Pedro Salinas (Madrid, 1892 – Boston, 1951)
Para Salinas, la poesía era un medio para acceder a las profundidades de la realidad y la esencia de las experiencias vitales. Sus primeros libros, Presagio (1923) y Seguro azar (1929), reflejan temas futuristas como la máquina de escribir y la bombilla eléctrica. Sus obras maestras, La voz a ti debida (1933) y Razón de amor (1936), lo consolidaron como un gran poeta del amor, capaz de profundizar en el sentimiento amoroso como una fuerza que enriquece al ser y a la persona amada.
Jorge Guillén (Valladolid, 1893 – Málaga, 1984)
Guillén fue el máximo exponente de la poesía pura, caracterizada por una estilización de la realidad y un lenguaje elaborado y riguroso. Su obra Cántico destaca por su entusiasmo ante el mundo y la vida. En su ciclo poético posterior, Clamor, Guillén denuncia las injusticias y la opresión, manteniendo su estilo riguroso.
Gerardo Diego (Santander, 1896 – Madrid 1987)
La obra de Diego se caracteriza por su variedad de temas, tonos y estilos. Su primer libro, Romancero de la novia (1918), muestra un tono becqueriano. En Versos humanos, alcanza su cumbre con Alondra de verdad (1941), un conjunto de sonetos.
Vicente Aleixandre (Sevilla, 1898 – Madrid, 1984)
El surrealismo influyó en gran parte de la producción de Aleixandre. Su estilo se caracteriza por las metáforas visionarias y el verso libre. Su visión inicial del hombre era pesimista, pero en Sombra del paraíso (1944) recuerda un edén libre de sufrimiento y muerte.
Federico García Lorca (Granada 1898- Granada, 1936)
Entre sus primeros libros destaca Poema del cante jondo. Romancero gitano (1928) ilustra el tema del destino trágico. En Poeta en Nueva York, Lorca denuncia el poder del dinero, la injusticia social y la deshumanización, incorporando un acento social y la técnica surrealista.
Rafael Alberti (Cádiz, 1902 – Cádiz, 1999)
La poesía de Alberti abarca una amplia gama de temas y estilos. Su primera etapa se caracteriza por la lírica popular, como en Marinero en tierra. En Cal y canto, se inclina hacia el barroquismo y la vanguardia. Sobre los ángeles refleja una crisis personal y un lenguaje surrealista. A partir de 1931, inicia una línea de poesía social y política.
Luis Cernuda (Sevilla, 1902 – Méjico, 1963)
La poesía de Cernuda tiene un sustrato romántico. Sus temas principales son la soledad, el anhelo de belleza y el amor. Cultiva el versículo y rechaza la rima. Su obra La realidad y el deseo reúne sus anhelos y su biografía espiritual.
Damaso Alonso (Madrid, 1898 – Madrid, 1990)
Poemas puros, poemillas de la ciudad (1918 y 1921) es poesía pura. En Hijos de la ira (1944), Alonso expresa la angustia y la protesta existencial contra la crueldad y la injusticia.