Resumen y análisis de La Celestina

Resumen

Celestina, conchabada con Sempronio, llega a casa de Calisto para actuar como alcahueta y mediar en sus amores con Melibea. Calisto se muestra ridículamente encantado y honrado por la llegada de Celestina, que desconfía de las alabanzas de Calisto ya que lo que busca es dinero. Por su parte, Pármeno se muestra horrorizado por la alianza que va a entablar su amo. Calisto nota la desconfianza de Celestina y se presta a pagarla por sus servicios.

Tema

El pacto entre el obsesionado Calisto y la astuta alcahueta Celestina, del cual desconfía su criado Pármeno.

Personajes

Calisto es un joven noble, egoísta y ocioso. Tiene un capricho obsesivo por Melibea. Se comporta como un amante desesperado que sigue los presupuestos del amor cortés, pero la falta de pureza de sus intenciones y su carácter caprichoso lo hacen resultar ridículo. La llegada de Celestina le llena de contento porque piensa que a través de ella conseguirá a Melibea, por lo que despliega ante ella un montón de halagos falsos y exagerados que a nadie consiguen engañar. Celestina es una vieja alcahueta, que combina este oficio con otros (es labrandera, bruja, hace afeites y perfumas y remienda virgos) y que de joven fue prostituta. Es una mujer sumamente inteligente, calculadora e interesada, que no se deja impresionar por los honores que le hace Calisto y que tiene perfectamente claro su objetivo en este asunto: sacar el mayor beneficio económico posible. Pármeno es el criado más ingenuo, leal y bienintencionado de Calisto. Desconfía profundamente de Celestina, a la que conoce desde pequeño. A pesar de preocuparse genuinamente por su amo, este no solo no seguirá sus consejos, sino que se los reprochará. El desdén de su amo y su deseo por Areúsa precipitarán su corrupción y su posterior caída. Sempronio, al contrario que Pármeno, es un hombre cínico e interesado que solo ve en la obsesión de Calisto la oportunidad de sacar beneficio. Si Pármeno representa el criado de la sociedad medieval, que todavía se siente vinculado a la familia a la que sirve, Sempronio es el criado de la nueva era, que ve en la ciudad y en su profesión únicamente un medio para abrirse camino y escalar en la sociedad.

ACTO I

Espacio y tiempo: En la obra no hay unidad de tiempo, ni de lugar ni de acción. Aun así, este fragmento transcurre en un único lugar (la casa de Calisto). Se aprecian en él dos acciones: por un lado, la historia de los amores de Calisto y Melibea; por otro, los tratos entre Celestina y el criado de Calisto, Sempronio. En este fragmento el tiempo externo e interno coinciden, ya que se trata de un diálogo que transcurre en tiempo real.

Estructura

1ª parte: El exagerado recibimiento de Celestina que hace Calisto (primer parlamento de Calisto). 2ª parte: Las reacciones a la conducta de Calisto de Celestina y Pármeno, a ninguno de los cuales complace: a Celestina porque desconfía y piensa que quizá Calisto cree que podrá pagarla únicamente con honras y halagos, y ahorrarse el dinero; a Pármeno porque ve segura la perdición de su amo por su asociación con la alcahueta.

Función poética

-Hipérbole: ‘¿Qué haces, llave de mi vida?’; ‘¡Oh vejez virtuosa, oh virtud envejecida! ¡Oh fin de mi deleitosa esperanza! ¡Oh salud de mi pasión, reparo de mi tormento, regeneración mía, vivificación de mi vida, resurrección de mi muerte!; ‘Y en tierra está adorando a la más antigua puta vieja que fregaron sus espaldas en todos los burdeles’. -Paralelismo: ‘¡Oh fin de mi deleitosa esperanza! ¡Oh salud de mi pasión, reparo de mi tormento, regeneración mía, vivificación de mi vida, resurrección de mi muerte!; ‘Deseo llegar a ti, codicio besar esas manos llenas de remedio’; ‘Deshecho es, vencido es, caído es’. -Antítesis y paronomasia: ‘Dile que cierre la boca y comience a abrir la bolsa’. -Quiasmo: ‘¡Oh vejez virtuosa, oh virtud envejecida!’. -Personificación: ‘yo sanaré tu duda’. -Polisíndeton: ‘No es capaz de ninguna redención ni consejo ni esfuerzo’. -Metáfora: ‘¿Qué haces, llave de mi vida?’; ¡Oh, Calisto desventurado, abatido, ciego!; El amor como enfermedad. -Ironía: ‘¡Oh vejez virtuosa, oh virtud envejecida!’.

Texto principal y texto secundario

En el caso de La Celestina no hay texto secundario (acotaciones) ya que la obra no está escrita para ser representada, sino para su lectura en ámbitos académicos. No hay, por tanto, indicaciones para la puesta en escena.