Aunque una oración aislada puede transmitir significado completo, es necesario utilizar una unidad superior, la que realmente ofrece un sentido completo: el texto. Un texto es una estructura lingüística cuyos enunciados tienen sentido unitario y transmiten una comunicación completa. Para que un texto actúe de este modo, debe cumplir 3 propiedades: adecuación, coherencia y cohesión.
Adecuación
Un texto se considera adecuado cuando se ajusta a la situación comunicativa. La relación entre los interlocutores está determinada, es decir, sus relaciones sociales y culturales. La forma del texto no será igual si el emisor se refiere a un receptor o a varios. Interviene mucho la competencia comunicativa del emisor, o sea, la capacidad para elegir registros adecuados para cada uno de los actos de habla. El emisor debe seleccionar un registro adaptado al receptor y a las circunstancias. La intención comunicativa del emisor también es importante, ya que el emisor puede tener la intención de referirse objetivamente a la realidad o desear una reacción concreta en el receptor. Estas intenciones se ponen de manifiesto en el texto por medio de las funciones del lenguaje. Al conjunto de circunstancias que rodean la creación textual se le llama entorno o situación. Estas circunstancias van a convertirse en marcos de referencia que terminan la tipología del texto y el modo de expresión empleado para llevarlo a cabo. El marco permite clasificar los actos de comunicación en un tipo de texto concreto y adecuado a la situación en que se produce.
Coherencia
Proporciona a un texto un sentido global, reconocible para el receptor. Para conseguirla es necesaria la conexión de las partes que lo forman en un todo con un sentido unitario. La coherencia se basa en las normas universales de la expresión: pensamientos lógicos, claridad. No obstante, estos principios pueden suspenderse intencionadamente si el emisor pretende lograr un efecto concreto en su discurso. Las causas más frecuentes de incoherencia en los textos son las afirmaciones contradictorias, las explicaciones sin aclarar. Hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:
- El texto no puede incluir oraciones con significado absurdo.
- Hay ideas que no necesitan expresarse en el texto, porque se supone que el receptor las sabe.
- No se pueden contradecir los conocimientos comunes a todos.
- A medida que el texto se va completando, no hay que ir repitiendo lo mismo todo el rato.
Organización del Texto
Un texto coherente debe ir aportando progresivamente información nueva referida a la idea principal. Esto tiene que estar planificado previamente. Hay que tener en cuenta la Unidad: consiste en la integración de todos los enunciados alrededor de la idea central. Las demás ideas se articulan en torno a esta idea central para desarrollarla y justificarla. Dinamismo: Consiste en la progresión de los enunciados y de las ideas. Para que haya dinamismo debe aparecer información nueva sobre el tema principal. El desarrollo temático se puede hacer de tres maneras: manteniendo un tema constante, derivando a otros temas y enlazando temas de información común.
Cohesión
Son los recursos de la lengua para conectar ideas de un texto. Es muy importante la división en párrafos para entender de una manera correcta el texto.
Recursos de Cohesión
Recurrencia: La entendemos como la repetición de un elemento dentro de un texto que nos permita sentir que el texto está unido. La más importante se produce en el nivel léxico-semántico, mediante la reiteración léxica para reforzar las ideas clave. La recurrencia fónica es importante para los poemas, en sus rimas, número de sílabas y acentos.
Sustitución: Es un recurso de cohesión basado en la reiteración de un contenido mediante el empleo de elementos lingüísticos que desempeñan esta función sustitutoria. Formas: Léxica (a partir de la sustitución sinonímica, uso de hipónimos, de palabras comodín, repitiendo términos del mismo campo semántico y con la paráfrasis) y gramatical: pueden desarrollar las funciones anafóricas (si se sustituyen elementos ya aparecidos en el texto), catafóricas (aparecen después) o deícticas (los contenidos sustituidos son extralingüísticos). Puede ser con pronombres o con adverbios.
Elipsis: Consiste en la supresión de los elementos lingüísticos redundantes que no aportan nueva información en el texto.
Marcadores textuales: Adición (y), afirmación (sí), atenuación (en cierto modo), causalidad (porque), cierre (en fin), concesividad (aunque), condición (si, a condición de que), consecuencia (así pues), digresión (a propósito de), duda, ejemplificación, enumeración (en primer lugar), intensificación (es más), explicación, oposición (pero), resumen y tematización (en cuanto a).