Reinado de los Reyes Católicos y el Siglo de Oro Español: Desde la Unificación Dinástica hasta la Guerra de Sucesión

La Unificación Dinástica de los Reyes Católicos

A finales del siglo XV, el matrimonio de Isabel (reina de Castilla) y Fernando (rey de Aragón) propició la unidad dinástica de las coronas de Castilla y Aragón. Cada corona conservó sus propias instituciones, sistema monetario y normas jurídicas. Sin embargo, este reinado se caracterizó por una unidad de acción política internacional, basada en la defensa de los tradicionales intereses de la corona de Aragón. El inicio del reinado fue complejo debido al conflicto sucesorio con Juana la Beltraneja, hija de Enrique IV, hermano de Isabel, quien reclamaba el trono. Tras la victoria isabelina en la batalla de Toro, se firmó la paz con los portugueses en Alcaçobas.

La Conquista del Reino Nazarí

A partir de 1479, los Reyes Católicos reanudaron la guerra contra el último reducto musulmán en la península Ibérica: el reino nazarí de Granada. Esta larga guerra tuvo momentos clave como la conquista de Málaga y Baza. Tras la ocupación de la capital nazarí, los Reyes Católicos negociaron con Boabdil, líder musulmán. A comienzos de 1492, Granada se rindió, marcando el fin de la Reconquista y la lucha cristiana por recuperar las tierras conquistadas por los musulmanes.

Organización del Estado bajo los Reyes Católicos

Durante el reinado de los Reyes Católicos, la autoridad real se fortaleció, especialmente en Castilla, donde el poder regio tenía menos limitaciones que en Aragón, donde prevalecía el pactismo. Se creó la Santa Hermandad, de carácter policial, y se reorganizaron las finanzas. Los corregidores, delegados reales en las ciudades de Castilla, cobraron importancia. El rey asumió el control de las órdenes militares. Los letrados, formados en universidades, se encargaron de las tareas de gobierno. La unidad religiosa se basó en el cristianismo, y se creó el Tribunal de la Inquisición para perseguir a los falsos conversos. En 1492, se expulsó a los judíos sefardíes, y posteriormente a los moriscos. Fernando el Católico intervino para poner fin a la rebelión de los payeses de remensa con la sentencia de Guadalupe.

Proyección Exterior bajo los Reyes Católicos

La política exterior de los Reyes Católicos se centró en el dominio del Mediterráneo, el control del norte de África y el aislacionismo de Francia. Mediante una política matrimonial, casaron a sus hijos con miembros de la realeza portuguesa, inglesa y de la casa de Habsburgo. En el Mediterráneo, conquistaron Melilla, Orán, Argel y Trípoli. En Italia, Fernando el Católico intentó conquistar Nápoles, formando la Liga Santa y enviando tropas al mando del Gran Capitán, obteniendo victorias que consolidaron el dominio del sur de Italia.

El Descubrimiento de América

Cristóbal Colón, convencido de la redondez de la tierra, propuso llegar a las Indias navegando hacia el oeste. Tras el apoyo de Isabel I, se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe en abril de 1492. En agosto, partieron de Palos y en octubre llegaron a la isla del Salvador, descubriendo también Cuba y La Española. El Tratado de Tordesillas dividió las nuevas tierras entre Castilla y Portugal. Américo Vespucio reconoció que las tierras descubiertas eran un nuevo continente, al que se denominó América.

El Imperio de Carlos V

Carlos I, nieto de los Reyes Católicos, llegó a España con consejeros flamencos. Su principal objetivo era ser Emperador Cristiano. Entre los problemas internos, destacan la sublevación de las Comunidades en Castilla, y la rebelión de las Germanías. Tras la derrota de los comuneros en Villalar, Carlos I convocó las Cortes. Las Germanías, de carácter antiseñorial, también fueron aplastadas. Carlos I murió en Yuste.

La Monarquía Hispánica de Felipe II

Felipe II estableció la corte en Madrid y mandó construir El Escorial. Su victoria en San Quintín marcó un periodo de concordia. La Armada Española, junto a la Veneciana, venció a los turcos en Lepanto. Los Países Bajos, con el auge del calvinismo, se rebelaron. El Duque de Alba no pudo evitar la división entre el norte protestante y el sur católico. La Armada Invencible, enviada contra Inglaterra, fracasó.

