Recorrido Histórico por la Península Ibérica: Hominización, Pueblos Prerromanos, Romanización y Al-Ándalus

Evolución Histórica de la Península Ibérica

1.1 Proceso de Hominización en la Península Ibérica: Primeros Hallazgos

La hominización es el proceso evolutivo que ha llevado al hombre. Gracias a José Luis Arsuaga y sus teorías, sabemos que el primer homo en llegar a la Península Ibérica fue el Antecessor, que evolucionó a homo Heidelbergensis, que dio paso al homo Neandertal. Los primeros descubrimientos en la Península son los de Neandertal encontrados en Gibraltar del 60.000 a.C. y los de Atapuerca (Burgos). Aquí se encontraron restos de homo Heidelbergensis fechados de hace 500.000 años en la Sima de los Huesos, y de homo Antecessor, de hace 800.000 en la Gran Dolina y de hace 1.2 millones de años en la Sima de los Elefantes. Por último, destacar la presencia de Homo Sapiens en la Península a partir del 35.000 a.C.

1.2 Los Pueblos Prerromanos y las Colonizaciones Históricas: Fenicios, Griegos y Cartagineses

En la Edad del Hierro (800 a.C.), la Península Ibérica estaba dividida en pueblos prerromanos, que se basaban en una sociedad jerarquizada. Los íberos formaban monarquías o repúblicas basadas económicamente en el comercio agrícola y minero, en el levante (turdetanos, oretanos). Los celtas o indoeuropeos eran tribus dirigidas por aristocracias guerreras que se basaban económicamente en la agricultura y la ganadería, situados en el centro y norte peninsular (vascones, galaicos). Los tartesos ocupaban la actual Andalucía occidental y el sur de Portugal, eran reinos independientes, comerciantes de metales y materias primas. Más adelante, la península es objeto de las colonizaciones históricas. Los fenicios del Oriente Próximo fundan factorías comerciales en Gadir y Malaka. Los griegos fundaron colonias como Ampurias a partir del siglo VI a.C. por el nordeste peninsular. Mientras que los cartagineses conquistan económica y políticamente el levante y el sur peninsular desde el siglo III a.C. fundando Cartago Nova.

1.3 La Romanización: Pervivencia del Legado Cultural Romano en la Cultura Hispánica

La romanización es la asimilación cultural de los modos de vida romanos por la población interna peninsular, es decir, que hubo una mezcla cultural de la que salió la cultura hispanorromana con el latín, el derecho romano y la religión politeísta y el cristianismo; destacando figuras ilustres como el filósofo Séneca, los escritores Quintiliano y Marcial, y los emperadores Teodosio, Trajano y Adriano. Este proceso se llevó a cabo, con mayor intensidad en el este y el sur que en la franja cantábrica, gracias a: la red de comunicaciones, el fomento de la urbanización, la participación indígena en el ejército romano y las actividades de la administración, de la justicia y comerciales.

1.4 Las Invasiones Bárbaras: El Reino Visigodo: Instituciones y Cultura

Las invasiones bárbaras se producen en el siglo V d.C. aprovechando la debilidad de Roma. Sus protagonistas fueron: los suevos por el norte, los vándalos por el sur y alanos en el centro. En el siglo VI los visigodos establecieron el reino de Toledo consolidado bajo los reinados de Leovigildo y Recaredo. Se organizaban en una monarquía electiva, donde el rey tenía poder ilimitado, aunque con ayuda de las instituciones (Officium Palatinum): Aula Regia (nobles que le asesoran) y los Concilios de Toledo (donde monarcas, nobles y la Iglesia deciden asuntos religiosos y políticos). La cultura visigoda destaca por la orfebrería, por piezas como la corona de Recesvinto, y por San Isidoro de Sevilla y su obra “Etimologías”, que es una síntesis del saber antiguo.


2.1 Evolución Política: Conquista, Emirato y Califato de Córdoba

La conquista musulmana se inició en 711 d.C. con la batalla de Guadalete, en la que se derrotó a Don Rodrigo, último rey visigodo, y fue rápida y sin apenas resistencia, acabando en 715 d.C. Desde el 711 el pueblo musulmán ha sufrido una evolución política, distinguiendo 3 etapas: 1- Emirato dependiente de Damasco (711-756), años de ocupación de la península bajo un emir delegado del Califa de Damasco (líder político y religioso). 2- Emirato independiente (756-929) bajo un emir independiente políticamente pero que reconoce la autoridad religiosa del Califa de Bagdad. Destaca Abd-al-Rahman I, que crea un Estado fuerte militar y económicamente aunque socialmente débil. 3- Califato de Córdoba (929-1031) Abd-al-Rahman III proclama la independencia religiosa respecto a Bagdad y con ello, el Califato de Córdoba. Época de esplendor del Al-Ándalus aunque los califas sucesores no demuestran autoridad, y a pesar de intentos como el de Almanzor, el régimen no se puede mantener por la debilidad económica y luchas internas.

2.2 La Crisis del Siglo XI: Reinos de Taifas

El Califato se descompone en 1031 en reinos de Taifas, independientes y rivales entre sí, divididos según su etnia en árabes (centro y oeste peninsular), bereberes (costa mediterránea) y eslavos (levante). Estos reinos, distribuidos por familias y etnias, se vieron obligados a pagar parias o impuestos a los cristianos para evitar ser atacados. Aún así tendrán una breve existencia, de esplendor cultural sobre todo en la literatura, y se irán aglutinando en torno a los más poderosos. Pero los cristianos siguen avanzando territorialmente hasta que se ven interrumpidos por dos imperios norteafricanos, los almorávides y los almohades.

2.3 La Organización Económica y Social

La economía del Al-Ándalus se basaba en la agricultura (por los sistemas de regadío y los nuevos cultivos, arroz y algodón; aunque mantienen los cultivos tradicionales: vid, olivo y cereal), la ganadería (por la cría ovina y equina), el comercio (desarrollado por las monedas dinar y dirhem, en el comercio interior por el zoco y respecto al exterior en las rutas de Oriente, África y Europa) y en la artesanía (textil y orfebrería dedicada a la exportación). Mientras, la sociedad se dividía en hispanomusulmanes, es decir, en árabes, bereberes y muladíes (peninsulares convertidos al Islam), y no musulmanes o dimníes, es decir, judíos o mozárabes (cristianos que viven en Al-Ándalus).

2.4 El Legado Cultural

Al-Ándalus está en continuo contacto con el mundo islámico y por cuestiones geográficas se convierte en el intermediario entre Oriente y Europa y sus manifestaciones culturales se ven marcadas por la religión. Entre ellas destacan: en literatura Ibn Hazm con “El collar de la paloma”, en historia Ibn Jaldún, el filósofo Averroes y su interpretación del musulmán a partir de Aristóteles y Platón, y en ciencia el médico Abulcasis y el astrónomo Azarquiel. Por último, cabe destacar la Escuela de traductores de Toledo, esencial para el Renacimiento europeo.