Prosa y Verso en el Siglo de Oro Español: Del Renacimiento al Barroco

Prosa Didáctica

Los humanistas españoles cultivaron este género, imitando los modelos latinos e italianos del Renacimiento. Recurrieron a las formas de epístola y diálogo, mezclados con narración, y emplearon un lenguaje y estilo natural y grave. La prosa didáctica de la primera mitad del siglo XVI refleja las inquietudes políticas y religiosas del momento: la apología del proyecto imperial de Carlos V, el erasmismo, el ideal contemplativo de la vida retirada, y la defensa del castellano. Muchos prosistas, como Juan Valdés y Fray Antonio de Guevara, estuvieron bajo la vigilancia de la Inquisición ante la sospecha de herejía en sus escritos.

Historia de la Crónica de Indias

Este género adquiere en España una importancia que se acentúa aún más en la segunda mitad del siglo. Los historiadores españoles narran los hechos históricos desde una perspectiva de exaltación nacionalista y de justificación de la política de Carlos V, tomando como modelo a Julio César y Diego Hurtado de Mendoza. La crónica de Indias se ocupa de la conquista del Nuevo Mundo. Conquistadores y misioneros dan testimonio del problemático encuentro entre culturas que se desconocían hasta entonces. La conquista se narra en un castellano entre lo coloquial y lo culto, imitando a los libros de caballerías. Posee un valor indiscutible por la valiosa información histórica, antropológica, geográfica y científica. Un ejemplo es Naufragios de Alvar Núñez Cabeza de Vaca.

La Ficción Narrativa

La Novela Idealista: La Novela de Caballerías

A mediados del siglo XVI, la narrativa de ficción vuelve su mirada hacia los grandes temas europeos: los héroes de la Materia de Bretaña (el rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda), que se había cultivado en Francia desde el siglo XII, con personajes como Lanzarote, la reina Ginebra y el sabio Merlín. A la narrativa se incorporan también otros personajes y motivos de origen folclórico o de otras literaturas, como Carlomagno, los héroes de la guerra de Troya, Oriana y Amadís. Los protagonistas de Amadís de Gaula, el libro de caballerías más difundido en España en esa época, son héroes que pertenecen a esta familia europea. La historia de Amadís ya se conocía en España en los siglos XIV y XV, pero es Garci Rodríguez de Montalvo quien le da su forma definitiva. Amadís de Gaula (1508) se convierte así en la primera gran novela del género. La nostalgia del ideal caballeresco y el deseo de entretenimiento explican la popularidad de este género en el siglo XVI. Amadís fue leído en toda Europa y esta novela influyó en el romancero, la lírica, la narrativa, el teatro y la historia de Indias, pero también en las costumbres de la época.

La Novela Bizantina

Este género narrativo, también llamado novela griega, tiene su origen en la literatura helenística y latina. Su trama argumental consiste en un intrincado relato de aventuras y viajes que se desarrollan en un ámbito geográfico amplio y variado, generalmente por países separados por el mar (Grecia, Egipto…). Se combinan la narración de los sucesos con la descripción de lugares y costumbres. Un ejemplo es Los trabajos de Persiles y Segismunda de Cervantes.

La Novela Pastoril

Surge por los nuevos gustos del público y la tradición narrativa, pero también por la influencia de la lírica clásica y renacentista italiana. Se caracteriza por la mezcla de verso y prosa, el tema del amor, un espacio supuestamente natural, personajes representados por pastores, y una acción lenta. Las que más éxito tuvieron en el siglo XVI fueron Los siete libros de la Diana de Jorge de Montemayor y La Galatea de Cervantes.

La Novela Amorosa

En la narrativa del siglo XVI cobra interés la figura del caballero musulmán. Los romances fronterizos ya habían tratado la figura del moro de forma idealizada, dándole el tratamiento de héroe caballeresco. En el siglo XVI destaca La historia del Abencerraje y de la hermosa Jarifa (anónimo).

La Novela Realista: La Novela Picaresca

Se trata de un género narrativo que incluye un grupo de obras del siglo XVI y, sobre todo, del siglo XVII en España. La primera novela picaresca es El Lazarillo de Tormes (1554).

Aparición

Las circunstancias sociopolíticas de la época no son suficientes para explicar el nacimiento de la picaresca. En la sociedad española durante los siglos XVI y XVII, ni la industria ni la agricultura fueron capaces de absorber a todas las capas de la población pertenecientes al estado llano que llegaban a las ciudades. Los desocupados, para sobrevivir, se vieron abocados a la mendicidad, la delincuencia o el simple vagabundeo, un caldo de cultivo para que surja el pícaro. La aparición del género picaresco se ve propiciada por la confluencia del sentimiento ascético del pueblo español con el espíritu erasmista, la rebeldía popular contra la gente acomodada, y la tensión que caracterizaba la época y la vida del pueblo español.

Características

La novela picaresca comparte espacio con la novela de aventuras y de costumbres. La peregrinación que relata tiene lugar por un mundo familiar y reconocible para el receptor. Rasgos principales: falso autobiografismo, el origen miserable y sin honra del protagonista, y el realismo del mundo marginal. El pícaro sirve a varios amos e intenta salir, infructuosamente, de su desgraciada condición mediante tretas ingeniosas. La novela picaresca es el reverso de la novela de caballerías.

Lazarillo de Tormes

Autor anónimo y fecha de composición

No se sabe quién escribió el Lazarillo. La libertad de expresión y las críticas contra diversos tipos sociales, como algunos clérigos o el hidalgo, aconsejaron probablemente el anonimato. Las tres primeras ediciones conservadas son de 1554. Se ha especulado mucho sobre su fecha de composición a partir de las dos únicas referencias históricas: la derrota militar española de Gálvez y la celebración de Cortes en Toledo.

