Contexto y Origen
La nueva ciencia inaugurada por Wundt se extendió rápidamente por Europa y América. En este contexto, surge la escuela funcionalista, oponiéndose a la concepción de la psicología y los métodos utilizados por Wundt. Esta escuela, con origen en Estados Unidos, tuvo como máximos representantes a William James (1842-1910) y John Dewey (1859-1952).
El Enfoque Funcionalista
Mientras que Wundt se centraba en analizar la estructura, funcionamiento y principios de la conciencia y la mente humana, los funcionalistas, aunque interesados en la mente, se enfocaron en su función: guiar nuestra conducta. Por lo tanto, su objeto de estudio abarcó tanto la mente como la conducta que produce, su papel en el bienestar del organismo y su principal objetivo: la adaptación de la persona a su medio ambiente.
Influencia de la Teoría Evolucionista
La teoría evolucionista de Charles Darwin resultó fundamental en la concepción funcionalista de la mente humana. Darwin postulaba que todas las especies animales provienen por evolución de una forma de vida primigenia. A lo largo de esta evolución, la naturaleza selecciona a las especies con mayor capacidad de adaptación a su entorno. Las mejor adaptadas sobreviven, y tras muchas variaciones, surgen nuevas especies. Esta teoría daba una enorme importancia a lo funcional: la naturaleza selecciona a los individuos más aptos, los que “funcionan” en su medio ambiente.
Influidos por Darwin, los funcionalistas defendían el valor crucial del psiquismo para la vida. Por ello, se centraron en analizar la actividad de la mente desde su utilidad práctica, como instrumento que guía nuestra conducta, facilita la adaptación al entorno y permite el éxito en la vida, evitando la inadaptación y las disfunciones. Esta perspectiva explica los numerosos estudios funcionalistas sobre anormalidades mentales, psicología infantil, educación, formación de hábitos de conducta adecuados y diferencias individuales.
Métodos de Investigación
Los funcionalistas rechazaron la introspección de Wundt, considerándola un método subjetivo y poco científico. En su lugar, adoptaron métodos propios de la psicología animal, que a principios del siglo XX cobraba gran importancia. Extrapolaban conclusiones sobre el comportamiento animal a los estudios sobre la mente y el comportamiento humanos.
El Aprendizaje por Ensayo y Error
Destacan los estudios de E. L. Thorndike (1874-1949), quien concluyó que los animales aprenden por ensayo y error. En una situación problemática, el animal ensaya muchas conductas, la mayoría erróneas, pero al encontrar la correcta, la repite y la aprende. Su experimento con un gato encerrado en una jaula, que debía aprender a abrir la puerta para acceder a la comida, ilustra este principio.
El funcionalismo aplicó estos resultados a la mente y el comportamiento humanos, minimizando las diferencias entre la conducta humana y animal, una idea cercana a las tesis evolucionistas. La diferencia radicaría en la mayor complejidad y desarrollo de la mente humana. Por ello, era común encontrar laboratorios de psicología animal en los centros de experimentación funcionalistas. Además, la psicología animal ofrecía una metodología y resultados científicos, lo que reforzaba la pretensión de una psicología empírica.
Legado e Influencia
El paralelismo entre la conducta humana y animal establecido por el funcionalismo ha sido criticado. Sin embargo, su amplio campo de estudio y su pragmatismo eclipsaron los estudios de Wundt. En Estados Unidos, su influencia persiste hasta hoy. Además, el funcionalismo fue fundamental en el desarrollo del conductismo y otras escuelas psicológicas posteriores.