Restauración Borbónica en España: Características, Política y Oposición (1875-1931)

La Restauración Borbónica (1875-1931): Un Periodo Clave en la Historia de España

Con el fin del Sexenio Democrático, se restauró la monarquía borbónica en España. Este periodo, conocido como la Restauración, duró más de 50 años, desde el pronunciamiento de Martínez Campos en 1874 hasta la proclamación de la Segunda República en 1931. Abarcó los reinados de Alfonso XII, la regencia de María Cristina de Habsburgo y el reinado de Alfonso XIII.

El Reinado de Alfonso XII (1875-1885)

Alfonso XII, conocido como “el Pacificador”, comenzó a reinar en 1875 y murió diez años después. El primer gobierno lo ostentó el Partido Conservador hasta 1881, siendo sustituido por los liberales hasta 1884. Durante su reinado, se aprobó la Constitución de 1876 y se finalizó la Tercera Guerra Carlista con la abolición de los fueros, sustituidos por conciertos económicos. También se puso fin a la Guerra de Cuba con la Paz de Zanjón, que acabó con la esclavitud, aunque no resolvió el problema colonial.

La Regencia de María Cristina de Habsburgo (1885-1902)

A la muerte de Alfonso XII, se firmó el Pacto del Pardo entre los líderes de los partidos Liberal y Conservador para apoyar la regencia de María Cristina de Habsburgo, respetar el turno de partidos, ceder el poder al perder prestigio y no derogar las leyes aprobadas por el otro partido. Sagasta, líder liberal, asumió el primer gobierno de la regencia, conocido como el “gobierno largo”. Durante este periodo, los liberales afrontaron algunas reformas. Los últimos años de la regencia vieron el auge paulatino del movimiento obrero, los nacionalismos y una nueva insurrección en Cuba.

La Primera República Española (1873-1874)

La Primera República fue proclamada el 11 de febrero de 1873. Estanislao Figueras fue elegido para presidir el gobierno. La República fue recibida con entusiasmo por las clases populares, que esperaban un cambio social. Se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes, ganadas por los republicanos. Las Cortes proclamaron la República Democrática Federal. Figueras dimitió y Francisco Pi y Margall asumió la presidencia.

Se presentó un proyecto de Constitución que no fue aprobado, siguiendo la línea de la de 1869. La República tendría un presidente y se mantendría el Congreso. Se declaraba la libertad de culto y la separación de la Iglesia y el Estado. La nación se componía de diecisiete estados, planteando un estado descentralizado.

La República enfrentó grandes problemas, como la insurrección carlista y la continuación de la Guerra de Cuba. La sublevación cantonal fue el conflicto más grave. El cantonalismo es un sistema político que aspira a dividir el Estado en cantones casi independientes. Pi y Margall se opuso a sofocar la revuelta por las armas y fue sustituido por Nicolás Salmerón, quien inició una acción militar. Salmerón dimitió al sentirse incapaz de firmar las penas de muerte.

La presidencia recayó en Emilio Castelar, de corte conservador. La República dio un giro conservador. Castelar, sin mayoría en las Cortes, las cerró y gobernó autoritariamente. Se acordó plantear una moción de censura. Al reabrirse las Cortes, Castelar fue derrotado. El general Manuel Pavía dio un golpe de Estado, disolviendo las Cortes. El poder pasó al general Serrano, quien intentó estabilizar un régimen republicano conservador. Finalmente, el pronunciamiento de Martínez Campos restauró la monarquía borbónica.

El Sistema Político de la Restauración y la Constitución de 1876

El régimen político de la Restauración se dotó de una nueva constitución, elaborada por unas Cortes Constituyentes con mayoría canovista. Sus principales características fueron:

  • Soberanía compartida entre las Cortes y el Rey.
  • Bicameralismo (Congreso y Senado).
  • Poder ejecutivo y legislativo en manos de la Corona.
  • Reconocimiento de derechos.
  • Sufragio (inicialmente censitario, luego universal masculino).
  • Confesionalidad católica, pero con libertad de creencias.

El sistema político de la Restauración está ligado a la figura de Cánovas del Castillo. Aunque partidario de los Borbones, era consciente de la necesidad de renovar el programa moderado. Sus propuestas clave fueron:

  • Alfonso XII debía reemplazar a Isabel II.
  • La monarquía se consideraba una institución superior, incuestionable y permanente (según el discurso de Cánovas).
  • Fin a las continuas intervenciones del ejército.
  • Creación de un sistema bipartidista con dos partidos burgueses turnándose en el poder: el Partido Conservador (sustituyendo al Moderado) y el Partido Liberal, liderado por Sagasta.

Este sistema, conocido como turnismo, garantizó la alternancia pacífica, pero fue un artificio político para mantener alejadas del poder a las fuerzas de izquierda. El proceso funcionaba así:

  1. El rey nombraba a un nuevo jefe de gobierno y decretaba la disolución de las Cortes.
  2. El nuevo gobierno convocaba elecciones, manipulando los resultados mediante el “encasillado”.

La clave de la adulteración electoral estaba en los “caciques”, encargados de asegurar los resultados deseados. Los métodos utilizados incluían:

  • Violencia y amenazas.
  • Votos por favores.
  • Trampas en las elecciones (“pucherazo”).

Oposición al Régimen de la Restauración

Varios grupos se opusieron al régimen:

  • Carlistas: Inicialmente optaron por la vía armada, pero luego renunciaron a ella.
  • Partidos Republicanos: Defendían la democratización del régimen y reformas sociales.
  • Movimiento Obrero: Afectado por la vuelta a la monarquía y el orden burgués, los grupos obreros ligados a la AIT pasaron a la clandestinidad hasta 1881.
    • Anarquistas: Desarrollaron una importante actividad organizativa y de lucha social. Destacaron la Federación de Trabajadores de la Región Española (1881) y la CNT (1910). Defendían una ideología colectivista, apolítica, anticlerical y revolucionaria.
    • Socialistas: Mantenían una ideología colectivista, anticlerical y antiburguesa. Destacaron el PSOE y la UGT. Buscaban la participación en la lucha política.
  • Oposición Intelectual: Denunciaban el sistema como un obstáculo para la modernización del país.
  • Regionalismo y Nacionalismo: Surgieron en Cataluña y el País Vasco movimientos que cuestionaban la existencia de una única nación española. Defendían la autonomía administrativa (regionalismo) o la soberanía propia (nacionalismo).