Historia Antigua del Pueblo Hebreo
Los hebreos han sido un pueblo errante de los desiertos de Asía Menor. Se dedicaban al pastoreo de cabras, ovejas y bueyes, y como todos los pueblos pastores levantaban carpa en ciertas épocas del año, y en otras se desplazaban en busca de tierras con buenos pastizales. Este pueblo fue el primero en abandonar las creencias religiosas politeístas para adorar a un solo Dios, llamado Jehová o Yavé, y sus principios religiosos fueron los lazos de uníón que los han mantenido vinculados a través del tiempo. Por otra parte, tenían la idea firme de su destino de poblar la tierra y sojuzgarla, tal como está expresado en el libro primero de Moisés o Génesis. En el año 1800 de J.C, Abraham, patriarca de los primitivos hebreos, condujo a su pueblo al noroeste de Mesopotamia, donde Abraham, según los relatos bíblicos, recibíó de Jehová toda la tierra que alcanzaba ver al norte y al sur, y al Oriente y al Occidente. Desde entonces, los hebreos liberaron arduas luchas con otros pueblos por la posesión de estos territorios, y su Dios Jehová fue llamado “Dios de los Ejércitos”.
Perenigración de los Hebreos
Durante la perenigración por los lugares desérticos de Asía Menor, Jacob, nieto de Abraham e hijo de Isaac, acompañado por algunos de sus descendientes, se traslado a la regíón de Canaán, la cual se localizaba en lo que actualmente en Palestina, entre Israel y Jordania. En este lugar del cual le había hablado Jehová, el Dios de sus ancestros, Jacob edifico un altar que llamo Bet-el. Según las escrituras bíblicas, Jacob recibíó el nombre de Israel y a sus hijos varones que tenían por nombre Rubén, Simeón, Leví, Judá, Dan, Neftalí, Gad, Aser, Isacar, Zabulón, José y Benjamín les encomendó repartirse en tribus por la regíón de Canaán, someter a los pueblos allí asentados y convertirlos en tributarios. Desde el norte de Arabía, un grupo de hebreos se traslado hasta Egipto. Inicialmente se asentaron en la delta del río Nilo, y avanzaron por varias ciudades como Gizeh, Menfis y Tebas (1600 a.C). Los faraones de origen tebano los consideraban extranjeros enemigos y los sometieron a la esclavitud, desde el año 1250 a.C, cuando el patriarca Moisés dirigíó el éxodo de su pueblo hacia el monte Sinaí, después de cruzar el mar rojo.
Los 10 Mandamientos o Decálogo de Moisés
- No tendrás dioses ajenos delante de mí.
- No te harás imagen, ni ninguna semejanza de la que este arriba en el cielo, ni debajo de la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honraras; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que he visto la maldad en los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
- No tomaras el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.
- Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajaras, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo (léase esclavo), ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero.
- Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.
- No matarás.
- No cometerás adulterio.
- No hurtaras.
Según los textos bíblicos, Moisés recibíó de Dios los mandamientos o Decálogo en el monte Sinaí, a los cuales debería apegarse la conducta del pueblo hebreo. A demás de los mandamientos, los hebreos también tenían que obedecer normas:
- No mantener más de 7 años a los esclavos de origen hebreo.
- Darle libertad al esclavo en caso de que su amo lo hiriera.
- El que hiriera de muerte a otro también morirá.
- Si alguno hiriera el ojo de su esclavo le daría libertad.
- El que hurtare un buey o una oveja pagaría con el doble, y si no tuviera con que pagar seria vendido por su huerto. Si el ladrón fuese encontrado en el acto del robo y se le diere muerte, se perdonaría al homicida.
- El que engañare a una doncella tendría que casarse con ella o pagar la dote de las vírgenes.
- Morirían las hechiceras, los que cohabitaran con animales y el que ofreciere sacrificio a dioses excepto a Jehová.
