El Teatro Español en el Siglo XX: Renovación y Tendencias
En las primeras décadas del siglo XX, se produjeron intentos de renovación en un panorama teatral dominado por el drama realista y el romanticismo trasnochado. Sin embargo, los gustos del público, en busca de diversión, determinaron la orientación del teatro antes de 1936. Así, se diferenciaron dos tendencias: el teatro comercial, costumbrista y sin planteamientos ideológicos, y el teatro renovador, que tardó en ser valorado.
El teatro renovador aportó nuevas técnicas y enfoques ideológicos. Destacaron Valle-Inclán y García Lorca, además de otros intentos innovadores.
Intentos de Renovación Teatral
Algunos intentos de renovación teatral con sus autores significativos fueron:
- Unamuno: Con su “teatro desnudo”, redujo la acción externa al mínimo, suprimió decorados y dio prioridad al conflicto interior en obras como La esfinge, Fedra y El otro.
- Azorín: Con un teatro antirrealista, incorporó simbolismo y onirismo en obras como Angelita y Lo invisible (1928), insistiendo en la transformación técnica y la importancia del director de escena, el diálogo y la iluminación.
- Ramón Gómez de la Serna: Pionero del vanguardismo español, estrenó Los medios seres (1929), donde los personajes aparecen con la mitad del cuerpo negra, simbolizando una personalidad incompleta.
- Jacinto Grau: Con un teatro personal de tragedia y farsa, escribió El señor de Pigmalión, una farsa tragicómica inspirada en el mito clásico.
- Generación del 27: El hombre deshabitado de Rafael Alberti y La sirena varada de Alejandro Casona, quien, en el exilio, escribió La dama del alba, combinando realidad y fantasía.
Federico García Lorca: Pasión y Frustración en Escena
En cuanto a Federico García Lorca, en 1932 fundó el Teatro Universitario “La Barraca”, con el objetivo de renovar la escena con clásicos. Sus obras giran en torno al deseo imposible, el conflicto entre realidad y deseo, la imposición de convenciones sociales y la frustración, representando la lucha de un individuo, usualmente una mujer, contra fuerzas externas. Su teatro poético incluye símbolos, música y coreografía para una atmósfera lírica.
Sus primeros dramas El maleficio de la mariposa y Mariana Pineda tienen influencias modernistas. Escribió farsas como Retablillo de don Cristóbal y La zapatera prodigiosa, que trata la ilusión insatisfecha. Sus comedias imposibles, como El público y Así que pasen cinco años, de simbolismo complejo, fueron influenciadas por el surrealismo y no se representaron hasta después de su muerte. Su plenitud dramática se encuentra en sus tragedias Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba, con un ambiente rural y protagonistas femeninas que denuncian la opresión de la mujer. También Doña Rosita la soltera aborda la espera inútil del amor.
Bodas de sangre es el primer drama de una trilogía trágica sobre la tierra andaluza. Inspirado en el teatro clásico, refleja un mundo rural primitivo donde los personajes, salvo Leonardo, representan roles simbólicos como Novia, Novio y Madre. La obra aborda el amor imposible, la muerte, la honra y el destino. Lorca busca un teatro que sea arte, simbólico y lírico, pero accesible al público.
La casa de Bernarda Alba (1936), su obra más lograda, muestra a Bernarda Alba, viuda despótica, imponiendo un riguroso luto a sus cinco hijas. Pepe el Romano, prometido de la mayor, genera deseo y envidia entre ellas, y mantiene visitas clandestinas con la hermana menor, Adela, quien, al creerlo muerto, se suicida. Basada en hechos reales, Lorca la consideraba un “drama de las mujeres de los pueblos de España”. Pese a fracasos iniciales y éxitos posteriores, el lugar de Lorca es el de un clásico, siendo una de las cumbres del teatro español.
La Trayectoria Dramática de Ramón María del Valle-Inclán
El teatro español de las primeras décadas del siglo XX alcanzó su mayor esplendor con la obra de Valle-Inclán y García Lorca, los únicos que lograron una auténtica renovación teatral. Sin embargo, esta innovación fue contraria a los gustos de la época, dominados por el teatro comercial, y solo con el tiempo se les reconoció su verdadero valor. Hoy en día, Valle-Inclán es considerado una de las cumbres del teatro europeo del siglo XX.
Nacido en Villanueva de Arosa (Pontevedra) en 1866, abandonó sus estudios de Derecho en 1892 y viajó a México. De regreso en España, se estableció en Madrid, llevando una vida bohemia y mostrándose anti-burgués. En un inicio, exaltó los valores tradicionales de la sociedad rural y se identificó con el carlismo, pero a partir de 1915 evolucionó hacia posturas revolucionarias, enfrentándose a la dictadura de Primo de Rivera e ingresando en el Partido Comunista. Dedicó su vida a la literatura hasta su muerte en Santiago de Compostela en 1936.
