Renovación de la novela en el siglo XX

Renovación de la novela

El siglo XX es la época de máxima expansión de la novela. La crisis de la novela realista de finales del XIX abre paso a 2 tendencias: la continuación del realismo y el espíritu renovador de autores como Proust, Kafka, Joyce y Thomas Mann, que rompen abierta y violentamente con las convenciones realistas dominantes y marcan las nuevas coordenadas de la novela contemporánea.

La novela del siglo XX

La novela del siglo XX puede dividirse en 2 periodos separados por la 2ª Guerra Mundial. Los años anteriores a la guerra se caracterizan por la influencia vanguardista y los problemas existenciales y religiosos, mientras que después de la contienda disminuye la experimentación técnica y se impone la denuncia social. Ante tal diversidad, es complicado establecer generalidades, pero estas son algunas de las que recorren toda la narrativa del siglo XX:

  • Tendencia al narrador en primera persona: soliloquio, monólogo interior y corriente de conciencia.
  • Multiplicidad de puntos de vista.
  • Especial uso del tiempo: saltos al pasado y al futuro, fragmentación, concentración.
  • La ciudad es el escenario por excelencia.
  • El protagonista es un anti-héroe angustiado, anulado y sin destino: a veces se confunde con la multitud.
  • Metaliteratura: reflexión constante sobre la tarea de narrar.

Marcel Proust

Es un autor francés que consagró su vida a la redacción de En busca del tiempo perdido, publicado en 7 entregas. Novela-río donde el narrador va desarrollando en un monólogo interior en primera persona el retrato de la infancia, adolescencia, juventud y madurez. El tema recurrente es la decepción en 3 planos:

  • El mundo de la burguesía y la aristocracia.
  • Las relaciones amorosas dominadas por los celos y la desconfianza.
  • La creación artística como tabla de salvación.

Las aportaciones de Proust a la novela del siglo XX se pueden resumir en las siguientes:

  • La memoria es el recurso predilecto del narrador para reconstruir su vida.
  • Los personajes son caracterizados de forma fragmentaria.
  • Minuciosas descripciones y períodos sintácticos muy largos que convierten su lectura en una tarea difícil.
  • La novela como obra total donde se funde la literatura con la pintura y la música.

Franz Kafka

La obra del autor checo se inscribe dentro de la literatura existencial, ya que se ocupa de temas como la soledad, la frustración, la culpabilidad y lo absurdo. Su técnica literaria destaca por:

  • El sentido simbólico de sus protagonistas, víctimas del absurdo de la existencia, de la falta de objetivos o de la incomunicación.
  • El interés por lo extraño y siniestro de la vida burguesa: la condición del hombre contemporáneo en obras como La metamorfosis, El proceso y El castillo. Lo onírico y lo racional emergen de acuerdo con la técnica expresionista de hacer aflorar los sentimientos más profundos.
  • La presencia del humor negro que transforma la simple broma en metáfora de la existencia humana.

James Joyce

Este novelista dublinés es considerado responsable de las nuevas dimensiones de la novela contemporánea. En sus novelas tiene la ciudad de Dublín como escenario. Mientras que en Dublineses percibimos muerte y pesimismo, Retrato de un artista adolescente está repleto de elementos autobiográficos. También aparece en su Ulises (inspirada en la Odisea de Homero). Entre las técnicas narrativas más relevantes se encuentran:

  • La concentración temporal de la acción y del espacio.
  • El tratamiento del lenguaje: se presentan diversos registros.
  • Léxico muy variado.
  • Empleo de citas.
  • Estilo: imita el lenguaje jurídico, científico y teatral.
  • Monólogo interior.

Thomas Mann

En la Alemania industrial y militarizada de principios de siglo XX, Mann se convierte en uno de los grandes innovadores gracias a su propuesta de incorporar la reflexión a la narración. La reflexión sobre el papel del artista y el eterno debate entre arte y vida aparecen en Muerte en Venecia (1912) y Doctor Faustus (1947). Su gran obra es La montaña mágica (1912-1924), donde relata los días pasados por Castorp, el protagonista, en un sanatorio al que llega como visitante y en el que tiene que permanecer al serle diagnosticada una enfermedad. Allí asiste a las discusiones de personajes que representan diferentes posturas intelectuales: la enfermedad o la muerte (La razón ilustrada, Settembrini), el autoritarismo moral (Clérigo Naphta) y el irracionalismo vitalista y sensual (Pepperkom). El gran tema de la obra es el fracaso de la cultura como herramienta. Sus novedades narrativas son:

  • Personaje colectivo.
  • Falta de acción.
  • Concentración del espacio y del tiempo.

Se trata de una novela total gracias a sus indagaciones filosóficas, sus elementos simbólicos, el distanciamiento narrativo, la ironía y falta de acción.