Vicente Aleixandre (1898-1984)
Nacíó en Sevilla, aunque pasó la mayor parte de su infancia en Málaga. Se trasladó a Madrid, donde estudió Derecho. Se dedicó plenamente a la literatura, labor por la cual recibíó el premio Nobel de Literatura en 1977. Aleixandre se convirtió en uno de los maestros de la poesía de posguerra. Sus primeras obras son un poco más tardías que las de los demás miembros de la Generación. En 1928 publica Ámbito y en 1932 una de sus grandes obras, Espadas como labios. Estas obras están escritas bajo la técnica del Surrealismo. También bajo esta técnica llega en 1934 su gran obra, La destrucción o el amor. El mundo aparece como una unidad total en la que el hombre se ve obligado a amar, porque todo le invita a ello. Utiliza versos libres y muy largos, además de un lenguaje solemne. Sombra del Paraíso (compuesta en 1939, publicada en 1944) narra las consecuencias de la guerra. En medio del dolor, Aleixandre busca la belleza. En Historia del corazón (1954) se centra en la solidaridad humana como camino hacia el futuro. Va madurando y entramos en la tercera etapa con dos obras: Poemas de la consumación (1968) y Diálogos del conocimiento (1974). En ellas el autor enlaza con el Surrealismo inicial. Fue considerado como uno de los maestros de la poesía de posguerra, sobre todo a través de la utilización de dos temas elementales: el amor y la vida.
Dámaso Alonso (1898-1990)
Madrileño, estudió primero Derecho, pero lo abandonó para dedicarse a la filología. Fue catedrático en las Universidades de Valencia y Madrid y presidente de la Real Academia Española de la Lengua (1968-1982). Comenzó su carrera literaria con Poemas puros. Poemillas de la ciudad (1921), influidos por el Romanticismo y el Modernismo. Se notan sus lecturas de Antonio Machado y de Juan Ramón Jiménez. Su segundo libro, El viento y el verso (1925), es del mismo tipo. Tras un largo periodo de silencio, publica su obra capital y una de las obras más importantes de la posguerra española, Hijos de la ira (1944). El propio autor calificó su poesía como desarraigada, la poesía de los que no se sienten cómodos en un mundo gobernado por el odio y la venganza. El autor se queja de la injusticia y la pobreza y se pregunta por el sentido de la vida en estremecedores poemas (“Insomnio”). Las poesías que forman esta obra están llenas de sentimiento, completamente humanizadas, y son un buen ejemplo de la poesía existencial de posguerra. Oscura noticia también fue publicado en 1944, aunque reúne poemas de distintas épocas. Hombre y Dios (1955) también trata, al igual que Hijos de la ira, sobre la existencia humana y la situación social de España. La labor de Dámaso Alonso como crítico literario no es nada desdeñable. Publicó ensayos como La lengua poética de Góngora (1935), La poesía de San Juan de la Cruz (1942), Poesía española (1950) oPoetas españoles contemporáneos (1952).
Luis Cernuda (1902-1963)
Sevillano, se licenció en Derecho. Decidíó dedicarse a la literatura y fue nombrado lector de español en la École Normale de Toulouse. Posteriormente vivíó en Madrid. Durante la Guerra Civil se exilió a Inglaterra y ya nunca volvíó a España. Dio clases en universidades inglesas y norteamericanas. En 1952 se trasladó a México, donde fallecíó. Fue un hombre solitario y dolorido. Él mismo se sentía un marginado, quizás a causa de su condición de homosexual, razón por la cual se aisló y se rebeló contra todo. Durante toda su vida escribíó sobre la imposibilidad de alcanzar los sueños en una realidad hostil como la que le rodeaba. La frustración, la añoranza de un mundo más habitable, el aburrimiento y el amor son los temas más frecuentes en su poesía
La influencia de Bécquer se deja sentir en la mayoría de sus poemas. Rechaza el lenguaje ampuloso y grandilocuente y utiliza un tono conversacional con palabras cotidianas y coloquiales. Utiliza versos largos y prescinde de la rima. Refleja su mundo interior en cada uno de sus poemas con un gran sentimiento ROMántico. Con influencias de Jorge Guillén,
publica Perfil en el aire (1927), compuesto por poemas juveniles y tiernos. En Un río, un amor (1929) y Los placeres prohibidos (1931) el tema central es el amor. Cernuda comienza a aplicar las técnicas surrealistas, fruto de lo cual es Donde habite el olvido (1932-33). Deja el amor de lado, y queda el olvido. Reúne todos los poemas escritos hasta ese momento en La realidad y el deseo (1936). Los temas ROMánticos se repiten –amor, muerte, soledad– y el lenguaje es claro y sincero. Tras la guerra, Cernuda amplía los temas sobre los que escribe. Aparece el destierro y la guerra en obras como Las nubes (1940) y Vivir sin estar viviendo (1944-49). Desolación de la quimera (1962) es su mejor obra. En ella se despide como poeta y vuelve a tratar sobre la niñez, el amor, el destierro y el arte. Cernuda escribíó dos grandes libros en prosa poética: Ocnos (1942-1963) y Variaciones sobre tema mexicano (1949-1950), evocaciones de Andalucía, la primera, y sobre México, la segunda. Como crítico literario destaca su ensayo Estudios sobre poesía española contemporánea (1957).
Rafael Alberti (1902-1999)
Es el miembro de la Generación del 27 que ha vivido hasta más recientemente. Nacíó en el Puerto de Santa María (Cádiz). Empezó dedicándose a la pintura, pero la abandonó por la poesía. En 1934 fundó la revista revolucionaria Octubre. A causa de la Guerra Civil, se exilió a Argentina y, en 1962, se trasladó a Roma. Murió en su pueblo natal. Alberti conocíó muy bien la literatura española, lo cual se trasluce en su obra. Las influencias del Romancero y el Cancionero, Garcilaso, Góngora, Lope, Bécquer, Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado son evidentes. Cultivó estilos diversos: lo popular, el Surrealismo, la poesía pura, la poesía humanizada. Junto a Lorca, es el mejor ejemplo de la poesía neopopularista del 27. Marinero en tierra (1924), primera obra del autor, fue Premio Nacional de Literatura. Está formada por poemas breves de tema popular, en los que domina la gracia ligera y la musicalidad. Trata sobre la añoranza del mar y de su tierra natal. La amante (1925) es el resultado de un viaje del autor por España. Al igual que la anterior, está inspirada por la poesía popular. Con Cal y canto (1929) el autor se vuelca hacia la influencia de las vanguardias y la poesía culta. Aun así, hay influencia de Góngora, la cual se acentúa en Sobre los ángeles (1929). Se trata de un libro plenamente surrealista dominado por un mundo turbulento y angustioso. En una tercera etapa, Alberti, influido por la Guerra Civil, publica El poeta en la calle (1938) y De un momento a otro (1937-39). Afiliado al Partido Comunista, desarrolla una importante labor propagandística a favor de la República. Se trata de poemas comprometidos con la causa, humanizados, a veces panfletarios. Una vez en el exilio, Alberti publica una gran cantidad de obras. A la pintura (1948) es un homenaje que rinde a una de sus pasiones. En Retornos de lo vivo lejano (1952) y Ora marítima (1953) escribe sobre España, en poemas nostálgicos dedicados a la patria lejana. Baladas y canciones del Paraná (1954) continúa el tema de la nostalgia a causa del destierro. Por último, Alberti homenajea a Roma, la ciudad en la que vivíó su última etapa desterrado, en Roma, peligro para caminantes (1968)