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0- INTRODUCCIÓN: LAS VARIEDADES DE LA LENGUA:


La función principal del lenguaje es la comunicación El lenguaje se define como la capacidad que poseen los humanos para poder comunicarse mediante un sistema de signos lingüísticos. Su realización concreta en una determinada comunidad se denomina lengua. La lengua o idioma es, por tanto, un código común que utilizan los hablantes de una comunidad. Sin embargo, dicha lengua no es una estructura rígida, sino que, según las carácterísticas sociales y geográficas de los hablantes, se producen diversificaciones en el seno de la misma. Son las llamadas variedades de la lengua:

1. Variedades de lengua en relación con la competencia lingüística del hablante:


La variedad de la lengua relacionada con el lugar donde se aprendíó a hablar o se reside habitualmente da lugar a los llamados dialectos geográficos o variedades diatópicas. Dialectos. (Variedades estudiadas en el tema 3).

La variedad de la lengua en función de circunstancias de carácter supraindividual, como el nivel de instrucción o el estrato social del hablante, da lugar a los llamados dialectos sociales o variedades diastráticas de una lengua. Sociolectos.

2. Variedades de habla relacionadas con los usos o modalidades que convienen a las diferentes situaciones comunicativas:
son las variedades diafásicas. Cualquier hablante elige en cada momento determinados usos y rechaza otros. Este nivel de habla depende, pues, de las circunstancias en las que se realiza el acto comunicativo. Estas modalidades de carácter individual reciben además el nombre de variedades de estilo o de registro.
Registros.

1-LAS VARIEDADES SOCIALES DE LA LENGUA:


La modalidad que adopta una lengua en una determinada capa social de la comunidad lingüística recibe el nombre de variedad diastrática, dialecto social, sociolecto o nivel de lengua.

Es el grado de instrucción o de cultura de un hablante el factor determinante de su variedad de lengua, y no el económico o la clase social, aunque la relación entre la clase social y la cultura es muy estrecha. En función de otros factores extralingüísticos, se pueden aislar diversos sociolectos:


a. Según el hábitat: lengua rural (más conservadora y menos cuidadosa con la pronunciación) y lengua urbana (más innovadora e influida por continuas modas lingüísticas).

b. Según la edad: diferencias condicionadas por la pertenencia a un grupo generacional. Los jóvenes son más innovadores, sobre todo en el léxico.

c. Según los diversos oficios o actividades: diferencias sobre todo en el nivel léxico- semántico.

En función de estos factores, se distinguen estas variedades sociales o niveles de lengua: nivel culto, nivel estándar, nivel popular y nivel vulgar.

NIVEL CULTO.-


Propio de las personas instruidas y de gran nivel cultural. Es el nivel más preciso, el más estructurado y el más rígido. Sus carácterísticas fundamentales son:
  • Corrección en todos los niveles (evita vulgarismos fónicos o formas locales; uso riguroso de construcciones sintácticas y utilización de nexos adecuados; precisión de significados).

  • Riqueza léxica (dispone de un léxico rico y preciso que abarca a las ciencias o la cultura en todos sus ámbitos).

  • Capacidad de abstracción (capaz de expresar con mayor profundidad y precisión los conceptos abstractos).

  • Tradición literaria (recoge el peso de la tradición literaria y puede compartir con ella su belleza formal.

NIVEL ESTÁNDAR.-


Esta variedad se sitúa en un nivel medio pero formal de la lengua. Adopta las exigencias normativas del idioma, aunque es menos rígida que la variedad culta. Sirve de modelo tanto en la comunicación oral como en la escrita. Se adapta a los cambios que puedan ser introducidos por modas o préstamos de otras lenguas. Se difunde a través de los medios de comunicación y, también, en la enseñanza.


NIVEL POPULAR.-


Se sitúa en un nivel medio de competencia lingüística y se usa en el ámbito de la vida cotidiana, no en actividades intelectuales o culturales. Entre sus peculiaridades destacamos:
  • La subjetividad (uso de interjecciones, exclamaciones, expresiones irónicas…).