División del Reino Hebreo
Para mantener la vida de gran comodidad y derroche de lujo de sus cortesanos, Salomón elevó tributos, lo cual origino el desconcierto y, a su muerte, la escisión de la nacíón hebrea (930 A.C): al norte el reino de Israel, con capital en la ciudad de Samaria; y al sur el reino de Judá, con capital en la ciudad de Jerusalén. El reino de Israel se formo con 10 de las 12 tribus originales. Su principal carácterística fue un ambiente de caos, desorden y violencia interna, Esta situación los debilito y los dejo a merced de los asirios, quienes a poco tiempo invadieron y destruyeron la ciudad de Samaria en el año 722 A.C. La mayor parte de sus pobladores fueron llevados como prisioneros y los pocos que quedaron en la destruida ciudad se mesclaron con pequeños grupos provenientes de Arabía y Mesopotamia; y de esta mezcla surgíó el pueblo de los samaritanos. El reino de Judá, formado por las tribus descendientes de Benjamín y Judá, permanecíó libre debido a la solida organización de sus gobernantes. Conservaron y fortalecieron sus preceptos religiosos sin influencias extremas, pero este periodo duro poco ya que Babilonia, con su carácter expansionista, se posesiono de todo los territorios hebreos y sometíó a cautiverio a sus pobladores, a quienes envió a ciudades de Mesopotamia. Esto sucedía en el año 586 A.C, cuando el rey babilonio Nabucodonosor mando a destruir Jerusalén. Los hebreos que lograron escapar huyeron hacia Egipto.
Historia de Vida y Enseñanzas de Jesús de Nazareth
Los evangelios o libros del Nuevo testamento señalán que Jesús nacíó en el pueblo de Belén de Judea, al sur de palestina, durante la época de dominación romana en esta área. En esa época, Roma era gobernada por el emperador Octavio Cesar Augusto, y la anexada galilea, por un rezuelo llamado Herodes Antipas, quien le garantizaba al procurador romano la recolección de impuestos, el mantenimiento del orden y el control de la administración por medio del Sanedrín. Según el nuevo testamento, Jesús fue hijo de María y José, era descendiente directo de Abraham, y había sido el mesías anunciado por los antiguos profetas. Herodes, con asiento en Jerusalén, al enterarse de el nacimiento de Jesús mando a matar a todos los niños menores de 2 años que habían en Belén y sus alrededores, pero el niño logró salvarse porque sus padres lo llevaron a Egipto, y no regresaron hasta la muerte de Herodes. Aparentemente toda su infancia y juventud vivíó en la ciudad de Nazaret, regíón de Galilea. Siendo un niño fue interrogado por sacerdotes del sanedrín, quedando estos muy impresionados por el conocimiento excepcional que tenia de las antiguas escrituras. Hay quienes sostienen que Jesús fue enviado por un tío a la india, donde tuvo oportunidad de estudiar doctrinas de las religiones hindúes, aun cuando no se ha comprobado documentalmente esta versión. No se sabe más de la vida de Jesús hasta su presentación ante Juan el Bautista, quien lo bautizo en las aguan del rio Jordán, y su permanencia en el río Sinaí durante 40 días y 40 noches en ayuno para someterse a la tentación del diablo.
Bienaventuranzas:
- Bienaventurados los pobres de espíritu, porque ello es el reino de los cielos.
- “ los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
- “ los mansos, porque ellos recibirán tierra por heredad.
- “ los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
- “ los pacificadores, porque ellos verán a Dios.
Jesús de Nazaret no pretendíó abrogar los mandatos de las antiguas escrituras de los hebreos, pero los impregno del más alto humanismo, en los siguientes aspectos:
- Cualquier que mire a una mujer para codiciarla, ya adultero en su corazón.
- A cualquiera que te hiera la mejilla derecha, vuélvele también la otra.
- Entrega tus limosnas en secreto y serás recompensado en público por tu Padre.
- Por sus frutos conocerás a los falsos profetas.
- Estrecha es la puerta que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
Parábola:
Narración de un suceso fingido, de que se dúdese, por comparación o por semejanza, una verdad importante o una enseñanza moral.
- Parábola del sembrador: mientras un sembrador sembraba, parte de la semilla cayó al camino, y vinieron las aves y las comieron. Parte cayó en pedregales, broto pronto la raíz, pero salido el sol se seco. Y parte cayó en los espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron. Pero parte cayó en la tierra bueno y dio frutos.
- Parábola de la oveja perdida: si un hombre tiene 100 ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no deja a las 99 y va por los montes a buscar a la que se había descarriado? Si la encuentra se regocija mas por ella que por las 99 que no se descarrilaron.
La Biblia:
Es el libro sagrado de los judíos en el que se tratan las normas morales y la historia del pueblo hebreo. También existe el nuevo testamento o biblia de los cristianos, donde se narran las enseñanzas y vida de Jesús de Nazaret.
