Regencia de María Cristina: Partidos Políticos, Oposición y Nacionalismos en España (1885-1902)

La Regencia de María Cristina y el Turno de Partidos: Oposición y Nacionalismos en España (1885-1902)

La Regencia de María Cristina (1885-1902)

María Cristina de Habsburgo ocupó la regencia de España entre la temprana muerte de su esposo Alfonso XII en 1885 y la mayoría de edad de su hijo Alfonso XIII en 1902. Durante este periodo, estuvo especialmente asesorada por Sagasta. Su sobrenombre, “Nuestra Señora de las Tormentas”, alude a la multitud de problemas que surgieron, como la sublevación republicana en Cartagena (1886), las insurrecciones de Cuba (1895) y Filipinas (1896), la agitación anarquista que culminó con el asesinato de Cánovas en 1897, y la guerra con Estados Unidos. Estos acontecimientos pusieron fin a los últimos vestigios del gran imperio colonial español.

El Turno de Partidos

A pesar de todo, el turno de partidos canovista se afianzó. Ambos partidos, organizados en torno a un líder y de carácter elitista, eran:

  • Conservadores (derecha moderada): reunían a liberales moderados, unionistas, algunos progresistas y católicos tradicionalistas.
  • Liberales (izquierda liberal): compuestos por constitucionalistas, conservadores desencantados, demócratas y algunos republicanos.

El resto de tendencias políticas, así como el ejército, estaban excluidas del sistema. La solidez de este sistema, basado en el caciquismo y el turno pacífico, quedó patente tras la muerte de sus dos pilares (Cánovas en 1897 y Sagasta en 1903), que no afectaron a su funcionamiento.

La Oposición al Sistema

Sin embargo, frente a este gobierno oficial restaurador, hubo grandes movimientos opositores, que se pueden diferenciar entre movimientos antidinásticos, anarquistas y nacionalistas.

Movimientos Antidinásticos y Republicanos

  • Movimiento antidinástico carlista: representaba la derecha más extrema. Se distinguía entre los dispuestos a colaborar con el régimen y los que rechazaban cualquier acercamiento al gobierno.
  • Movimiento republicano: era la izquierda del sistema. Había varios grupos:
    • Posibilistas de Castelar (colaboraban con Sagasta).
    • Grupo encabezado por Ruiz Zorrilla (organizaron un fallido pronunciamiento militar).
    • Defensores de una República unitaria, con Salmerón al frente.
    • Defensores de una República federal, con Pi y Margall como figura principal.

Anarquismo y Socialismo

El movimiento anarquista tenía como fin acabar con el Estado como tal, enemigo de cualquier tipo de política. Este era el planteamiento de Bakunin y Kropotkin. Para ellos, Dios no existía, sino que seguía existiendo como elemento de poder utilizado por la Iglesia. Buscaban la revolución obrera, cuando estos se dieran cuenta de su estado de explotación. Iban contra la Iglesia (Dios) y defendían el amor libre y la abolición de la familia.

El otro movimiento socialista era el marxismo, separado de la corriente de Bakunin tras la Internacional. El marxismo en España estaba representado por el marxismo moderado del PSOE, aunque había muchas corrientes, como la anarquista. Los socialistas crearon casas del pueblo, los comunistas ateneos libertarios, y los anarquistas, como curiosidad, enseñaban esperanto como lengua común mundial.

Una rama anarquista defendía el terrorismo como “propaganda por el hecho” (magnicidio: matar a alguien importante). Así, destacan el atentado del Liceo de Barcelona en 1893, en el que hubo muchas muertes tras la explosión de una bomba en el patio de butacas, y la bomba en la procesión del Corpus en 1896, también en Barcelona.

Los Nacionalismos Periféricos

Los nacionalismos, típicos del siglo XIX, son de varios tipos. Por ejemplo, en Francia era un nacionalismo patriótico, de cohesión, bajo el idioma común francés. En cambio, en España existían nacionalismos periféricos (catalán, vasco, valenciano, gallego), y no de cohesión.

