Política Interior y Exterior de Felipe II: Un Reinado Marcado por la Consolidación y los Conflictos

Política Interior de Felipe II

Defensor del Catolicismo y la Contrarreforma

Felipe II fue un ferviente defensor de los principios del Concilio de Trento. Su intransigencia religiosa lo llevó a perseguir cualquier atisbo de herejía, prohibiendo la importación de libros e impidiendo que los españoles estudiaran en el extranjero.

Problemas Internos

1. El Problema Morisco: La Guerra de las Alpujarras

Felipe II prohibió los particularismos étnico-religiosos de los moriscos, lo que agravó su situación. Acusados de connivencia con los ataques berberiscos y turcos, y con el aumento de los impuestos sobre la seda, su descontento creció. En 1566, un decreto prohibió el uso de su lengua, vestimenta y tradiciones. Los moriscos intentaron negociar, pero el rey rechazó su oferta. La rebelión estalló en Andalucía, liderada por Fernando de Córdoba y Valor, y apoyada desde Argelia. La guerra sorprendió a Felipe II, con la mayoría de sus tropas en los Países Bajos. Aunque no lograron tomar Granada, la rebelión se extendió por la Alpujarra. Juan de Austria, al mando de un ejército, sofocó la revuelta. Los moriscos supervivientes fueron dispersados por Castilla para evitar futuras rebeliones.

2. El Caso de Antonio Pérez: La Leyenda Negra

Antonio Pérez, secretario real, se vio envuelto en una trama política y acusado de traición y asesinato. Tras huir a Aragón, pidió la protección del Justicia Mayor, Juan de Lanuza, quien se negó a entregarlo a Felipe II. El rey, acusando a Pérez de herejía ante la Inquisición, envió un ejército a Aragón, acabando con la resistencia y ejecutando a Lanuza. Pérez huyó a Francia e Inglaterra, ofreciendo información que se utilizó contra España.

3. El Caso del Príncipe Carlos: Tragedia Familiar

El príncipe Carlos, hijo de la primera esposa de Felipe II, sufría un desequilibrio mental y conspiró contra su padre. Tras varios escándalos, fue detenido y encerrado, muriendo finalmente en el castillo de Arévalo. Este hecho marcó profundamente al monarca.

Reformas Administrativas: Modernización del Estado

Felipe II continuó con la estructura administrativa de Carlos I, pero gobernó como un rey nacional, con Castilla como centro de su imperio. Convirtió a España en un reino moderno, realizando reformas hidráulicas, mejorando la red de caminos y creando una administración y burocracia más eficiente. Innovó en el ámbito militar, destacando el uso de galeones. Creó una extensa red de espionaje y controló el comercio con las colonias. El sistema de Consejos seguía siendo la base del gobierno, aunque Felipe II se encargaba personalmente de los asuntos más importantes. A pesar de sus esfuerzos, la Hacienda Real se declaró en bancarrota en tres ocasiones.

Política Exterior de Felipe II: Herencia y Conflictos

La Enemistad con Francia: Guerras y Rivalidad

Felipe II heredó la enemistad con Francia de su padre. La guerra continuó, con la batalla de San Quintín como uno de los episodios más destacados. La Paz de Cateau-Cambrésis (1559) supuso la renuncia francesa a sus pretensiones en Italia. Felipe II también intervino en las guerras de religión francesas, apoyando a los católicos contra los hugonotes. La Paz de Vervins trajo un respiro temporal, pero la rivalidad continuó durante la Guerra de los Treinta Años.

Lucha con los Turcos: La Batalla de Lepanto

Felipe II se alió con Venecia contra el Imperio Otomano, que había conquistado Túnez y Chipre. La victoria en la batalla de Lepanto (1571) frenó el avance turco, pero no lo detuvo. Finalmente, la diplomacia prevaleció y se firmaron treguas que alejaron la guerra del Mediterráneo.

Lucha en los Países Bajos: La Rebelión Flamenca

El enfrentamiento entre la nobleza católica y la burguesía protestante en los Países Bajos desencadenó una larga guerra. Inglaterra apoyó a los rebeldes, liderados por Guillermo de Orange. Felipe II, opuesto a la libertad de culto, envió al Duque de Alba para reprimir la rebelión. La guerra se prolongó durante décadas, sin un vencedor claro. Felipe II nombró a su hija Isabel gobernadora, pero la rebelión continuó tras su muerte.

Lucha con Inglaterra: La Armada Invencible

Las tensiones con Inglaterra se debían al apoyo inglés a los rebeldes flamencos, a la actividad de los corsarios ingleses y a la ejecución de María Estuardo. En 1588, Felipe II envió la Armada Invencible, que fracasó en su intento de invadir Inglaterra. La guerra naval continuó, con victorias y derrotas para ambos bandos. Finalmente, se firmó el Tratado de Londres, poniendo fin al conflicto.