El teatro español del siglo XX experimentó una profunda renovación gracias a autores que, con estilos propios, marcaron un antes y un después en la escena. Exploraremos las propuestas de figuras clave como Unamuno, Azorín y Valle-Inclán, así como la influencia de la Generación del 27.
Miguel de Unamuno (1864-1936)
Líder de la Generación del 98, Unamuno buscó crear un teatro intelectual basado en el desarrollo de ideas abstractas a través del diálogo. La acción en sus obras es mínima, siendo muchas de ellas versiones dialogadas de sus novelas y ensayos. Los decorados son sencillos y el lenguaje, directo y claro. Sus obras se caracterizan por un número reducido de personajes. Entre sus títulos destacan: Fedra (1910), El otro (1926), El hermano Juan (1929) y Medea (1933).
José Martínez Ruiz, Azorín (1873-1967)
Al igual que Unamuno, Azorín renovó el teatro a través de la experimentación formal, aunque mantuvo posturas ideológicas conservadoras. Rompió con la realidad, apostando por el surrealismo. Sus temas principales son el paso del tiempo, la muerte y la felicidad. Entre sus obras sobresalen: Old Spain (1926), Brandy, mucho brandy (1927), la trilogía Lo invisible (1928) y su obra maestra Angelita (1930). Tanto Azorín como Unamuno tuvieron un éxito discreto en el teatro, posiblemente por no ser bien comprendidos.
Ramón Mª del Valle-Inclán (1866-1936)
Considerado uno de los mejores dramaturgos del siglo XX, Valle-Inclán destacó por la originalidad de su teatro y su búsqueda de nuevos caminos expresivos. Su expresionismo lo llevó al desarrollo del esperpento. Su teatro es difícil de clasificar debido a su variedad y complejidad.
Etapas del Teatro de Valle-Inclán
- Primer grupo de farsas: Introducción de lo grotesco, con ambientes degradados.
- Tragicomedia Divinas palabras: Protagonizada por Laureaniño el idiota, donde lo feo y deforme toman protagonismo.
- Trilogía Comedias bárbaras: (Cara de plata, Romance de lobos y Águila de blasón), ambientadas en la Galicia rural.
- Melodramas: Representados con marionetas, con temas como la codicia, la lujuria y los celos.
- Autos para siluetas: Paso previo al esperpento.
- El esperpento: Deformación intencionada de la realidad para mostrar sus aspectos más rechazables. Luces de bohemia es su obra cumbre, narrando la historia de Max Estrella en un Madrid mísero y cruel.
El Teatro de la Generación del 27
Aunque la poesía fue el género más cultivado por los autores del 27, algunos también se dedicaron al teatro.
Federico García Lorca (1898-1943)
Lorca es el máximo exponente teatral de esta generación y uno de los autores más importantes de la literatura española. Sus obras, que exploran el mundo femenino, la frustración amorosa y el amor imposible, siguen siendo representadas con éxito. Fundó la compañía teatral “La Barraca” para difundir el teatro clásico español.
Obras de Lorca
- Primeras obras: Influenciadas por el Modernismo.
- Farsas para marionetas: Los títeres de Cachiporra y Retablillo de Don Cristóbal.
- Obras sobre el amor imposible: El amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín y La zapatera prodigiosa.
- Obras surrealistas: Así que pasen cinco años y El público.
- Piezas granadinas: Mariana Pineda y Doña Rosita la soltera.
- Tragedias rurales: Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba, centradas en la frustración femenina en un mundo rural opresivo.
Rafael Alberti (1902-1999)
Alberti también incursionó en el teatro, destacando El adefesio (1944), con elementos esperpénticos, y la obra surrealista El hombre deshabitado (1930).
Miguel Hernández (1910-1942)
Autor cercano a la Generación del 27, con una obra dramática breve pero apreciable. Escribió obras en verso con influencias de Calderón, como Quien te ha visto y quien te ve y sombra de lo que eras, El labrador de más aire y Pastor de la muerte. También destacan sus obras cortas en prosa Teatro de guerra, con una clara finalidad política.