Estructura

Los materiales, de origen folclórico, están dispuestos en una estructura narrativa lineal. Consta de un prólogo y siete tratados de muy desigual extensión, a través de los cuales Lázaro da cuenta de su nacimiento y de las experiencias con sus sucesivos amos. Lázaro sitúa al lector en un mundo sin solidaridad, ideales ni ética. Favorece esta visión subjetiva la narración en primera persona, justificada por la apariencia de carta dirigida a un noble. El joven protagonista desea explicar el sentido de ciertas murmuraciones que circulan por Toledo sobre su honor, pues Lázaro se ha casado con la barragana del arcipreste de la iglesia de San Salvador y consiente el amancebamiento de su esposa con tal de recibir los favores del clérigo, que le ha convertido en pregonero de sus vecinos. Renuncia, por tanto, a la honra. La vida de Lázaro es un doloroso tránsito desde la inocencia y la pureza de su infancia al cinismo y la corrupción de su edad adulta.

Antihéroe

Frente a Amadís, Lázaro nos cuenta en primera persona, con desfachatez y desenfado, las peripecias desgraciadas de su propia vida. Así como Amadís representa la moral, desde niño la vida de Lázaro consiste en un aprendizaje de cómo salir adelante.

Lenguaje y estilo

La novela mantiene un magistral equilibrio entre lo doctrinal y lo lúdico, lo culto y lo popular, la amargura y el humor, lo religioso y lo mundano. Lenguaje realista, limpio y terso, de gran naturalidad expresiva.

Sentido y trascendencia

Carácter satírico-moral, antinobiliario y anticlerical. Adopta parte de la literatura de la épica. Denuncia la mezquindad y la apariencia, el egoísmo y la ausencia de un auténtico sentido cristiano. Nos presenta un mundo marcado por la desilusión y el escepticismo.

Prosa del Segundo Renacimiento Español

Prosa Religiosa

Fray Luis de León y Santa Teresa de Jesús (Camino a la perfección)

Literatura y Pensamiento del Siglo XVII

El ideal artístico y literario renacentista, basado en la belleza, proporción, mesura y armonía de las formas, va experimentando una transformación desde mediados del siglo XVI que se manifiesta en un progresivo alejamiento del criterio de imitación de los clásicos para acentuar más el estilo personal del artista. Este camino se refleja ya en el manierismo, considerado precursor del Barroco (se caracteriza por un mayor subjetivismo del artista, una actitud más reflexiva, grave y pesimista ante los temas de la vida, la muerte y la libertad). Esta actitud tiene que ver con las profundas crisis espirituales, sociales y políticas por las que atraviesa Europa en el siglo XVII. El Renacimiento sufre un profundo desencanto y una visión desengañada de la vida frente a los placeres del mundo y los logros del ser humano (carpe diem). El hondo dramatismo se vive como una imagen de la muerte.

Barroco en España: Siglo de Oro

Durante el siglo XVII, España vive una situación difícil que acentúa el pensamiento del momento. A partir de los tratados de Westfalia, Francia pasa a regir los destinos de Europa. El gobierno de los últimos Austrias no puede soportar las cargas económicas y el país camina hacia la pérdida del imperio. Hay constantes luchas entre la nobleza, el clero y la incipiente burguesía. El campesinado sufre grandes pérdidas en la agricultura y se acentúa la emigración del campo a las ciudades. La vida artística y literaria es vigilada por los censores del Estado, que reprimen cualquier manifestación contra la política monárquica y la moral católica. Tampoco se crea un ambiente de estudio e investigación: España carece de un pensamiento filosófico y científico como el de otros países, que dieron hombres de la talla de Galileo, Descartes, Pascal, Leibniz, Bacon, Newton, Locke… Sin embargo, nuestro país produce una espléndida literatura, y en cantidad.

Clasicismo y Barroco en la Literatura

Han ido alternándose siempre. Ha habido épocas en que ha predominado el gusto por lo clásico y otras en las que lo ha hecho lo barroco. El clasicismo, en la expresión directa y naturalidad, busca la elegancia y la apariencia de espontaneidad. El Barroco, en cambio, se caracteriza por un lenguaje identificativo de la función literaria.

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Importancia de Góngora

En el siglo XX, la Generación del 27 tomó a Góngora como maestro del arte por el arte. A ellos se debe que las generaciones contemporáneas hayan sabido valorar y comprender el mérito indiscutible del poeta cordobés.

Francisco de Quevedo y Villegas

Quevedo fue un hombre de amplísima cultura, rebelde y controvertido, con una fina inteligencia y una gran agudeza lingüística. Denunció, mediante la sátira y la burla, la decadencia de la España de los últimos Austrias. En su extensa obra, en verso y en prosa, con intención moral, actitud escéptica y pesimista, su estilo elegante y condensado, con tendencias al mensaje sentencioso, sobresale por su prodigioso dominio del lenguaje y la caricatura de gran efecto cómico. Es un lenguaje complejo y lleno de contrastes que señala a su autor como el gran maestro del conceptismo. Su poesía está compuesta por sonetos, letrillas y romances.

Poesía Amorosa

Con referencias al petrarquismo y el neoplatonismo, se distingue por su misoginia.

Poesía Satírica y Burlesca

Ridiculiza las costumbres, la hipocresía y la ausencia de valores morales. Ejemplos: Érase un hombre a una nariz pegado, Poderoso caballero es don Dinero.

Poesía Metafísica

Reflexiona sobre la existencia humana en la tensión vida-muerte. La vida es un breve acontecer marcado por el imperativo de la muerte.