimen evolucionó con los radicales. La supremacía del parlamento generó inestabilidad. Francia emprendió reformas sociales: educación pública, administración profesionalizada, separación Iglesia-Estado, creación de la Confederación General del Trabajo.

La Formación del Imperio Alemán

El Fracaso de la Vía Revolucionaria

En la Confederación Germánica, destacaban Austria y Prusia. La revolución de 1848 fracasó en su intento de unificación. Los vínculos económicos unían los intereses de industriales, comerciantes y terratenientes.

Recurso a la Guerra: Otto von Bismarck

Bismarck unificó Alemania a través de guerras:

  • Guerra contra Dinamarca (1864): Prusia y Austria contra Dinamarca por los ducados daneses.
  • Guerra contra Austria (1866): Prusia, con apoyo de Italia, contra Austria. Austria cedió Venecia a Italia.
  • Guerra contra Francia (1870): Victoria prusiana, Guillermo I proclamado káiser. Nacimiento del Imperio Alemán (1871).

Imperio Austrohúngaro y Ruso

Rusia, bajo el poder absoluto del zar, era un país enorme y atrasado. Tras la abolición de la servidumbre, buscaba alcanzar el Mediterráneo. Austria-Hungría se enfrentaba al paneslavismo ruso.

El Imperio Turco

En una posición débil, Gran Bretaña lo mantenía en pie. La zona europea, con una mezcla de etnias, era inestable. La independencia de Grecia (1829), la Guerra de Crimea y la guerra ruso-turca (creación de Serbia) evidenciaron la inestabilidad de la región (Balcanización).

Estados Unidos como Gran Potencia

  • Expansión hacia el oeste: 48 estados, flujo de inmigrantes europeos.
  • Guerra de Secesión: Victoria del Norte, sistema bipartidista.
  • Reconstrucción social y política.
  • Imperialismo en ultramar.

El Japón Meiji

Ante la amenaza occidental, un golpe de estado restauró el poder imperial, iniciando la occidentalización radical (Revolución Meiji). Económicamente, un capitalismo concentrado, estatalista y dependiente del exterior. Se suprimió el feudalismo y la servidumbre, adoptando costumbres occidentales. Políticamente, se adoptó una constitución otorgada por el emperador.