  • La economía en el uso de medios lingüísticos (oraciones inacabadas, frases cortas y muy expresivas, muletillas, frases hechas).

  • Las continuas apelaciones al oyente y uso del llamado lenguaje proverbial o uso de refranes ligados a la filosofía popular.

NIVEL VULGAR.-


Utilizado por las capas peor escolarizadas de la sociedad. Es un sistema pobre, una gramática sencilla y un léxico reducido. Se caracteriza por una alteración constante de la norma y el uso de vulgarismos, palabras incorrectas o errores lingüísticos.
  • Vulgarismos fonéticos (desplazamientos acentuales -máestro-, indecisión vocálica -acordión-, simplificación consonántica -dotor-, relajación consonántica -toavía-, alteración r/l arquiler-, cambio de consonantes -Grabiel-).

  • Vulgarismos morfológicos (formaciones analógicas -haiga-, leísmo, laísmo y loísmo -la dije-, uso de las partículas -pienso de que-, alteraciones verbales -llegastes-).

  • Vulgarismos sintácticos (orden de las palabras -me se escapó-, -te se cayó-, concordancias incorrectas -la Carmen-).

  • Vulgarismos léxicos (solecismos -ves- (ve o vete), léxico figurado -limpiar- por robar, léxico de origen gitano -pinreles-).

LENGUAJES ESPECÍFICOS.-


Son las variedades de la lengua común o estándar que identifican a un grupo sociocultural. Las carácterísticas de estos subsistemas afectan fundamentalmente al nivel léxico y, en menor grado, al morfosintáctico. Los lenguajes específicos son muy heterogéneos e ilimitados: deportivo, publicitario, jurídico, jergas de oficios y profesiones, hablas de grupos marginales. Vienen condicionados por su área de aplicación y dependen, fundamentalmente, de dos factores extralingüísticos: el aspecto sociológico (la lengua tiene un carácter social y es una importante seña de identidad de un grupo social) y el aspecto temático (la lengua transmite unos contenidos, designa objetos y relaciones). Se distinguen tres tipos de lenguajes específicos:


1. Las jergas o argot


Lenguas de grupos sociales con afán de diferenciarse del resto. Destaca el lenguaje del hampa, el carcelario, tribus urbana, jerga juvenil y dentro, la propia de los estudiantes (empollar, profe, mates).

2. Los lenguajes sectoriales


Empleados por los miembros de diferentes actividades o profesiones. Fortalecen los lazos de uníón de un grupo: lenguaje jurídico, deportivo, político…

3. Los lenguajes científico-técnicos


Son los lenguajes de diversas ciencias. Resultan incomprensibles para los no iniciados: lenguaje de la medicina, de la física…

2-LAS VARIEDADES DIAFÁSICAS. LENGUA Y SITUACIÓN COMUNICATIVA

El uso individual de la lengua en los diferentes actos de habla da lugar a las variedades diafásicas, que el hablante elige en función de la situación en la que se produce la comunicación. Llamamos situación comunicativa al conjunto de circunstancias extralingüísticas en las que se desarrolla el acto de comunicación. Los elementos que conforman la situación comunicativa son: la personalidad de emisor y receptor (el grado de influencia de factores como el sociocultural, edad, sexo, ideología, profesión o estado de ánimo acentúa o difumina determinados rasgos del código lingüístico; el grado de formalidad (refleja el grado de proximidad o distanciamiento entre emisor y receptor); el tema o materia de la comunicación; la intencionalidad (múltiples finalidades -informativa, explicativa, didáctica, normativa, lúdica..-; la unilateralidad o no de la comunicación y el ámbito de interacción social (laboral, profesional, familiar, artístico, etc…). La conjunción de todas estas circunstancias determina que el hablante elija un código (verbal, no verbal o ambos), el medio de expresión (oral o escrito) y la estructura discursiva (descripción, narración, exposición, argumentación, monólogo o diálogo) que más se ajusten a la situación de comunicación.


