El Renacimiento
El Renacimiento, cuyo comienzo se sitúa en el año 1492, inicia la Edad Moderna, periodo que abarcará hasta la Revolución Francesa. En política, aparecen las primeras monarquías absolutas, basadas en el origen divino del poder. En España, el siglo XVI se inicia bajo el reinado de los Reyes Católicos, que unieron con su matrimonio las coronas de Castilla y Aragón. El reino de Aragón poseía territorios en la actual Italia. Castilla, por su parte, inicia el proceso de colonización en América, de enormes repercusiones. Desde 1492 deja de existir el reino de Granada. A los Reyes Católicos les sucederá en el trono Felipe II, impulsor de la Contrarreforma, ya en la segunda mitad del siglo.
En economía, surge el capitalismo, que supone un cambio radical en las relaciones económicas: el poderoso es el que posee el dinero y no el noble, dueño de las tierras.
Respecto al pensamiento, son varias las filosofías que influyen en la mentalidad renacentista: el epicureísmo (vivir la vida con placer), el estoicismo (resignación), el escepticismo (ver para creer) y el neoplatonismo, que defiende que todo lo creado es un reflejo de la belleza divina.
La corriente intelectual es el Humanismo, caracterizado por la recuperación de la cultura grecolatina y sus ideales estéticos, el antropocentrismo y la dignificación de las lenguas vulgares.
Para la religión es un periodo de crisis: a la reforma luterana (cisma de la Iglesia que da lugar al protestantismo) sigue la Contrarreforma católica.
El Barroco
El Barroco se desarrolló durante el reinado de los últimos Austrias, época de decadencia del Imperio español. Esta dinastía se valió de la monarquía absoluta como sistema político. La administración corrupta, la enorme burocratización del sistema y la incapacidad de los políticos, que supuso la guerra de los Treinta Años, condujeron al país hacia su descomposición.
Desde el punto de vista económico, factores como las malas cosechas, la expulsión de los moriscos y judíos, junto a la crisis demográfica provocada por la emigración a América, llevaron al país a la bancarrota.
En lo social destacó el conflicto que surgió entre la poco desarrollada burguesía, que aspiraba a mayores cotas de poder, y la nobleza, aliada de la Iglesia, que luchaba por perpetuar su estatus privilegiado.
El pensamiento barroco español se alejó de la modernidad que supone el radicalismo imperante en Europa. La Inquisición impedirá cualquier ideología que se apoye en la razón. La superstición se adueña de la mentalidad española.
El Renacimiento: Dos Periodos
El Renacimiento es un movimiento europeo que, a lo largo del siglo XVI, aplica los ideales difundidos por los humanistas a la cultura e incluso a la política. Dentro del Renacimiento podemos diferenciar dos periodos básicos:
Primer Renacimiento
España se perfila como un país abierto al exterior, vital y en expansión. Esta circunstancia propicia un acercamiento a las corrientes literarias europeas, especialmente italianas. Así, por influjo de la lírica italiana, se adopta una nueva métrica, basada en el empleo de versos endecasílabos y heptasílabos, y nuevas estrofas como el soneto, la silva, la lira… El ideal estético reside en la naturalidad y en la falta de afectación; la imitatio es admitida sin reservas. Garcilaso de la Vega es el más representativo. La temática fundamental del primer Renacimiento es el amor, de raíz y tono petrarquistas. El petrarquismo emplea un amor en conflicto entre los deseos y la imposibilidad de consumación, que se refleja en abundantes antítesis. Además de la tendencia italianizante, se vive la lírica anterior culta y tradicional.
Manierismo o Segundo Renacimiento
Fruto de la Contrarreforma, se cierran nuestras fronteras a nuevas ideologías del exterior y al vitalismo le sucede la renuncia a lo terrenal, propia de la ascética. La naturalidad comienza a ser sustituida por la selección y, de este modo, la imitatio va cediendo progresivamente a la inventio, la originalidad. Al tema amoroso se suman otros de carácter patriótico, moral o religioso. La variedad de tonos es también mayor y se amplía la gama de recursos estilísticos. Las primeras obras líricas de Lope de Vega o de Góngora se encuadrarían en el Manierismo.
