Reinado de los Reyes Católicos: Consolidación del Poder y Expansión Territorial

El Reinado de los Reyes Católicos: Consolidación del Poder y Expansión Territorial

1.- El Reinado de los Reyes Católicos: “Tanto Monta, Monta Tanto”: La Razón de Estado

El matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón (1469) dio origen a una nueva entidad política: la monarquía hispánica. Esta monarquía debe entenderse como una unión dinástica de dos coronas en las que cada reino siguió rigiéndose por sus propias leyes e instituciones, las cuales darían lugar a un estado plural y no unitario formado por unos territorios: Castilla, Aragón, Cataluña y Valencia que solo tenían en común la monarquía. Las leyes y las disposiciones reales eran firmadas por representantes de ambos reinos, cuyas instituciones juraron mutua lealtad; la moneda, las instituciones, las cortes de cada reino y su organización territorial permanecerán diferenciadas.

2.- La Entronización de Isabel de Castilla: La Guerra de Sucesión Castellana

En 1461, la nobleza se rebeló contra el rey Enrique IV de Trastámara, hijo de Juan II, y se opuso al ascenso al trono de la hija de este, Juana la Beltraneja, apodada así porque se rumoreaba que era hija de Beltrán de la Cueva. Los nobles depusieron al rey en la Farsa de Ávila (1465) y ofrecieron el trono a su hermana Isabel de Castilla, pero esta se negó a tomarlo mientras Enrique viviera. Finalmente, la nombran sucesora en la Concordia de los Toros de Guisando en 1468 con la condición de que se casara con Alfonso V de Portugal. Pero cuando el rey descubrió que había contraído matrimonio en secreto con Fernando (1469), hijo de Juan II de Aragón, la desheredó y nombró sucesora a su hija Juana la Beltraneja. Tras morir Enrique IV (1474), estalló la guerra civil en Castilla. Isabel de Castilla, que contaba con el apoyo de Aragón, y Juana, apoyada por Portugal, se enfrentaron en un conflicto que culminó con la victoria de los partidarios de Isabel, que fue reconocida por Alfonso V en el Tratado de Alcaçovas como reina de Castilla en 1479. Ese mismo año, Fernando I fue coronado rey de Aragón. Culmina la unión entre los dos reinos más poderosos de la península y los nuevos reyes se aprestaron a conseguir la unión peninsular bajo su corona.

3.- Las Cortes de Toledo (1480): Bases Políticas de la Monarquía Autoritaria Castellana

Pese al deseo de incorporar a la corona todos los reinos peninsulares, los Reyes Católicos en las Cortes de Toledo en 1480 sentaron las bases para imponer su autoridad a la nobleza y el clero. Primero vencieron por las armas a la nobleza y a los grandes señores eclesiásticos e impusieron su autoridad recuperando parte del patrimonio en manos de los señores, sometiéndolos a cambio de darles participación política.

Para facilitar la administración central, los reyes crearon las Leyes del Toro (1505). Estas contenían 83 leyes sobre los derechos, y su finalidad era la institución del mayorazgo, que vinculaban las tierras a los grandes títulos nobiliarios. Asimismo, su administración central se basó en la reorganización del Consejo Real de Castilla, apartando a la gran nobleza e introduciendo letrados y secretarios procedentes de la baja nobleza y la burguesía. Existían otros consejos (de Aragón, de Navarra, de las Indias, de la Inquisición, de Hacienda y de las Órdenes Militares). Todos estos consejos conformaban el llamado Sistema Polisinodial. Los consejos adquirieron importancia ya que ampliaron sus funciones, encargándose de asuntos judiciales y administrativos. Las Cortes, que representaban a los grupos sociales privilegiados, fueron perdiendo protagonismo ya que los reyes prácticamente no las convocaban. Sin embargo, tanto las de Castilla como las de Aragón tomarán el juramento del rey y aceptaran los nuevos impuestos. Además, en Aragón, Cataluña y Valencia aprobaron nuevas leyes. Por último, también se reorganizó el sistema judicial. Los corregidores a nivel local, las Audiencias de Valladolid y se crearon otras nuevas en Sevilla y Galicia para la administración de Justicia. Para reforzar su política exterior, también crearon un cuerpo de embajadores permanentes, una práctica hasta entonces usada por alguna república italiana, que atendía los asuntos diplomáticos. La política de las Cortes de Toledo también apuntó a reforzar la autoridad sobre la Iglesia y reducir el poder de los nobles. Los Reyes Católicos obtuvieron del Papa el Patronato Regio, que les daba el derecho a nombrar a los cargos eclesiásticos en sus dominios, consolidando su control sobre la Iglesia castellana. Estas reformas limitaron a la nobleza, sus privilegios y abusos sobre los campesinos, así como poder formar ejércitos privados, obligando a muchos nobles a residir en la corte. De esta manera, las Cortes de Toledo sentaron las bases del centralismo y la consolidación de un poder monárquico fuerte, esenciales para la expansión territorial posterior y la política exterior, y permitieron fortalecer la figura del monarca frente a los poderes locales.