Registros idiomáticos.-


El uso individual que de la lengua hace el hablante, en virtud de la situación comunicativa en que se encuentre, recibe el nombre de registro idiomático. Cada situación comunicativa requiere un registro idiomático propio. La capacidad de cambiar de registro de los hablantes depende de su competencia lingüística: cuanto mayor sea el grado de instrucción de una persona y mayor el nivel de conocimiento de la lengua, más fácil le resultará pasar de una modalidad de habla a otra. Hay una variada gama de registros idiomáticos de límites muy imprecisos, pero de acuerdo con el uso generalizado de la lengua, podemos distinguir dos tipos de registros:
  • Registro formal, utilizado en ámbitos especializados (científico, literario, jurídico, técnico o periodístico). En ellos predomina la preocupación por seleccionar de forma correcta y adecuada los recursos lingüísticos. El registro culto es el registro formal por excelencia. Se caracteriza por utilizar un lenguaje cuidado en todos los planos (fónico, morfosintáctico y léxico) y, busca, ante todo, la precisión, la originalidad y la variedad.

  • Registro informal, utilizado en ámbitos familiares o amistosos, en los que predomina una comunicación directa, espontánea e interpersonal. El más significativo es el registro coloquial.

REGISTRO COLOQUIAL

Registro coloquial.-


En ocasiones se confunde lengua popular con registro coloquial. Aunque tienen muchos elementos en común, responden a dos criterios diferentes: la lengua popular es una variedad de lengua que depende del nivel sociocultural del hablante; por el contrario, el registro coloquial alude a una situación comunicativa determinada. Sus rasgos más destacados son: el carácter dialogado, la espontaneidad y falta de formalización y la confluencia del código verbal y el no verbal (gestos, posturas corporales, expresiones de la cara).


Rasgos lingüísticos del registro coloquial:

  • Aspectos fónicos (relajación en la articulación de los sonidos “vete de ái”, yeísmo, pérdida de un grupo de fonemas “taluégo”).

  • Tratamiento

    Contempla las distintas formas con que una persona se dirige a otra (tratamientos nominales: apodos, hipocorísticos -Pili-), expresiones cariñosas “hijo de mi vida”, comparaciones alusivas al mundo animal “pichoncito”, insultos que resaltan defectos, fórmulas de cortesía.

  • Expresividad

    La manifestación de la subjetividad o afectividad del hablante se refleja de modo particular en aspectos como la ampliación de la modalidad de la frase en función de la actitud personal: “¿Tú crees que saldremos hoy?” Reproche, enfado, impaciencia.; la organización subjetiva del mensaje con dislocaciones sintácticas “Yo en vacaciones me gusta leer” o la condensación sintáctica (empleo de interjecciones o abundantes elementos elípticos); el énfasis lingüístico mediante expresiones autorreafirmativas: “Te lo digo yo”. “No es porque yo lo diga”, y elementos intensificadores: “Ese tío no es una persona humana” y las creaciones léxicas espontáneas (se trata de medios expresivos de carácter individual que surgen esporádicamente en la conversación: “Este hombre tiene mucha pechonalidad”).

  • Economía y comodidad

    El hablante se asegura la comunicación con el menor esfuerzo, lo que implica descuido formal e imprecisión expresiva. Formaciones regresivas: apócope y aféresis “cole” “bici”, “tele”, “profe”. Concordancias improvisadas “Se arreglan toda clase de electrodomésticos”. Muletillas “o sea”, “bueno”, “sin duda alguna”. Frases hechas, expresiones estereotipadas, refranes: “en una abrir y cerrar de ojos”, “en todos sitios cuecen habas”. Comodines: “cosa”, “chisme”, chorrada”, “rollo”.