Juicio y crucifixión de Jesús de Nazaret
Jesús de Nazaret, seguido por la multitud, entro al templo de Jerusalén, y echo fuera a los mercaderes, volcó las mesas de las cambistas, y les dijo: “Mi casa, ustedes la han hecho cueva de ladrones”. Los principales sacerdotes y escribas se indignaron por aquello y por las sanaciones que realizaba, y le preguntaron con qué autoridad hacia esas cosas. Jesús en muestra de enfrentamiento con las autoridades de sanedrín, acuso a los escribas y fariseos de no cumplir con las justicia, la misericordia y la fe; predijo la destrucción de templo. Desde ese momento era evidente la ruptura de Jesús con las autoridades, y estas prepararon un complot contra él. Judas, uno de sus 12 apóstoles, por la cantidad de 30 piezas de plata llevo a los sacerdotes y a los ancianos a donde se encontraba Jesús, y fue arrestado. Luego lo llevaron ante le sumo sacerdote, llamado Caifás, y los demás miembros del consejo de sacerdotes. Lo interrogaron, e hicieron que jurara que él era el Cristo, el hijo de Dios. De esta manera, acusado de blasfemia fue sentenciado a muerte, y llevado atado ante Poncio Pilato, gobernador romano de la regíón. Poncio Pilato interrogo a Jesús, y no hallando culpa lo presento ante la audiencia pública que pedía que fuese crucificado, y liberado Barrabás, como se acostumbraba en aquellos días liberar a un reo. Ante aquel pedimento de la gente reunida, Pilato se lavo las manos delante del pueblo, y dijo: “Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá ustedes”. Jesús de Nazaret fue llevado al calvario, donde fue crucificado.
Los 12 Apóstoles
Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, Jacobo y su hermano Juan, Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo llamado Tadeo, Simón el cananita, Judas Iscariote.
Propagación del Cristianismo
A la muerte de Jesús de Nazaret, sus discípulos continuaron sus enseñanzas y se dispersaron por distintos rumbos, sufriendo rechazos y persecuciones. Unos de ellos, llamado Pablo, quien recorríó ciudades griegas de Asía Menor, Macedonia y Grecia, llevo la nueva fe y fue autor de las Epístolas, en las que difundía los principios del cristianismo. Tras décadas después de la crucifixión de Jesús, 2 de sus discípulos más distinguidos, Pedro y Pablo, llegaron a Roma y juntos de dedicaron a fundar la principal sede de la cristiandad en el corazón del Imperio romano. Cabe señalar que el cristianismos cundíó rápidamente por el territorio que hoy ocupa el estado de Israel y después de propago por Grecia e Italia, para difundirse posteriormente por toda Europa. También es importante destacar que no todo el pueblo judío acepto a Jesucristo como el mesías que venía a salvar a toda la humanidad, sin importar el origen étnico. De manera que algunos continuaron reconociendo solo el antiguo testamento (por ser anterior a Jesucristo) y sin aceptar el nuevo testamento, que trata de la vida y obra de Jesús de Nazaret hasta su muerte, relatada por los 4 evangelistas: Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Epístolas
Son las cartas de apóstoles a cristianos del nuevo testamento escritas por Pablo.
La persecución de los cristianos
El cristianismo se extendíó con gran fuerza, pero fue duramente atacado, ya que su principio fundamental propónía el culto a un solo Dios, sin dar cabida a otros dioses ni a la autoridad divina del emperador romano. Las persecuciones contra los cristianos se acrecentaron durante el mandato de Calígula, uno de los 12 cesares, y aun más en la época del emperador Nerón, que reino el año 54 al 68 D.C. En esta época, las autoridades del Imperio romano culparon a los cristianos de alterar el orden público, por lo que fueron señalados como enemigos del Estado y delincuentes peligrosos. Por esta causa, los creyentes comenzaron a reunirse en lugares secretos como las catatumbas o galerías subterráneas, donde oraban y practicaban sus ritos religiosos. La cristiandad durante más de 300 años sufríó violentas agresiones, como las realizadas durante el gobierno del emperador Diocleciano entre los años 285 y 305 D.C. Con la justificación de unificar el Imperio, Diocleciano ataco con saña inaudita al cristianismo, quemo templos y libros; además encarcelo y dio muerte a cientos de personas que predicaban esta religión. Años más tarde, en el año 311 D.C, el emperador Gelesio en Roma ordeno la suspensión de las persecuciones en contra de los cristianos; 2 años después, Constantino, mediante el Edicto de Milán, concedíó la libertad religiosa. Finalmente, en el año 394 D.C, el emperador Teodosio determino que el cristianismo se convertiría en la religión oficial del Imperio Romano.