Estilos de Afrontamiento en Conflictos
Existen diferentes maneras de abordar los conflictos. Cada estilo tiene sus ventajas y desventajas, y su efectividad dependerá del contexto y las personas involucradas. A continuación, se describen los estilos más comunes:
- Competitivo (Yo gano – Tú pierdes): Estilo autoritario donde una parte busca imponerse sobre la otra.
- Evasivo (Evitación): Se ignora o niega el conflicto, sin atender las necesidades propias ni las del otro. Útil en situaciones no urgentes, pero puede enquistar el problema.
- Comprometido (Negociación): Se busca un acuerdo favorable para ambas partes, aunque implique renuncias. Implica ceder en algunos puntos.
- Permisivo (Cesión): Se ceden los propios intereses ante la otra parte. Común en personas con baja autoestima o falta de habilidades sociales. Puede ser útil cuando el asunto es poco importante para una de las partes.
- Cooperativo (Yo gano – Tú ganas): Se busca el beneficio mutuo, con compromiso y objetivos comunes. Es la opción más deseable.
Criterios para Valorar los Estilos de Afrontamiento
Para evaluar la efectividad de un estilo de afrontamiento, se consideran los siguientes aspectos:
- Capacidad de resolución: ¿Se ha encontrado una solución adecuada?
- Durabilidad: ¿La solución es sostenible a largo plazo?
- Beneficio equitativo: ¿La solución beneficia a todas las partes de manera justa?
Las personas aprenden a utilizar un estilo u otro según su percepción de efectividad, aunque no siempre sea un proceso consciente.
Técnicas de Mediación para la Resolución de Conflictos
Caucus y Pausas
El mediador debe saber cuándo interrumpir la sesión para reuniones individuales (caucus) o pausas.
- Caucus: Reunión privada entre el mediador y una de las partes. Permite a la persona expresarse libremente si se siente incómoda. Puede ser solicitado por cualquiera de las partes o por el mediador.
- Pausas: El mediador las establece para favorecer la reflexión. Son útiles cuando una parte necesita tiempo para procesar la información.
Mapeo de Conflictos
Técnica para representar gráficamente un conflicto, mostrando su origen, evolución y estado actual. Existen diversos tipos de mapas, adaptados a la complejidad del conflicto. Una propuesta sencilla organiza el mapa en tres áreas:
- Personas:
- Parte A (versión del conflicto, preparación, posición, intereses y necesidades).
- Parte B (igual que Parte A).
- Problema (lado izquierdo): Grado de afectación, intereses en conflicto, voluntad de resolución, recursos disponibles.
- Proceso (lado derecho): Origen, evolución y estado actual del conflicto.
Externalización del Problema
Consiste en separar el problema del individuo, tratándolo como una entidad externa. Esto reduce la culpabilización y facilita su abordaje. El proceso consta de cinco fases:
- Definir el problema como algo externo.
- Darle un nombre al problema.
- Separar el problema de la persona.
- Resaltar la negatividad del problema.
- Internalizar el protagonismo y externalizar el problema.
Esta técnica ayuda a las partes a distanciarse emocionalmente y a entender mejor el conflicto, promoviendo su implicación en la solución.
Restauración Cognitiva
Busca identificar y modificar las distorsiones cognitivas (pensamientos no adaptativos) que surgen durante el conflicto, sustituyéndolas por pensamientos más racionales y positivos (pensamientos adaptativos).
Distorsiones cognitivas comunes en la mediación:
- Creer tener la razón de forma inflexible.
- Considerar a la otra parte como un enemigo.
- Desvalorizar a la otra parte.
- Centrarse solo en lo negativo.
- Interpretar los hechos de forma extrema.
- Generalizar a partir de hechos aislados.
- Exagerar o minimizar las consecuencias.
Proceso para aplicar la restauración cognitiva:
- Analizar si el pensamiento erróneo afecta el estado emocional o la conducta.
- Identificar las distorsiones cognitivas.
- Evaluar la irracionalidad o negatividad del pensamiento.
- Modificar o sustituir los pensamientos distorsionados por pensamientos adaptativos.