1. Contexto Histórico-Cultural
La época que vivió Descartes fue compleja en los aspectos político y religioso. La crisis política viene desencadenada en parte por la crisis religiosa.
El acontecimiento más importante fue la Guerra de los Treinta Años (1618-1648). El origen de esta guerra fue el conflicto entre los Estados que estaban de acuerdo con la Reforma luterana y los que se mostraban en desacuerdo, que dirigen la Contrarreforma católica. Descartes se alistó en las tropas del duque de Baviera y luchó a favor de los católicos. Es en el transcurso de esta guerra cuando escribe el Discurso del Método. Este conflicto provocó una crisis en la sociedad y un descenso de la población motivado tanto por el conflicto en sí como por las consecuencias que se derivan del mismo, tales como el hambre, las epidemias…
Esta guerra se resuelve con la Paz de Westfalia, que divide a Europa en un norte con mayoría protestante y un sur con mayoría católica.
En Francia nos encontramos a personajes como el cardenal Richelieu, que centraliza el poder en Francia y se alía con las fuerzas protestantes suecas para luchar contra la expansión del Sacro Imperio Romano-Germánico de los Habsburgo. Francia se convirtió en una gran potencia.
El contexto cultural está marcado por el triunfo del Barroco. La palabra “barroco” significa “perla irregular” y define la crisis y el contraste que se da en este período. El Barroco se manifiesta en el arte, en la pintura de Rubens o Ribera que expresa el movimiento, el contraste de esa sociedad, la escultura de Bernini y la arquitectura de obras como el monasterio del Pilar de Zaragoza o el Palacio de Versalles de Paris. El Barroco repercute también mucho en la literatura y en la obra de los grandes representantes de este período se manifiesta la idea de la fugacidad de la vida, el movimiento, el pesimismo, así como el contraste entre realismo e idealismo. Shakespeare, Calderón conciben la vida como un teatro en que cada uno es un actor que desempeña un pequeño papel, o como un sueño efímero del que despertaremos alguna vez. En Cervantes el contraste entre realismo e idealismo es evidente en su obra cumbre: El Quijote.
2. Contexto Filosófico
En el ámbito filosófico destaca el triunfo de la ciencia moderna que surge en el campo de la astronomía con Copérnico, Kepler y Galileo. La física y la astronomía habían estado dominadas por las teorías de Aristóteles y de Ptolomeo, que daban demasiada importancia a los datos que proporcionan los sentidos. Galileo, en cambio, defiende que la naturaleza está escrita en lenguaje matemático y por ello conocerla requiere usar la razón como fuente de conocimiento.
Teniendo en cuenta que Descartes es un filósofo francés, hay que subrayar la importancia que tuvo en Francia el escepticismo de Montaigne. Era comprensible que en una época marcada por la crisis se difundiera un pensamiento escéptico. Sin embargo, Descartes está convencido de que el conocimiento es posible y por eso huye de la duda escéptica.
Ahora bien, los dos movimientos filosóficos que más se enfrentan en esta época son el racionalismo y el empirismo.
- Racionalismo: Es la teoría según la cual la razón es la única fuente de conocimiento válida. El racionalismo se inspira en el modelo matemático y acepta la existencia de ideas innatas, que, según Spinoza son semillas que germinan con el tiempo. El racionalismo triunfó en la Europa continental y tiene como principales representantes a Descartes, Spinoza y Leibniz.
- Empirismo: Es la teoría según la cual la experiencia es la única fuente de conocimiento válida. El empirismo se inspira en el modelo científico y niega la existencia de las ideas innatas, pensando que la mente de un niño al nacer es como un papel en blanco que sólo se llena con la experiencia. El empirismo triunfa en la Europa insular y tiene como principales representantes a Locke, Hume y Berkeley.
3. Comentario del Texto: Discurso del Método
3.1. Identificación y Explicación de la Temática
El Discurso del Método es una obra dividida en seis partes, que tiene una estructura argumentativa en la que aparecen datos autobiográficos. Esta obra está escrita en francés, lo que supone una novedad con respecto a lo que se acostumbraba, que era escribir en latín o griego, y abre el camino a que otros pensadores que no dominaban las lenguas clásicas pudieran dar a conocer sus obras.
En la segunda parte, Descartes plantea cómo ha de ser el método que debe utilizar. En la cuarta parte, partiendo de la duda, aplica este método para demostrar las tres sustancias: Dios, alma y mundo.
Este texto pertenece a la cuarta parte y aparece cuando Descartes, tras vencer el solipsismo, acomete la tarea de demostrar la existencia de Dios y lo hace mediante tres argumentos:
- Gnoseológico o primer argumento causal: Según el cual si soy imperfecto pero tengo la idea de un ser perfecto y esta idea es innata ha tenido que ser puesta en mí por un ser perfecto.
- Causal: Según el cual la causa de la idea de un ser perfecto tiene que estar en un ser perfecto.
- Ontológico: Que Descartes toma de San Anselmo.
En este texto se desarrolla el argumento ontológico. Descartes dice que, cuando pienso en un triángulo, pienso en una figura que tiene tres ángulos, pero en esta figura no está implícita su existencia. En cambio, cuando pienso en Dios pienso en lo más perfecto. Lo perfecto ha de tener todas las cualidades, incluida la existencia. Por tanto, Dios tiene que existir, porque si no cabría pensar en algo igual de perfecto que Dios y que además existiera.
Tras demostrar la existencia de Dios, Descartes demostrará la existencia del mundo y dirá que, en rigor, la única sustancia que existe por sí misma es Dios.
4. Relación con Otras Posiciones Filosóficas y Valoración de su Actualidad
4.1. Valoración Actual
La actualidad del pensamiento cartesiano es evidente en dos aspectos: la importancia que el autor concedió a las matemáticas y la sospecha de que el mundo que creemos como real no sea más que una ilusión de los sentidos.
En cuanto a la primera idea, cabe decir que a partir de él el conocimiento de las cosas se ha conseguido cuantificándolas. Lo real se identifica con lo matematizable, hasta el punto de que hoy en día la fe en la ciencia ha sustituido a la fe en Dios. Lo más actual en este sentido es el valor de la informática hoy. El funcionamiento de los ordenadores se toma como modelo del funcionamiento de la mente humana. Hoy hablamos del mundo digital, un mundo en el que todo se rige por la lógica, en el que toda deducción es perfecta.
En cuanto a la segunda idea, cabe decir que el desarrollo tecnológico y los avances en astronomía nos pueden llevar a pensar si nuestro mundo o nuestra realidad no es más que un submundo ante otra realidad desconocida. Esta idea ha inspirado la literatura y cine actual, en el que podemos destacar títulos como El show de Truman, Matrix o la española Abre los ojos.