Nacionalismo Catalán

El nacionalismo catalán busca como apoyo las raíces históricas y la identidad lingüística. Barcelona era una ciudad industrial, con mucha clase obrera, una ciudad moderna. La élite social en Barcelona era la burguesía capitalista. Había una conciencia nacional por la tradición y las fiestas. Tras el Sexenio Democrático, se diferenciaron dos líneas nacionalistas, de donde se deriva el catalanismo:

  • Línea de Pi y Margall: republicano. Su proyecto político era el de un estado federado dentro de España. Tenía el apoyo de la izquierda burguesa.
  • Sector ultraconservador: formado por la Cataluña tradicional, católica, rural. Su líder, Joan Mañé y Flaquer, soñaba con una Cataluña totalmente independiente.

Aunque el Sexenio acabó con estas corrientes, luego se intentó reunir el catalanismo (1882) por Valentí Almirall, que fundó el Centre Catalá (intento de unificar corrientes). En 1892 se crearon las Bases de Manresa, un proyecto de autonomía, pero no separatista, que daba un salto de lo cultural a lo legislativo. Al haber una identidad catalana, querían crear algo diferente. Los magnates de la industria catalana entraron con ellos.

Además, se creó el primer partido político nacionalista catalán a raíz del desastre de 1898, ya que la pérdida de Cuba era un problema para Cataluña, al ser Cuba un mercado importantísimo de exportación de la manufactura catalana. Cataluña, por ello, se oponía a la guerra con EE. UU., y el desastre causó la subida de los impuestos por parte del Estado central, especialmente en Cataluña. Este primer partido, conservador, monárquico y no independentista, era la Lliga Regionalista de Catalunya. Su objetivo era defender los intereses de la burguesía catalana. Sus fundadores y líderes eran Francesc Cambó y Enric Prat de la Riba. Un periódico asociado al movimiento nacionalista fue La Veu de Catalunya.

Nacionalismo Vasco

El nacionalismo vasco, por su parte, es un movimiento de clases medias, frente al movimiento burgués (especialmente de la alta burguesía) del nacionalismo catalán. El vasco es un nacionalismo muy rural. Los grandes dueños de la industria siderúrgica vasca por aquel entonces eran centralistas.

El movimiento nacionalista vasco reivindicaba los viejos fueros y rechazaba la industria. Su fundador fue Sabino Arana, que idealizaba un País Vasco antiguo, rural y católico. Rechazaba a los industriales, a quienes consideraba vendidos al centralismo y contaminantes del País Vasco. Creían en la raza pura vasca. Es una corriente verdaderamente racista. Para ellos, los otros eran los “maketos”, que iban al País Vasco a trabajar desde el resto de España, y la culpa era de los de la industria.

Se creó la ikurriña, bandera inspirada en la de Gran Bretaña. La primera organización política fue Euskadi Guru Baztar, que fluctuó entre el separatismo y el integracionismo, alternando entre el independentismo e ideas no independentistas. Batzoki era el centro social de difusión nacionalista.

Nacionalismos Gallego y Valenciano

También hubo nacionalismos en Galicia y Valencia, pero no cuajaron. Además, tampoco tenían carácter independentista. En Galicia, el movimiento buscaba recuperar la lengua gallega y atender las necesidades de Galicia, que se encontraba empobrecida. En Valencia, nació una sociedad de carácter cultural con el objetivo de potenciar la lengua valenciana. Lo Rat Penat fue un foco de fomento del nacionalismo cultural no político. También hubo un movimiento “anticatalanista” de las élites valencianas que se oponían al nacionalismo catalán.

Sobre todo en el siglo XIX, comenzó un proceso por el cual las lenguas regionales, como el valenciano y el gallego, eran usadas en zonas rurales, mientras que en las zonas urbanas era el castellano la lengua más utilizada.