La España del Siglo XVI: La Unidad Ibérica

Felipe II se enfrentó a la sublevación de los moriscos en las Alpujarras, quienes fueron obligados a abandonar sus costumbres o ser expulsados. En el ámbito político, Felipe II logró la unión con Portugal, completando la Monarquía Hispánica.

Modelo Político de los Austrias

La monarquía de los Austrias era plural y descentralizada. Existían diversos consejos, como el Consejo de Estado, consejos territoriales (Castilla, Aragón, Indias, Italia), y consejos de Hacienda. Virreyes gobernaban territorios no castellanos. A nivel local, los municipios se degradaron por la venta de cargos.

El Renacimiento en España

La cultura del siglo XVI estuvo ligada al catolicismo, destacando la literatura religiosa (San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús). Ignacio de Loyola fundó la Compañía de Jesús. En arte, destacaron Juan de Herrera (El Escorial), la fachada de la Universidad de Salamanca, Alonso Berruguete (escultura) y El Greco (pintura). Llegó la imprenta y surgieron humanistas como Lebrija.

La España de los Austrias Menores: Los Validos

Los validos eran los favoritos del rey con poder efectivo. Felipe III delegó en el Duque de Lerma, quien expulsó a los moriscos. Felipe IV confió en el Conde-Duque de Olivares, quien intervino en la Guerra de los Treinta Años. Las sublevaciones de Cataluña y Portugal complicaron su gobierno. Carlos II, el último Austria, delegó en Nithard y Valenzuela.

La España de los Austrias Menores: Los Conflictos Internos

La expulsión de los moriscos bajo Felipe III causó problemas demográficos y económicos. Felipe IV intentó unificar las leyes de Castilla en todos los reinos, provocando las sublevaciones de Cataluña y Portugal. Carlos II, sin descendencia, dejó el trono a Felipe de Anjou, desencadenando la Guerra de Sucesión.

La Crisis de 1640

En 1640 estallaron las sublevaciones de Cataluña y Portugal. Portugal proclamó rey al Duque de Braganza. La Paz de Westfalia y la Paz de los Pirineos marcaron el fracaso del Imperio Español. Cataluña fue sometida tras la rendición de Barcelona, pero Portugal logró su independencia. El centralismo del Conde-Duque de Olivares provocó el Corpus de Sangre en Cataluña.

La España de los Austrias Menores: El Ocaso de la Hegemonía

Felipe III continuó la guerra con los Países Bajos e intentó la paz con Francia e Inglaterra. Felipe IV, bajo la dirección del Conde-Duque de Olivares, reanudó la guerra en Flandes. La Paz de Westfalia y la Paz de los Pirineos significaron pérdidas territoriales para España. Carlos II perdió guerras contra Francia, y Luis XIV aspiró al trono español, que finalmente obtuvo su nieto, Felipe de Anjou.

Evolución Económica y Social en el Siglo XVII

España sufrió una gran crisis en el siglo XVII. El descenso de la población, debido a pestes, guerras, emigración y expulsión de moriscos, agravó la situación. La decadencia económica, la crisis demográfica en la meseta central y la corrupción institucional contribuyeron al declive.

Mentalidad y Cultura en el Siglo de Oro

El siglo XVII fue el Siglo de Oro de las letras españolas, con el auge del teatro y la novela picaresca. Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, Calderón y Góngora fueron figuras clave. El arte barroco, con Gregorio Fernández, Alonso Cano, Ribera, Murillo y Velázquez, exaltó los valores nacionales y la monarquía.

La Guerra de Sucesión y el Sistema de Utrecht

Tras la muerte de Carlos II, Felipe de Anjou (Borbón) heredó el trono español, desencadenando una guerra civil y una guerra europea. Castilla apoyó a Felipe, mientras que Cataluña apoyó a Carlos de Austria. Tras las victorias de Felipe en Almansa, Brihuega y Villaviciosa, los Tratados de Utrecht y Rastadt pusieron fin a la guerra. Gran Bretaña obtuvo Gibraltar y Menorca, Austria recibió los dominios españoles en Italia y Flandes, y Felipe de Anjou se consolidó como rey de España.