  • La reorganización de la Hacienda Real. A pesar de las reformas, dado que la iglesia y la nobleza no estaban obligadas a contribuir en los gastos de la hacienda, era difícil la articulación de una administración moderna por lo que los Reyes Católicos emprendieron la reorganización de la hacienda, mejorando la gestión de sus propiedades y recuperando las tierras y señoríos sustraídos por los nobles a la Corona. Con el fin de obtener más ingresos y hacerse con las rentas de las órdenes militares, los reyes crearon nuevos impuestos (la alcabala) y dos nuevos organismos: la Contaduría Mayor de Hacienda, que recaudaba impuestos a los ciudadanos no nobles y la Contaduría General de Cuentas y Resultas, que controlaba los ingresos y los gastos.
  • La Administración Local. Para consolidar su poder, la administración local estuvo caracterizada por la presencia de los Concejos municipales, los cuales eran elegidos por los reyes. Los RRCC impulsaron su independencia mediante el nombramiento directo de altos cargos y la expansión del señorío, limitando así el poder municipal. Por su parte, los corregidores, además de presidir estos ayuntamientos, representaban el poder real en villas y ciudades, ejerciendo funciones judiciales y de orden público. En Aragón continuó presente el Justicia Mayor, que ejercía de árbitro entre el rey y sus súbditos y los virreyes, que seguirán representando el poder real donde no residan los reyes.

Tanto el deseo de expansión territorial, como la necesidad de contar con una fuerza que les permitiese imponerse a otras fuerzas políticas, llevaron a los Reyes Católicos a la creación de un ejército permanente. Este ejército profesional estaba formado por soldados de infantería, que recibían una paga por luchar y tenían un gran manejo de las armas de fuego. Dentro del ejército se fortalece la Santa Hermandad (1476) creada para luchar contra la delincuencia que arrasaba Castilla durante la guerra sucesoria. Esta se convirtió en un ejército real privado, pagado por las ciudades y su objetivo era perseguir y acabar con los asaltos en los caminos, robos y homicidios.

4.- La Concordia de Segovia de 1475

Fue un acuerdo entre Isabel y Fernando para regular la administración de sus reinos, estableciendo las bases de un gobierno conjunto, pero manteniendo la independencia de Castilla y Aragón. Según este pacto, Isabel tendría prioridad en las decisiones de Castilla y Fernando en Aragón, respetando la autonomía institucional de cada reino. No obstante, ambos monarcas compartían la autoridad en cuestiones militares, diplomáticas y religiosas, lo que reforzó su capacidad para unificar y coordinar la política de ambos territorios.

Este acuerdo fue fundamental para evitar conflictos de poder y permitió a los Reyes Católicos actuar como un gobierno cohesionado, con un modelo de monarquía compartida que inspiraría las futuras uniones dinásticas en Europa. Además, la estabilidad interna les permitió afrontar proyectos de expansión y consolidación de su autoridad, como la Guerra de Granada y la expansión hacia el norte de África y el Atlántico. La Concordia de Segovia también fue fundamental para establecer la imagen de un reino unido bajo una monarquía autoritaria y sentó precedentes para las futuras políticas dinásticas que asegurarían el poder de los Reyes Católicos en el escenario europeo.

5.- La Guerra de Granada (1482-1492)

La campaña se preparó como una cruzada contra los infieles. En 1482, el Papa Sixto IV emitió una bula que otorgaba privilegios especiales a cuantos contribuyeran a financiar o participaran en dicha campaña. La guerra fue larga, se prolongó durante diez años en los que la capacidad de coordinación de la Corona gracias a las reformas de las Cortes de Toledo y la estabilidad lograda por la Concordia de Segovia (1475) además de un esfuerzo militar y económico sin precedentes, tanto propio como de la Iglesia y la nobleza, que aportó la mayor parte de las tropas, lograron vencer la resistencia musulmana. Los cristianos sitiaron la capital y el 2 de enero el rey Boabdil se rinde, entregando las llaves de La Alhambra. En las Capitulaciones se estipula que: los habitantes de Granada pueden conservar su religión, su idioma, sus propiedades, sus costumbres y sus leyes.

6.- Política Religiosa: Judíos y Mudéjares. La Inquisición

La convivencia entre judíos, musulmanes y cristianos era difícil. El empeño de preservar y difundir el catolicismo llevó a los reyes a imponer la fe católica y, por tanto, obligar a todos a la conversión al catolicismo. Para hacer firme esta conversión, implantaron el Tribunal de la Inquisición (1478). Este será el encargado de frenar la herejía y expulsar a los que se nieguen a la conversión y a los falsos conversos. Excluidos de la vida pública y obligados a vivir en guetos, el 31 de marzo de 1492 se firmó el decreto de expulsión de los judíos que no aceptaron convertirse. Debido a su expulsión, estos tuvieron que vender sus propiedades a precio de miseria ya que abandonarían la península sin nada. Por otro lado, tras la conquista de Granada se les permitió a los mudéjares mantener sus costumbres y religión, pero en 1499 el cardenal Cisneros se convirtió en inquisidor general en la zona de las Alpujarras y el Albaicín, e impulsó los bautizos obligatorios. En 1502 forzó a los mudéjares a elegir entre bautizo (moriscos) o exilio y, en 1518 prohibió el uso de su lengua y cultura.