Garcilaso de la Vega
La obra de Garcilaso está formada por 3 églogas, 38 sonetos, 2 elegías, 4 canciones y 1 oda. La producción de Garcilaso es casi exclusivamente de temática amorosa. El escritor presenta dos actitudes frente al amor:
- Poemas in vita, escritos en vida de Isabel, su amada: nos muestran amor desengañado ante el rechazo de la dama.
- Poemas in morte, compuestos tras la muerte de Isabel: nos transmiten un amor dolorido por su definitiva imposibilidad.
Garcilaso destaca por la búsqueda de la perfección. Entre las características más representativas, sobresalen la musicalidad, la suavidad y la elegancia. En el estilo se aúnan elementos retóricos procedentes de la tradición literaria castellana con otros de origen italiano.
La Lírica Moral y Cristiana
En el siglo XV se produce en Europa el florecimiento de la literatura ascética y mística.
- Contrarreforma: la censura frenó todo exceso temático y condicionó la creatividad de los autores.
- La extensión del Renacimiento en nuestro país implica la revitalización de temas y formas tradicionales y la atención a las vivencias religiosas, habituales durante la Edad Media, que resurgieron y se fundieron con las formas y el espíritu italianizante.
De su unión nacieron dos corrientes fundamentales:
- Ascética: procede del ámbito de la teología. Se utiliza para referirse a las etapas del camino de perfección a través de las cuales el alma, mediante ejercicios espirituales, logra purificarse y desprenderse de los placeres y bienes terrenales.
- Mística: se designa un estado espiritual que consiste en la experiencia o conocimiento directo de la divinidad. Cabe destacar el influjo de la mística sufí, que propugnaba el anonadamiento y el olvido de toda cuestión material como forma de acercamiento a la divinidad.
La Lírica Barroca
Distinguimos tres tendencias en el Barroco:
- El estilo más puramente barroco es el conceptismo, que tiene en Quevedo y en Baltasar Gracián sus máximos exponentes. El concepto, para Gracián, es un acto de entendimiento que exprime la correspondencia entre los objetos para expresar sus ideas con el menor número de palabras. El término abarca multitud de recursos estilísticos: serían conceptos la comparación, la alegoría, la metáfora y sus múltiples derivados. El concepto abarca no solo el plano del contenido, sino que puede surgir de las relaciones entre significantes; así, lo fónico induce también a asociaciones destinadas a provocar todo tipo de efectos, aunque en esta línea predominan los humorísticos: paronomasia y calambur son tipos de conceptos.
- El segundo de los estilos es el culteranismo, propio de Góngora y de sus seguidores. El término se ha entendido como opuesto al conceptismo.
- Algunos autores continúan la línea de equilibrio entre expresión y contenido propia del Renacimiento. El barroquismo se manifestará en su tendencia al pesimismo, en su visión desengañada de la realidad o en su vitalismo extremo.
Góngora
La obra puede clasificarse en:
- Poemas menores: letrillas, romances y sonetos.
- Poemas mayores:
- Fábula de Píramo y Tisbe
- Panegírico al duque de Lerma
- Soledades: esta obra es la de mayor extensión concebida por Góngora, sin concluir.
- Fábula de Polifemo y Galatea: son 63 octavas reales en las que se cuenta la historia del cíclope Polifemo, que se enamora de la joven ninfa Galatea, quien lo desprecia, pues ella ama al pastor Acis.
Además de estas dos obras mayores, Góngora escribió sonetos de gran calidad estética sobre temas variados.
Estilo
La crítica ha hablado de dos épocas en la obra de Góngora:
- La primera, manierista, incluye poemas de temas ligeros y metros cortos, sobre todo letrillas, romances populares y canciones.
- La segunda, en cambio, plagada de dificultades, artificiosa, representa la cota más alta del culteranismo.