Desde sus primeras obras de carácter decadentista y antirrealista hasta el esperpento, Valle-Inclán buscó una constante innovación. Su teatro evolucionó de la siguiente manera:
- Modernismo dramático: Introdujo el modernismo en el teatro con una estética simbolista y personajes con lenguaje y actitudes realistas tratados con ironía y caricatura. El marqués de Bradomín dramatiza el adulterio desde una perspectiva alejada de la comedia burguesa.
- Ciclo mítico (Dramas de ambiente galaico): Incluye Las comedias bárbaras (trilogía formada por Águila de blasón, Romance de lobos y Cara de plata), donde don Juan Manuel de Montenegro es un señor feudal tiránico. Divinas palabras también pertenece a este ciclo, ambientado en una Galicia mítica y primitiva, con temas como lujuria, crueldad y superstición.
- Farsas: Con un tono crítico, ridiculizan personajes y situaciones combinando modernismo con sátira. Destacan La marquesa Rosalinda, Farsa infantil de la cabeza del dragón, Farsa italiana de la enamorada del Rey y Farsa y licencia de la reina castiza.
- Esperpento: Su máxima innovación teatral. Deforma la realidad para mostrarla como grotesca y ridícula, denunciando la degradación política y cultural de España. El término aparece en Luces de Bohemia (1920), donde Max Estrella afirma: “España es una deformación grotesca de la civilización europea”. Otros esperpentos incluyen Martes de carnaval, con Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán.
Luces de Bohemia: Un Esperpento Crítico
Respecto a su obra, Luces de Bohemia (1920) narra la última noche en 12 escenas de Max Estrella, un poeta ciego y miserable, en un descenso simbólico a los infiernos junto a Don Latino. La obra critica ferozmente la política y la sociedad española: monarquía, burguesía, represión policial y miseria. En las escenas XIII y XIV se describe su velatorio y entierro, y en la XV Don Latino se gasta el billete de lotería robado a Max.
Personajes Principales
- Max Estrella: Un poeta bohemio, ciego, alcohólico y fracasado. Oscila entre la lucidez y la ridiculez, mostrando dignidad y crítica feroz a la sociedad.
- Don Latino de Híspalis: La contrafigura de Max, un fantoche traicionero y cínico.
- Otros personajes esperpéntizados: Burgueses, policías, literatos, personajes populares y el pueblo.
Crítica de España
La obra se sitúa en un contexto histórico con alusiones al pasado imperial, la Semana Trágica (1909), la Revolución Rusa (1917) y la crisis española de 1917. Denuncia el mal gobierno, la corrupción, la represión policial, la hipocresía religiosa y la miseria del pueblo, pero también su embrutecimiento.
Estilo y Lenguaje del Esperpento
- Deformación y distorsión de la realidad (parodia de la épica culta).
- Degradación de los personajes, caracterizada por la animalización, cosificación y lo grotesco.
- Variedad de registros con un lenguaje culto, vulgar, pedante y castizo.
- Diálogos ágiles y acotaciones literarias.
Teatro Comercial: Comedia Burguesa, Teatro Cómico y Teatro Poético
En las primeras décadas del siglo XX se produjeron intentos de renovación de un panorama teatral dominado por el drama realista y el romanticismo trasnochado. Sin embargo, los gustos del público burgués, que buscaba diversión, determinaron la orientación del teatro antes de 1936. Así, surgieron dos tendencias: el teatro de éxito comercial, y el costumbrista que rehúye los planteamientos ideológicos, y el teatro renovador, que tardó en ser valorado.
Dentro del teatro comercial, hubo tres corrientes: la comedia burguesa, el teatro cómico y el teatro en verso.
Comedia Burguesa
En la comedia burguesa, destaca Jacinto Benavente siendo la figura más representativa. Su obra El nido ajeno fracasó por su crítica a la situación de la mujer, lo que lo llevó a suavizar su tono. Su obra maestra, Los intereses creados (1907), combina la comedia dell’arte con una visión cínica de los ideales burgueses. Sus obras, con escenarios burgueses, buscan la evasión, con diálogos ingeniosos y crítica amable. En La malquerida (1913), en cambio, domina una visión cruda de los sentimientos.
Teatro Cómico
El teatro cómico, basado en la presentación de costumbres y tipos populares, tuvo gran éxito. Algunos de los autores más representativos son:
- Carlos Arniches: Con sainetes madrileños de habla castiza y tragedias grotescas como La señorita de Trevélez.
- Hermanos Álvarez Quintero: Con cuadros de costumbres andaluces de tono risueño como El patio.
- Pedro Muñoz Seca: Creador del astracán, basado en situaciones disparatadas, con La venganza de don Mendo como su obra más famosa.
Teatro en Verso
El teatro en verso, de estilo modernista y musical, con temas históricos o fantásticos, exalta valores tradicionales y mira con nostalgia al pasado. Sus principales autores fueron Eduardo Marquina, con Las hijas del Cid y En Flandes se ha puesto el sol, Francisco Villaespesa y los hermanos Machado, con La Lola se va a los puertos.
Estas tendencias representan un teatro comercial que atraía a la burguesía, sin suponer una renovación del teatro español.