7.- La Sentencia de Guadalupe (1486)

Fue un acuerdo promulgado en 1486 por Fernando el Católico que puso fin a los abusos señoriales sobre los campesinos catalanes, conocidos como “remensas”. Estos agricultores estaban sometidos a una serie de cargas y servidumbres muy gravosas que limitaban su libertad. La sentencia eliminó las peores de estas cargas, como la “remensa” o pago de redención, a cambio de un pago único, permitiendo la emancipación de los campesinos, liberándolos de la servidumbre y eliminando los derechos feudales de los nobles sobre ellos, lo que permitió a Fernando ganar el apoyo de los campesinos, asegurando la estabilidad en Cataluña, lo que a su vez consolidaba su poder en el territorio aragonés. La Sentencia de Guadalupe es un ejemplo de cómo los Reyes Católicos aplicaron reformas orientadas a consolidar la monarquía autoritaria y reducir la influencia de la nobleza en favor del poder real.

8.- Política Internacional: Aislamiento a Francia. Matrimonios al Servicio de la Corona

Los Reyes Católicos intentaron afianzar su posición internacional mediante una hábil política de enlaces matrimoniales de sus cinco hijos, con dos objetivos prioritarios: consolidar la amistad con Portugal, para preparar el camino hacia una futura unión de todos los reinos peninsulares y aislar a Francia, que se había convertido en la principal potencia enemiga. Casaron a su hija y heredera Juana con Felipe el Hermoso, hijo de Maximiliano, lo que aseguraba el control dinástico sobre los Países Bajos y los territorios austriacos. Al príncipe Juan lo casaron con Margarita de Austria, hija del emperador Maximiliano I de Austria, afianzando una alianza con el Sacro Imperio Románico Germánico. También casaron a su otra hija Catalina con Arturo, príncipe de Gales y a su fallecimiento con el futuro monarca de Inglaterra Enrique VIII. Y establecieron vinculación con Portugal, al casar, primero a su hija Isabel y después a su hija María con el rey de Portugal, Manuel el Afortunado. Estos enlaces crearon un cerco en torno a Francia, limitando sus opciones de alianzas. Además, aseguraron la influencia de la monarquía hispánica en Europa y limitaron la expansión de Francia, que rivalizaba con Aragón en el Mediterráneo. Este enfoque diplomático consolidó el poder de la monarquía en el escenario europeo y preparó el terreno para la futura expansión imperial.

9.- Canarias, Navarra y el Magreb

Unidas las dos coronas, los reyes católicos coincidían en la necesidad de incorporar a la nueva monarquía todos los reinos peninsulares ya fuese mediante la conquista militar o a través de la habilidad diplomática.

  • Ocupación del Rosellón y la Cerdaña (1493). La habilidad diplomática del rey Fernando consiguió la recuperación para la Corona de Aragón en el Tratado de Barcelona (1493) de los territorios del Rosellón y la Cerdaña, que su padre Juan II, había cedido al rey de Francia.
  • Ocupación de las Canarias (1496). Desde el siglo XIV, expediciones de navegantes europeos (castellanos, aragoneses, genoveses, portugueses…) recorrieron el archipiélago canario con el objetivo de apresar guanches para venderlos como esclavos en Europa. El apoyo de los comerciantes andaluces permitió la ocupación definitiva de las Canarias, en 1496 al conquistar Tenerife. Canarias desempeñó un papel decisivo en el descubrimiento, conquista y colonización de América por su estratégica posición geográfica.
  • Ocupación del reino de Navarra (1512). Se hallaba en manos de una dinastía francesa y sus habitantes divididos entre los partidarios de la monarquía y los defensores de una aproximación a Castilla. Tras el fracaso de algunas tentativas diplomáticas, Fernando, siendo ya regente de Castilla tras la muerte de Isabel, aprovechó la declaración de guerra al rey de Francia para ocupar militarmente Navarra. La excusa fue que Navarra impidió pasar por sus tierras al rey Fernando para atacar Francia y que los reyes de Francia y sus aliados habían sido excomulgados por el Papa. En 1512 se anexiona Navarra, pero mantuvo sus propias instituciones y leyes.

En el Magreb, Fernando impulsó campañas en Melilla (1497) y Orán para asegurar posiciones en el norte de África, lo que protegía el comercio y la influencia española en el Mediterráneo. Estas conquistas fortalecieron la presencia hispánica en la región y fueron parte de la estrategia expansiva de los Reyes Católicos, que les permitió ampliar su influencia en el contexto del Mediterráneo occidental.