Que consecuencias trajo el Golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera

1. Introducción
El fracaso del régimen de la Restauración y la grave crisis política propiciaron el pronunciamiento militar del general Miguel Primo de Rivera en Septiembre de 1923 que, ante el apoyo del rey Alfonso XIII se acabó convirtiendo en un golpe de Estado que abríó un periodo de gobierno dictatorial hasta comienzos de los años treinta.
2. Antecedentes: Marruecos y el desastre de Annual
El Desastre del 98, el asesinato de Cánovas del Castillo (1897) y la muerte de Sagasta (1903) sumen al sistema de la Restauración en una profunda crisis política. A esta crisis política hay que sumar una gran inestabilidad social, debido a la escasez de productos durante la I Guerra Mundial, al incremento de la movilización obrera, el anticlericalismo de las clases populares y la extensión del regionalismo.
En Enero de 1921, las autoridades españolas decidieron reforzar su presencia militar en el territorio del Rif para afianzar su control sobre el mismo. En Julio de ese mismo año, el general Silvestre protagonizó un rapidísimo avance militar en dirección a la bahía de Alhucemas, comprando la lealtad de multitud de tribus rifeñas y estableciendo una débil línea de suministros. Eso, unido a las pésimas condiciones de la tropa, permitíó que el caudillo Abd El Krim atacara sorpresivamente el campamento español establecido en Annual. La oposición exigía también responsabilidades a los políticos en el gobierno y al propio monarca.


3. Golpe de Estado y Directorio Militar (1923-1925)
El miedo a las posibles repercusiones del llamado Informe Picasso provocó el levantamiento militar del Capitán General de Cataluña Miguel Primo de Rivera, el 13 de Septiembre de 1923, en el que declaraba el estado de guerra y asumíó todos los poderes. El resto de guarniciones militares españolas esperaron a la decisión del rey para sumarse o no al golpe. El apoyo público de Alfonso XIII, encargando la formación de gobierno a Primo de Rivera, supuso el éxito definitivo del golpe.
Primo de Rivera presentaba la dictadura como un régimen transitorio. El primer gobierno del general fue un Directorio Militar, compuesto por él mismo como jefe de gobierno y otros nueve miembros del ejército.
El golpe contó con el apoyo de los sectores empresariales, los principales bancos nacionales y la Iglesia. Los republicanos no se opusieron y las organizaciones socialistas (PSOE y UGT) se mantuvieron a la espera. Tan solo anarquistas y comunistas manifestaron su repulsa. Primo de Rivera tenía unos objetivos muy claros: acabar con el caciquismo, restablecer el orden público, retirar de la escena a los viejos políticos liberales y pacificar Marruecos.
Se sustituyeron los ayuntamientos por juntas de vocales asociados, que debían estar formadas por “personas de alto prestigio social, de solvencia acreditada”. En 1924, la

 aprobación de un Estatuto Municipal prometía la democratización de los municipios mediante la elección por sufragio universal de dos tercios de los concejales. En ese mismo año, Primo de Rivera decidíó crear un gran partido, la Uníón Patriótica (UP).



A nivel social, se reprimieron las manifestaciones nacionalistas, prohibiendo el uso de símbolos del catalanismo y el uso del catalán en ámbitos oficiales. Con el Estatuto Provincial de 1925 se suprimíó la Mancomunidad de Cataluña. No obstante, la acción más relevante de este período fue sin duda la intervención en Marruecos. En un principio.
Tras tan sonado éxito, Primo de Rivera empieza a pensar en la institucionalización de la dictadura, para lo cual decide desmilitarizar el gobierno y dar entrada en él a personas civiles. Así, en 1925, quedó constituido el llamado Directorio Civil. Alfonso XIII aceptó el cambio, asegurando que era necesario proseguir la labor de salvación del país.
4. El Directorio Civil (1925-1930)
En 1927 se creó la Asamblea Nacional Consultiva, con la intención de elaborar una nueva Constitución, el Estatuto Fundamental de la Monarquía. De sus más de 400 miembros, dos tercios fueron nombrados directamente por el gobierno, dejando fuera a las fuerzas políticas de la Restauración. Ello provocó la oposición de los viejos políticos dinásticos, la negativa de los socialistas a seguir colaborando y las reticencias del monarca.
La política económica de la dictadura tenía como principales objetivos regular e impulsar la industria nacional e invertir en obras públicas. Sin embargo, esa política de gasto dio lugar a un crecimiento del déficit presupuestario y la deuda, además del descuido del mundo agrícola, en el que siguió sin abordarse el problema de la propiedad de la tierra.
Socialmente, la dictadura destaca por una escasa conflictividad, por la represión y la censura y el desarrollo de una amplia política social.


5. La caída de la dictadura y la monarquía alfonsina
La dictadura comenzó a perder apoyos a partir de 1926. La política de Primo de Rivera en este aspecto fue caótica con lo que se ganó un gran número de enemigos dentro del ejército, el principal apoyo de la dictadura.
El 24 de Junio 1926 hubo un intento fallido de poner fin a la dictadura y restablecer el orden constitucional de 1876, conocido como la “Sanjuanada”. En 1929 se produjo un nuevo intento de golpe, que se saldó con una durísima represión.
Intelectuales y periodistas también fueron un importante frente de oposición al régimen, se enfrentaron a la dictadura a pesar de la rígida censura. Muchos estudiantes los respaldaron, fundándose la Federación Universitaria Escolar, que organizó numerosas protestas callejeras.
Ante los numerosos conflictos sociales y la falta de apoyos, Primo de Rivera acabó presentando su dimisión el 28 de Enero de 1930, muriendo apenas dos meses después en París. Con la marcha del general, Alfonso XIII desoyó las voces que pedían elecciones, y entregó el poder al general Dámaso Berenguer, que líderó un gobierno popularmente conocido como la “Dictablanda”.

 En Agosto de 1930 una coalición de partidos de diferente signo firmaba el Pacto de San Sebastián, en el que se formaba un comité revolucionario liderado por Niceto Alcalá Zamora con el objetivo de proclamar la República.
La insurrección debía producirse el 15 de Diciembre, pero los capitanes de la guarnición de Jaca Fermín Galán y Ángel García comenzaron la sublevación el día 12, tres días antes de lo previsto, provocando el fracaso de todo el pronunciamiento 


En Febrero de 1931, Alfonso XIII entregó el poder al almirante Juan Bautista Aznar, quien finalmente establecíó un calendario de elecciones para la vuelta a la normalidad constitucional: las primeras en celebrarse serían las elecciones municipales, el 12 de Abril de 1931.
El triunfo aplastante de la coalición republicano-socialista en las grandes ciudades se interpretó como un rechazo directo a la monarquía, que dio paso a la marcha del rey y la proclamación de la II República Española el 14 de Abril de 1931.
6. Conclusiones
Aunque en primer momento la dictadura no contó con una fuerte oposición, debido a la grave crisis en la que se encontraba inmerso el sistema de la Restauración, poco a poco Primo de Rivera fue perdiendo todos sus apoyos, la dictadura arrastró consigo a Alfonso XIII, que la había apoyado desde el primer momento, desterrando a la monarquía de nuestro país hasta 1975, con el regreso de los Borbones personificado en la figura de Juan Carlos I.