Reformas de Olivares y Crisis del Imperio Español: Reinados de Felipe IV y Carlos II

El Reinado de Felipe IV (1621-1665): Las Reformas del Conde-Duque de Olivares y la Crisis de 1640

Política Interior del Conde-Duque de Olivares

La política interior durante el reinado de Felipe IV estuvo marcada principalmente por la figura de su valido, el Conde-Duque de Olivares. Su principal objetivo era mantener la hegemonía española en Europa mediante una serie de reformas centralizadoras. Sin embargo, estas reformas no fueron bien recibidas en todos los territorios, especialmente en Cataluña, donde se pretendía implantar el modelo castellano. El programa de gobierno de Olivares se basaba en:

  • Una reforma administrativa centralizadora.
  • Una política económica proteccionista, que favorecía principalmente a la industria textil, pero que a su vez perjudicaba el libre comercio y la economía española en general.
  • Una política de repoblación, principalmente autóctona.
  • La homogeneización de las cargas fiscales.

Estas reformas, que buscaban fortalecer la política y la economía de los Austrias, quedaron plasmadas en el Memorial Secreto que Olivares escribió al rey en 1624.

Proyectos Clave del Conde-Duque de Olivares

Creación de un Banco Estatal: La Red de Erarios

Olivares propuso la creación de un banco estatal, la Red de Erarios, que recogería capitales privados y serviría para que el rey obtuviera préstamos. Esto liberaría a la corona de los prestamistas extranjeros e impediría la salida de metales preciosos. Sin embargo, el proyecto fracasó debido a la obligación impuesta a los privilegiados de aportar parte del capital fundacional. Las Cortes se opusieron frontalmente, aunque aceptaron votar un nuevo servicio de millones a cambio.

Unificación Jurídica e Institucional

Olivares propuso que todos los reinos de Felipe IV abandonaran sus fueros e instituciones propias y aceptaran las de Castilla. El método para conseguirlo era peligroso: presionar a estos reinos con el ejército para que se sublevaran, y tras aplastar la rebelión, castigarlos arrebatándoles sus fueros. Este proyecto se llevó a cabo en Cataluña en 1640, pero con resultados inesperados.

La Unión de Armas

El proyecto más ambicioso de Olivares fue la Unión de Armas. Consistía en crear un ejército permanente de 140.000 hombres (44.000 de Castilla y las Indias, 10.000 de Aragón, 16.000 de Cataluña y Portugal, y proporcionalmente los demás reinos), dividido en siete cuerpos y mantenido por las aportaciones fiscales de todos los reinos, no solo de Castilla. Con ello se pretendía mantener la hegemonía militar en Europa y reforzar los lazos de solidaridad entre los reinos. El plan fracasó por la oposición de las Cortes de Aragón, Valencia y, sobre todo, de Cataluña.

La Crisis de 1640

En 1640, una serie de factores provocaron la caída de Olivares en 1643 y pusieron en peligro al Imperio de Felipe IV. Las reformas de Olivares habían generado muchos enemigos, tanto entre los grupos privilegiados de Castilla como en los otros reinos. Además, las incesantes guerras exteriores estaban agotando los recursos de Castilla y empobreciendo a los no privilegiados.

La Rebelión de Cataluña (1640-1652)

La Rebelión de Cataluña fue consecuencia directa de la Unión de Armas. En 1640, España planeó la invasión de Francia a través de Cataluña. El ejército español, mayoritariamente castellano, ocupó Cataluña y la población catalana sufrió los abusos del ejército. Esto derivó en la rebelión de los campesinos, que asesinaron al virrey Santa Coloma en el conocido como Corpus de Sangre de 1640. Pau Claris, al frente de la Generalitat, solicitó ayuda a Francia para rebelarse contra Felipe IV, entregando el principado al rey de Francia, que en ese momento era el Cardenal Richelieu. Cataluña llegó a proclamar un estado republicano e incluso nombró rey a Luis XIII como conde de Barcelona. El conflicto se cerró en 1652 cuando Felipe IV se comprometió a respetar los fueros catalanes. El enfrentamiento con Francia continuó hasta la Paz de los Pirineos de 1659, en la que España cedió a Francia el Rosellón, parte de la Cerdaña, Artois y varias plazas de Flandes, perdiendo además la hegemonía europea.

Rebelión e Independencia de Portugal (1640-1668)

Portugal se veía perjudicada por su pertenencia a la corona de Felipe IV. Los holandeses aprovecharon su guerra contra España para capturar el Imperio Colonial Portugués (Indonesia, El Cabo, Bahía, Curaçao). Además, el monarca español impuso más impuestos, abandonó algunas colonias portuguesas y no respetó el idioma. En 1640, los portugueses se rebelaron y pusieron en el trono al Duque de Braganza como Juan IV, apoyado por Francia e Inglaterra. Derrotaron a las tropas españolas y, en 1665, tras la muerte de Felipe IV, su sucesor Carlos II era menor de edad. La regente, Mariana de Austria, tuvo que reconocer la independencia portuguesa mediante el Tratado de Lisboa en 1668.

Otros Conflictos de la Década de 1640

  • Intento de secesión de Andalucía en 1641: Dirigido por el Marqués de Ayamonte, que pretendía la corona para el Duque de Medina Sidonia.
  • Intento de secesión de Aragón en 1646: Dirigido por el Duque de Híjar.
  • Rebelión de Miguel de Iturbide en Navarra en 1648: Iturbide fue capturado y ejecutado.
  • Revueltas en Sicilia y Nápoles: También se produjeron revueltas independentistas en estos territorios.

El Reinado de Carlos II (1665-1700)

Cuando murió Felipe IV, Carlos II tenía solo cuatro años. Se formó un gobierno presidido por la viuda de Felipe, Mariana de Austria. Durante su reinado, el acontecimiento más destacado en política interior fue el reconocimiento de la independencia de Portugal mediante el Tratado de Lisboa en 1668.

El Problema Sucesorio

Carlos II murió sin descendencia, a pesar de haberse casado dos veces. Era estéril, lo que planteó un grave problema sucesorio. Se presentaron tres candidatos a la corona de España, todos con los mismos derechos: Felipe de Anjou (futuro Felipe V) por parte de Francia, José Fernando de Baviera y el Archiduque Carlos (futuro emperador Carlos VI de Alemania). Finalmente, Felipe de Anjou se alzaría con la corona, dando inicio a la dinastía Borbón en España.